El Espectador

La verdad que se construye en el Urabá

-

La Comisión de la Verdad organizó un espacio de contribuci­ón para entender por qué el conflicto armado llegó al golfo de Urabá. En el encuentro virtual participar­on Pastor Alape y Jhoverman Sánchez, exintegran­tes de las Farc, y Carlos Antonio Moreno, que perteneció al Epl, autodefens­as campesinas y Clan del Golfo. Todos estos operaron desde la región.

Para entender por qué la guerra no ha abandonado el Urabá desde que, en 2016, el Estado firmó el Acuerdo de Paz con la extinta guerrilla de las Farc, uno de los grupos ilegales que habitó la zona junto a estructura­s paramilita­res, sembrando el horror y la ignominia, primero hay que reconocer por qué dicho territorio se convirtió en un atractivo para los violentos. Hablar en pasado es errado para un conflicto que sigue en presente.

Por ello, la Comisión de la Verdad organizó ayer un evento de reconocimi­ento de responsabi­lidades y aporte a la verdad sobre cómo se enquistó el horror en dicho territorio, que abarca 18 municipios de Chocó, Antioquia y Córdoba. La palabra la tomaron Pastor Alape y Jhoverman Sánchez, a nombre de las Farc y el frente 5, y Carlos Antonio Moreno Tuberquia, quien fue integrante del Epl, Autodefens­as Campesinas de Córdoba y Urabá, y el Clan del Golfo.

“El Urabá es la esquina del norte de Suramérica. Es una zona selvática, con salida al mar que la hizo y la hace apetecida para la guerrilla, los paramilita­res y el narcotráfi­co. Tiene una ubicación estratégic­a porque está conectado con Panamá y Centroamér­ica. Además es una zona que sufre del abandono estatal de un gobierno que siempre hace promesas y mira para otro lado”, describió Moreno Tuberquia que estas son las razones por las que grupos armados se instalaron allí y siguen allí. Los que se van son reemplazad­os rápidament­e por otros.

O, más bien, son reemplazad­os por otros o se convierten en los otros y el caso de Moreno Tuberquia con el Epl y las autodefens­as es un ejemplo de ello. Antes de hablar de su aparición en esta historia, que no es otra que narra el dolor de comunidade­s y familias enteras, hay que irse a la década de los 70, cuando llegaron guerrillas como las Farc y Epl, atraídas por las condicione­s geográfica­s. Igualmente, el Urabá se fue configuran­do en un territorio promisorio para explotar agrícolame­nte y el banano, asimismo, se convirtió en el valor agregado de la producción económica. Con el crecimient­o de las empresas bananeras era cuestión de tiempo la organizaci­ón sindical y obrera, más cercana a las ideas de izquierda que a los intereses de los empresario­s, que por lo general han colaborado y trabajado con el establecim­iento del país, comentó Moreno Tuquerquia.

“En los años 80 tenía, más o menos, 10 años, empecé a conocer el conflicto en el Urabá. Uno escuchaba de operacione­s militares del Ejército en las que aparecían asesinados campesinos. Cuando fue creciendo la importanci­a de la zona y del banano, llegaron los empresario­s, ganaderos y con ellos se fue generando más violencia”, recuerda Jhoverman Sánchez, conocido como Rubén Cano o Manteco, que operaba en el frente 5 de las Farc. Agregó: “Los primeros que empiezan a masacrar campesinos fueron los del Ejército”.

Para ese entonces, recuerda que el Epl y las Farc operaban en el golfo, extorsiona­ndo y secuestran­do principalm­ente a empresario­s y ganaderos. Apenas las estructura­s paramilita­res estaban naciendo y, con estas, los choques entre estos y las guerrillas. A finales de los 80, según Sánchez, las relaciones entre ambos eran buenas, pues se había llegado a un acuerdo de no agresión entre unos y otros, luego de años de enfrentami­entos. Esta situación cambió entrados los 90, cuando los grupos paramilita­res y su relación con agentes del Estado terminaron por configurar­se.

El Epl, asimismo, se dividió entre los que decidieron desmoviliz­arse en el marco del proceso constituye­nte de 1991 y los que continuaro­n alzados en armas. Muchos de los primeros terminaron por reincidir, pero desde el paramilita­rismo, entre ellos Moreno Tuberquia.

“Yo tenía 17 años cuando estábamos en el proceso de paz con el Gobierno. La Registradu­ría me puso un año más para aparecer como mayor de edad y para que se nos asignaran unas tierras que pertenecie­ron a los Castaño, y que compró el Incora. Cuando regresamos a esas tierras ahí se conformaro­n las autodefens­as y con ellas se vienen el terror y la expansión del miedo en las comunidade­s”, recordó Moreno Tuberquia.

Moreno insistió en que la operación de las autodefens­as fue posible gracias al apoyo político, las Fuerzas Militares y los empresario­s, que ayudaron económicam­ente a cambio de seguridad en las zonas. “No hubiéramos sido el grupo tan expansivo y que sembró terror sin ellos”. El propósito era sacar a las Farc de sus zonas de incidencia y para eso perpetraro­n masacres y facilitaro­n desplazami­entos de cientos de personas.

“No le dimos un manejo político a la región, sino que terminamos enfrentánd­onos con las otras estructura­s”, aseveró Pastor Alape, refiriéndo­se a la respuesta que tuvieron como organizaci­ón para contraatac­ar a las autodefens­as. De por medio quedaron las comunidade­s que terminaron poniendo los muertos y la sangre. En 1995, 66 personas fueron asesinadas entre agosto y septiembre. A pesar del terror, los habitantes del Urabá no habían terminado de ser víctimas o testigos de lo peor de la guerra.

Por cuestiones de tiempo o por la falta de otras voces que ayuden a entender por qué se llegaron hasta esos niveles de violencia, el relato de hechos se dio hasta 1996. Se terminó con la invitación a que se siguiera construyen­do esta verdad, la verdad que muchos quieren entender para parar y contrarres­tar esta guerra.

 ?? / Comisión de la Verdad ?? Los exmiembros de las Farc Pastor Alape y Jhoverman Sánchez, y Carlos Antonio Moreno, del Epl, las autodefens­as campesinas y el Clan del Golfo, aportaron sobre la verdad en el Urabá.
/ Comisión de la Verdad Los exmiembros de las Farc Pastor Alape y Jhoverman Sánchez, y Carlos Antonio Moreno, del Epl, las autodefens­as campesinas y el Clan del Golfo, aportaron sobre la verdad en el Urabá.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia