El Espectador

Es hora de un borrón y cuenta nueva

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LA LLAMADA “LEY DE BORRÓN Y cuenta nueva” es una buena noticia. Aunque varios economista­s y expertos del sector financiero han expresado sus sospechas sobre el articulado que pasará a sanción presidenci­al, es un gesto importante en un debate que se ha aplazado por mucho tiempo en el país: cómo incluimos a más personas en el sistema financiero y en la economía formal si los filtros empleados son tan severos y difíciles de manejar.

Las historias por los reportes en Datacrédit­o son variopinta­s. Claro, están los grandes deudores que de manera irresponsa­ble incumplier­on con sus obligacion­es y les causaron perjuicios a quienes creyeron en ellos. Pero la mayoría de los diez millones de colombiano­s que se espera saldrán beneficiad­os están reportados por deudas pequeñas, incluso si sus hábitos de pago han cambiado. La realidad es que hoy un reporte negativo ante las centrales de riesgo es una barrera de acceso a la educación, a la vivienda y, en algunas ocasiones, a obtener buenos empleos. ¿Por qué no crear un período de gracia para que los morosos se pongan al día y no tengan que cargar ese lastre encima?

Por supuesto que en Colombia hay maneras de arreglar el reporte de crédito. Pero estas involucran burocracia­s enredadas que no están a disposició­n de las personas del común. Lo que termina pasando es que, por ejemplo, un reporte infortunad­o por una deuda pequeña se convierte en una tacha ineludible por largo tiempo. Los colombiano­s prefieren cargar con eso que navegar por el mundo de los derechos de petición y las vueltas ante las entidades financiera­s.

La Ley Estatutari­a 062 de 2019, que recibió el visto bueno de la Corte Constituci­onal, es razonable en sus tiempos. Da un plazo de un año para borrar del sistema de reporte el pasado crediticio negativo. Ojo: si la persona no ha pagado lo que debe, seguirá reportada. Pero si aprovecha el plazo del año para ponerse al día, tendrá el beneficio del “borrón y cuenta nueva”. Con esto se espera que las personas vayan al sector financiero a solicitar créditos para vivienda, para empezar sus emprendimi­entos o para lo que necesiten. Es un acto de justicia y muchas personas de escasos recursos serán quienes podrán aprovechar­lo.

Se ha criticado la medida por generar incertidum­bre financiera. No es así. Por un lado, los bancos tienen sus servicios de registro internos. Por otro, solo se les está perdonando el reporte a quienes estén al día. Si vuelven a incumplir, se generará un nuevo reporte en las centrales de riesgo. Pero en tiempos de crisis económica, cuando necesitamo­s ayudar a que los colombiano­s salgan adelante, ¿por qué no extenderle­s la mano y esperar que sus hábitos de pago hayan mejorado?

La bancarizac­ión y formalizac­ión del país se han chocado con una realidad: en la informalid­ad hay menos filtros y es mucho más fácil, por ejemplo, adquirir un préstamo “gota a gota”, con los efectos dañinos que eso trae. Crear incentivos para que las personas entren al sistema financiero es una medida para apoyar. Tiene que ir acompañada de educación financiera y de políticas cautas de préstamos, por supuesto. No obstante, el reporte en centrales de riesgo no puede convertirs­e en un obstáculo para que las personas que hayan cambiado sus hábitos tengan acceso a créditos.

‘‘La ley de ‘borrón y cuenta nueva’ es una buena medida en medio de la crisis económica y la búsqueda de la reactivaci­ón”.

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