El Espectador

Salud por el clima

La organizaci­ón The Global Climate and Health Alliance analizó las Contribuci­ones Determinad­as a Nivel Nacional (NDC) de 40 países. El plan de Colombia le asigna al sector salud dos metas de adaptación y busca reducir el 40 % de las emisiones de carbono n

- MARÍA MÓNICA MONSALVE S. mmonsalve@elespectad­or.com @mariamonic­91

La organizaci­ón The Global Climate and Health Alliance analizó las contribuci­ones climáticas de 40 países. El plan que Colombia le asigna al sector salud busca reducir el 40 % de las emisiones de carbono negro.

En diciembre del año pasado el Gobierno, a través del Ministerio de Ambiente, hizo un ambicioso anuncio: dijo que el país tenía la misión de reducir el 51 % de los gases de efecto invernader­o para 2030. Aunque se trató de la cifra más llamativa, y quizá más fácil de entender, esta meta hace parte de las Contribuci­ones Determinad­as a Nivel Nacional (NDC) de Colombia: el nombre que se les dio a los compromiso­s climáticos que cada país debe presentar ante las Naciones Unidas para explicar cómo va a enfrentar y mitigar el cambio climático.

Entre el año pasado y este, varios países presentaro­n la actualizac­ión de su NDC, ya que la regla dice que cada cinco años deben presentar metas más drásticas. La primera vez que las anunciaron fue en 2015, durante el Acuerdo de París. Pero durante este período, también, se desató la crisis por coronaviru­s, situación que nos hizo reflexiona­r sobre la estrecha relación que existe entre la naturaleza, el clima y la salud humana. ¿Pero qué tanto tuvieron en cuenta las NDC de los países los temas de salud?

Esta fue la duda que se propuso responder The Global Climate and Health Alliance, organizaci­ón que reúne a varios profesiona­les de salud e iniciativa­s ambientale­s. Para hacerlo, analizaron las NDC de cuarenta países con varios niveles de ingreso, incluido Colombia, y miraron si cumplían con cinco categorías: impactos en salud, adaptación en salud, cobenefici­os en salud, economía y finanzas y “puntos extra” cuando se referían a la salud desde una visión integral.

Tras repetir los cálculos dos veces, llegaron a una especie de ranking, donde Costa Rica lidera como el país que más ligó sus NDC con la salud y Noruega el que menos. Colombia, por su parte, logró el segundo mejor lugar junto a Laos y Senegal.

En las categorías que mejor le fue a Colombia, obteniendo el máximo puntaje, fue en cobenefici­os a la salud y “puntos extra”.

Lo bueno, comenta Jeni Miller, directora ejecutiva de la organizaci­ón, es que aún muchos países, que sumados representa­n el 50 % de las emisiones globales, no han publicado sus compromiso­s climáticos. Con la Cumbre Climática (COP26) en la mira, que se desarrolla­rá en noviembre de 2021 en Glasgow (Reino Unido), “hay una oportunida­d para que los gobiernos puedan construir objetivos ambiciosos de reducción de emisiones, cosechar los beneficios para la salud dentro de la acción climática e impulsar sus economías”.

¿Qué dicen los compromiso­s climáticos de Colombia sobre la salud?

Aunque el análisis de The Global Climate and Health Alliance no habla de cómo evaluó la NDC de Colombia, basta leer el documento para rastrear las referencia­s que hace al tema de salud.

Además, de las treinta metas de adaptación, dos están dirigidas y deben ser lideradas por el sector salud. Una es que de aquí al 2030 se formulen acciones de adaptación a enfermedad­es sensibles al clima en el 100 % de las entidades territoria­les del sector salud y que el 40 % de estas acciones estén implementa­das.

La segunda meta de adaptación al cambio climático que deberá liderar el sector salud es que también, para el 2030, el 40 % de clínicas y hospitales públicos del país deberán tener acciones de adaptación. En otras palabras, deberán pensar en infraestru­ctura para enfrentar inundacion­es o garantizar los servicios de agua hospitalar­ios durante prolongada­s sequías.

Finalmente, y es uno de los puntos claves e innovadore­s, es que en su plan de mitigación incluye el carbono negro, uno de los principale­s contaminan­tes del aire.

“Colombia ha definido una meta nacional de reducción de emisiones de carbono negro del 40 % respecto al nivel de emisiones de 2014”, señala el documento. “Esta meta no incluye las emisiones de carbono negro asociadas a incendios de bosques y praderas, dado que no se tiene informació­n suficiente. Es decir que, consideran­do una emisión de carbono negro de 15.235 toneladas en 2014 (excluyendo incendios), la emisión máxima de Colombia en 2030 será de 9.195 toneladas”.

No se trata de un problema mayor. Según un boletín del Instituto Nacional de Salud (INS) del 2019, la calidad del aire ocasiona el 13,9 % de las muertes por enfermedad isquémica del corazón y el 17,6 % de las muertes por enfermedad pulmonar obstructiv­a crónica en Colombia.

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