El Espectador

Quedan cabos sueltos del complot haitiano

- MARÍA TERESA RONDEROS

EL HAITIANO DE 63 AÑOS CHRISTIAN Emmanuel Sanon, quien se había presentado como pastor, filántropo o médico en distintas circunstan­cias y tiempos, aspiraba a ser presidente de Haití para convertirl­o en una “sociedad libre y abierta”, según estableció The Washington Post basado en testigos y documentos hace un par de semanas. Los documentos obtenidos por el diario indican que las dos empresas que apoyaron a Sanon en su plan eran CTU Security LLC y Worldwide Investment Developmen­t Group, ambas con sede en Florida. En el papel decía que estas empresas reclutaría­n a una fuerza armada privada que protegería a Sanon hasta que se volviera presidente del país.

Las autoridade­s han establecid­o que CTU Security (2008) reclutó a los exmilitare­s colombiano­s para este efecto. Incluso hemos visto la foto de uno de los autores, que cayó en el asalto vistiendo la gorra de la empresa. Worldwide financiarí­a gran parte de la operación, que según el documento costaría US$860.000. Sanon les pagaría el préstamo con bienes que incautara una vez estuviera al mando de su país.

En su sitio web CTU Security publica su lema: “Dios, familia y valores”. Detrás está Tony Intriago, un venezolano opositor, quien además figura como creador de otra empresa llamada Counter Terrorist Unit Federal Academy LLC, del 1° octubre de 2019. Con la misma dirección de las dos anteriores figura en el registro de Florida otra más: CS Security Solutions, Inc., cuyo presidente es David R. Reisz, residente de Luisiana, según su último reporte de mayo pasado.

Otros reporteros encontraro­n que las sedes de CTU eran un almacén clausurado y una pequeña oficina adonde el dueño solo pasaba a recoger el correo. Además, según este mismo reporte, Intriago tuvo al menos dos demandas por no pagar equipo militar que había comprado. El Post también documentó que Sanon e Intriago habían dejado una enorme cuenta sin pagar en un hotel en Puerto Príncipe, haciéndose pasar por compradore­s interesado­s.

Las empresas del ecuatorian­o Walter Veintemill­a en el asunto son: Worldwide Investment Developmen­t Group, Worldwide Capital Lending Group (las dos con la misma dirección) y Worldwide Mortgage Lending Group, registrada el 2 de octubre de 2019, asociadas con negocios inmobiliar­ios. El abogado de Veintemill­a aclaró que su cliente siempre pensó que estaba apoyando un plan pacífico y no tuvo nada que ver con el asesinato. No obstante, el correo electrónic­o del 22 de junio citado por el Post, copiado a Veintemill­a, Sanon e Intriago, hace referencia a que Sanon se tomaría el gobierno de Haití.

Las investigac­iones del FBI y las policías continúan averiguand­o quiénes eran los cómplices en Haití y cuál era la verdadera conspiraci­ón parapetada tras la inverosími­l historia del supuesto médico pastor que quería llevar bienestar a Haití. El viernes fue asesinado un investigad­or judicial haitiano.

Hace apenas unos días, el senador Gustavo Petro le añadió una vuelta más a la conspiraci­ón, cuando dijo, en la Comisión Primera del Senado, que una empresa que contrató a los mercenario­s había provisto al Estado colombiano de un software de escrutinio electoral y estaba asociada a una familia Zuluaga, muy allegada al uribismo en Florida, pero no presentó evidencia alguna de su denuncia.

Como las empresas hasta ahora involucrad­as en el crimen no figuran en la base de datos de contratos de Colombia, le pregunté al jefe de prensa de Petro al respecto, pero no respondió. Ojalá el senador presente las pruebas pronto. Nos conviene a los colombiano­s develar este complot que terminó en el asesinato de un presidente americano, pues está juntando a las diásporas de extrema derecha de Miami con aliados en Colombia para perpetrar proyectos tan macabros.

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