Más colombiano
Convertirme en ministro del Deporte fue un reto que asumí con la responsabilidad de seguir por la senda de la consolidación regional del país, con el compromiso de aportar a la reactivación económica y emocional de Colombia, y con enorme orgullo de trabajar por un sector que es sinónimo de unión, inspiración y buen ejemplo.
Tuve la fortuna de recibir ese voto de confianza del presidente Iván Duque justo cuando nuestros deportistas le daban al país alegrías y emociones en momentos complejos para todos, cuando los sueños olímpicos nos llenaron de orgullo. Porque eso logra el deporte. En este primer mes al frente de la entidad he entendido que uno de sus propósitos más importantes es transformar: desde el alto rendimiento hasta el impacto social que representan los programas de fomento y desarrollo, cuyo beneficio no está materializado en los podios o las medallas, sino que se evidencia en el mejoramiento de la calidad de vida de todos los colombianos.
A lo largo de dos décadas como servidor público he constatado que estar en los territorios es fundamental, mucho más cuando el Gobierno Nacional le ha reservado un capítulo especial al deporte. Desde mi arribo el primer mensaje que les envié a los deportistas fue claro: trabajaré con y para ustedes. Esa promesa no se quedó en palabras. La primera gran noticia que les dimos a los atletas que nos representaron en Tokio fue el aumento en los incentivos para los medallistas, incluidos los entrenadores. Logramos pasar de 240 salarios mínimos mensuales legales vigentes para los deportistas ganadores de medalla de oro, a 264, es decir, 10 % más en su reconocimiento, mientras que para quienes obtuvieron plata y bronce, el alza fue del 5 %. Igual ocurrió con los estrategas, para quienes el incentivo tuvo el mismo incremento, 10 % para el oro y 5 % para plata y bronce, partiendo de la base de que su estímulo corresponde a la mitad del valor de sus dirigidos.
Y si algo me ha enseñado el deporte en este mes, es que no conoce de diferencias; por el contrario, representa un gran orgullo para todos los colombianos. En ese sentido, les otorgamos el mismo beneficio a los atletas que por estos días lo dejan todo por nuestro país en los Juegos Paralímpicos. Los medallistas y sus entrenadores recibirán igual incentivo por sus logros que sus pares del sector convencional. Tal como lo expresé el día de mi posesión, uno de los pilares de mi administración es el impulso del deporte como motor económico, y lo ratificamos, entre otros, con los IV Juegos de Mar y Playa, que albergarán los departamentos de Sucre y Córdoba en octubre, y para los que designamos como directora, como homenaje a su trayectoria, a María Isabel Urrutia.
Es con hechos como demostramos que el Gobierno del deporte le cumple a Colombia a través de la descentralización del sector y de la ampliación de su cobertura, así como del impulso a los programas sociales, que serán la bandera para seguirnos sintiendo más colombianos que nunca.