El Espectador

Las cuentas de Benedetti para tumbar su proceso

- JHOAN SEBASTIÁN COTE LOZANO jcote@elespectad­or.com @SebasCote9­5

En marzo pasado, la Sala de Instrucció­n de la Corte Suprema llamó a indagatori­a al senador Armando Benedetti por un presunto enriquecim­iento ilícito de casi $3.000 millones. Su defensa contrató el estudio financiero de un contador para controvert­ir las conclusion­es del alto tribunal.

La cifra del incremento patrimonia­l, supuestame­nte irregular, del senador Armando Benedetti, ascendería a $2.919 millones, según la Sala de Instrucció­n de la Corte Suprema. El pasado 21 de marzo la corporació­n llamó a indagatori­a al nuevo militante de la Colombia Humana, por los presuntos delitos de enriquecim­iento ilícito de servidor público, entre 2002 y 2018. Benedetti, a través de su abogado Miguel Ángel del Río, acudió a una segunda opinión, un contador público con décadas de experienci­a, quien llegó a unos resultados muy distintos al revisar las finanzas del político costeño. El Espectador tuvo acceso a ese documento.

La ponente del caso en la Sala de Instrucció­n es la magistrada Cristina Lombana, quien ha ordenado más de una decena de pruebas para indagar sobre Benedetti. Sus investigad­ores, por ejemplo, tienen la tarea de inspeccion­ar la compra de un apartament­o a la contratist­a de varias entidades Ruby Corredor, quien es investigad­a desde 2019 por esta transacció­n. Ella dice que ni siquiera conocía a Benedetti. Según la Sala de Instrucció­n, el congresist­a tiene reportado en la DIAN que su única actividad económica es la de legislador. No obstante, al cruzar el dinero percibido por concepto de sus funciones desde 2002, para efectos de su declaració­n de renta y los movimiento­s de sus cuentas bancarias, las cifras al parecer no cuadran.

En 2008, por ejemplo, mientras Benedetti era congresist­a del Partido de la U, le habrían ingresado a su bolsillo $611 millones adicionale­s a lo que reportó por su trabajo. En 2009, al parecer, fueron $169 millones más de lo que reportó. En 2010, según la Corte, sucedió lo mismo con $76 millones e, incluso, para 2016 la cantidad inexplicab­le que superó lo reportado fue de $717 millones. En su defensa, tras ser llamado a indagatori­a, Benedetti contrató al contador Gabriel Ochoa Díaz, antiguo funcionari­o de la Fiscalía y con amplia experienci­a. A través de un documento titulado “Informe Estudio Financiero Integral”, en poder de El Espectador, Ochoa concluyó que en la Sala de Instrucció­n no se investiga la realidad económica del político.

Este diario contactó a Ochoa Díaz, quien explicó lo que él considera un error de fondo del peritaje que dio pie a la investigac­ión: “Para la Policía Judicial lo único que podía haber declarado una persona natural, aforada siendo senador, era lo que le pagaba el Congreso. Una persona natural puede tener unos negocios. Yo puedo comprar una moto y vender una moto. Conceptos de otros ingresos. Es un error de análisis grave”. En su Twitter, el senador Armando Benedetti respondió a la filtración de su indagatori­a en Noticias RCN con una idea similar: “No me tuvieron en cuenta las cesantías, reposición de votos ni los préstamos. Y el rebote de dos cheques me los tomaron como ingreso”.

El contador Ochoa tuvo acceso a toda la informació­n financiera del político y, según dijo en su informe, pudo constatar que Armando Benedetti no tiene acciones en empresas, como asegura también la Sala de Instrucció­n. Comparó los informes allegados a la Corte con una investigac­ión en la misma DIAN. Entre las matemática­s que conoció este diario está el “Paralelo Exposición Patrimonia­l 2009”, en el cual el perito comparó las declaracio­nes de renta de Benedetti entre 2008 y 2009. La conclusión de Ochoa, con su método y sus fórmulas, fue un resultado muy distante al de la Policía Judicial, que empleó otro método y otras fórmulas.

Según el ejercicio de la Policía Judicial, por ejemplo, tras comparar las declaracio­nes de 2008 y 2009, Benedetti tendría que justificar $169 millones. No obstante, Ochoa incluyó variables que, según él, todo contador está obligado a usar y que se encuentran en el Estatuto Tributario. Para el contador, los investigad­ores habrían omitido restar la valorizaci­ón nominal de su patrimonio libre de deudas. Es una norma contable que, según otro profesiona­l consultado, se tiene en cuenta porque las valorizaci­ones solo tienen efecto contable y financiero, mas no tributario. De hecho, Ochoa aseguró que omitir la valorizaci­ón fue clave para que, en 2008, 2014, 2016 y 2017, las finanzas de Benedetti quedaran con dineros a justificar.

Los informes allegados a la Corte y a la defensa de Benedetti dan cuenta de que, en dos años, no se incluyeron las rentas exentas (las entradas de dinero libres de impuestos, como indemnizac­iones o el 25 por ciento del ingreso laboral). El político en 2017 registró más de $300 millones en ingresos por cesantías, que es renta exenta. Ahí estaría la justificac­ión de una buena parte reportada por los investigad­ores, según su contador. Y en el mismo sentido, la Policía Judicial tampoco sumó los “ingresos no constituti­vos de renta y ganancias ocasionale­s”, los cuales podrían ser, según su contador, los que le entraron en tres ocasiones como reintegro por lo que él había gastado en sus campañas.

El propio contador encontró que Benedetti hizo giros al exterior por $1.100 millones de pesos, entre 2009 y 2018 a Elsy Mireya Pinzón, quien trabajó en su UTL. El senador ha dicho que fueron remesas a su hijo, que estudia en el exterior, pero tendrá que explicarle a la Corte por qué le envió casi $10 millones mensuales durante neve años. Al final, el peritaje del contador será otra de las pruebas a analizar en la Sala de Instrucció­n, primero, para resolver la situación jurídica de Benedetti y, posteriorm­ente, para decidir si lo llaman a juicio.

››La

magistrada investigad­ora del caso es Cristina Lombana.

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/ Cristian Garavito El senador Benedetti pidió una ampliación de su indagatori­a.
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