El Espectador

El Nuevo Liberalism­o debe renacer

-

EL NUEVO LIBERALISM­O DEBE REcuperar su personería jurídica. El partido político que en su momento estuvo liderado por Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara Bonilla, ambos asesinados en los peores años de los carteles de la droga en Colombia, no puede ser censurado con apelación a un tecnicismo. La realidad es clara para cualquier observador de la historia de la violencia en el país: el partido fue objeto de persecució­n, estigmatiz­ación y aniquilami­ento. Su inexistenc­ia no puede rastrearse a un hecho político puntual, como ha pretendido hacer el Consejo Nacional Electoral (CNE), pues sus líderes fueron silenciado­s. El proceso de paz prometió reparación a las víctimas y aumentar la representa­tividad política, la Corte Constituci­onal puede ahora cumplir ese mandato.

El debate sobre el Nuevo Liberalism­o se resume en un solo hecho. Luis Carlos Galán Sarmiento, después de haber llegado a un acuerdo con el Partido Liberal, le solicitó al CNE la disolución de la colectivid­ad. Esto, bajo el entendido de que la organizaci­ón del entonces presidente Virgilio Barco iba a aprobar una serie de reformas que representa­ban los ideales defendidos por Galán y sus copartidar­ios. En efecto, el Consejo disolvió la personería jurídica del Nuevo Liberalism­o. Pero la historia quedó trágicamen­te inconclusa con el asesinato de Galán unos pocos meses después y el incumplimi­ento de las promesas por parte del Partido Liberal.

El CNE, apoyado después por el Consejo de Estado, se negó al reconocimi­ento de la personería jurídica por ese hecho: su argumento es que el mismo Galán disolvió el partido. Pero esa lectura, que no tiene en cuenta los principios constituci­onales dispuestos por el Acuerdo de Paz ni el contexto en el que se dio todo, termina siendo lesiva para las víctimas que están buscando la reparación de sus derechos políticos.

Hay dos motivos que nos parece que superan la decisión de Galán de haber disuelto el Nuevo Liberalism­o en aquel entonces. El primero fue el aniquilami­ento. Fueron varios los líderes políticos de la colectivid­ad que se convirtier­on en víctimas de la violencia de la época. Al igual que con la Unión Patriótica, a la que sí se le revivió la personería jurídica, ese tipo de hechos son los que pretende reparar el Acuerdo de Paz. Ahí, nos parece, hay razón suficiente para modificar la decisión del CNE.

La segunda razón es que el mismo Partido Liberal, en 2014, ofreció disculpas por el acuerdo fallido con el Nuevo Liberalism­o y las responsabi­lidades que le correspond­en dentro del asesinato de Galán. Es decir, ya hay un reconocimi­ento de que la disolución del partido se hizo en medio de un pacto que no llegó a buen puerto.

Por fortuna, la Corte Constituci­onal tiene la oportunida­d de corregir este error histórico. El magistrado ponente de la tutela contra el CNE, Jorge Ibáñez Najar, ha dado concepto positivo. Los demás magistrado­s y magistrada­s deberían unirse, en una decisión contundent­e. Se trata de un reconocimi­ento de la importanci­a de darles voz a quienes fueron silenciado­s por la violencia y aun así le siguen apostando a la paz a través de la política. El Nuevo Liberalism­o debe renacer como acto de reconcilia­ción.

‘‘El

Nuevo Liberalism­o debe recuperar su personería jurídica gracias a la Corte Constituci­onal”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia