“Patria y vida”
EL FIN DE SEMANA PASADO MILES DE cubanos y cubanas salieron a protestar en la manifestación más grande que ha visto la isla en décadas. Todo sucedió porque Cuba llegó a un punto totalmente intolerable: la administración Trump recrudeció el bloqueo y Biden no ha hecho nada para levantar las sanciones. Por otro lado, Cuba ya no puede apoyarse en Venezuela para tener suministros porque la pandemia hizo que se cerraran fronteras y que ambos países entraran en emergencia sanitaria. La pandemia también afectó el turismo, que era una de las principales actividades económicas de la isla. Esto ha creado un desabastecimiento de todo tipo de medicamentos y de insumos necesarios para fabricarlos en la isla.
El gobierno cubano dijo que las protestas se debían a la intervención del gobierno de los Estados Unidos. Parece que es cierto que el hashtag #SOSCuba fue inflado por bots en Miami y Washington. Ante esto, la revista argentina Latfem hace unas preguntas importantes: “Pero si era cierto que las movilizaciones estaban orquestadas desde Miami o D.C.: ¿por qué hasta el lunes a la noche lxs cubanxs seguían sin poder conectarse a internet? ¿Por qué la policía mantenía en detención a artistas y periodistas de reconocidas revistas independientes, muchxs de ellxs declaradxs socialistas? [...] Si Cuba necesita un cambio y el gobierno no prepara a su sociedad para ello: ¿dónde termina todo? Si desde afuera se dice SOS pero no se dice ‘abajo el bloqueo’: ¿qué se reclama en verdad?”.
Para muchas personas (las mismas de siempre) las protestas son una muestra de que “el comunismo no funciona” o de que “la izquierda siempre termina mal”. Por otro lado, están quienes creen que Cuba es “el bastión de resistencia contra el imperialismo yanqui” y por eso cualquier crítica que se le haga al régimen cubano equivale a una “celebración del imperio”. Son ideas simplistas que parecen calcadas de panfletos de la Guerra Fría. A veces estamos tan engolosinados con el símbolo, que se nos olvida que Cuba es un país con personas reales que la están pasando muy mal y que en estos momentos “el comunismo” es el menor de sus problemas. La crisis humanitaria en Cuba se debe a dos razones: los bloqueos que ha impuesto Estados Unidos y un gobierno dictatorial que cree que “la revolución” es más importante que la vida y los derechos fundamentales como la libertad de expresión. Ninguna disputa ideológica, política o sobre modelos económicos justifica la muerte de una persona y menos cuando quienes mueren hacen parte de la gente de a pie.
Una de las arengas más interesantes que se han dado en las protestas es “Patria y vida”. Es una apropiación del clásico revolucionario: “Patria o muerte”. Solo en una ideología machista de la revolución social se puede concebir una disyuntiva semejante: ¿a quién carajos le sirve la revolución si estamos muertas? Decir hoy “Patria y vida” es entender un principio feminista: si queremos una revolución social que nos lleve a vivir en un mundo más justo, la vida no es un precio a pagar, opcional o secundaria; al contrario, la vida es lo primero y el centro de todo.
‘‘Si
queremos una revolución social que nos lleve a vivir en un mundo más justo, la vida no es un precio a pagar”.