Un aporte al desarrollo productivo y social del país
Especializaciones, maestrías o doctorados son un excelente vehículo para mejorar el perfil profesional e impactar de forma positiva las sociedades.
El proceso de la cualificación profesional y personal después del pregrado cambiará de manera significativa en los próximos años. La acumulación de capital humano y formación de competencias para el trabajo dejará de ocurrir en un momento único y pasará a ser continuo a lo largo del ciclo de vida, para adaptarse y gestionar las dinámicas de los mercados laborales, que son dinámicos y cambian de manera súbita gracias a los rápidos avances tecnológicos.
En ese sentido, las competencias requeridas para las diferentes labores que van apareciendo en el mercado evolucionan de manera permanente y los profesionales deben pensar en un proceso más continuo y dinámico de preparación para el trabajo.
“Esto seguramente se podrá hacer a través de procesos formativos conducentes a un título, como las maestrías y especializaciones, o mediante certificaciones de competencias específicas y certificaciones profesionales”, señala Raquel Bernal, vicerrectora académica de la Universidad de los Andes.
Certificaciones de competencia específicas o competencias profesionales a través de un proceso formativo que no necesariamente conduce a título, pero que después se podría acreditar en un programa formal.
O en línea de programas como especializaciones, maestría o doctorados, claves para generar desarrollo en la sociedad.
En este contexto, actualizarse y adquirir esas nuevas competencias es crucial par ser competitivo y generar valor. Entonces inclinarse por estos estudios es una decisión que se debe tomar desde una perspectiva que contemple el corto y mediano plazo y el proyecto de vida de cada persona.
El dilema siempre está en qué posgrado elegir, por eso se debe aclarar que “la especialización, como estudio posgradual, permite la entrada a este nivel de estudio con un enfoque formativo relacionado con el ejercicio profesional y el desempeño laboral; mientras que la maestría y el doctorado posibilitan un mayor grado de cualificación, también en términos de investigación, y un mayor reconocimiento en el mundo académico. Todo depende de los intereses y las metas personales”, asegura el hermano Cristhian J. Díaz M, vicerrector académico de la Universidad de La Salle de Bogotá.
Para tomar la mejor decisión, también se debe hacer un trabajo de introspección que les permita a los futuros estudiantes identificar habilidades, campos de interés y si desean seguir en la misma línea profesional y académica en la que se han desempeñado.
En palabras de Roberto de la Vega, director de posgrados del CESA, “nosotros los invitamos a visualizar esos cinco años en adelante: cómo se ven, los sueños que tienen y los campos de acción. Con esa información los orientamos en ese proceso de elección de programa y universidad, ya que en cada institución se pueden desarrollar determinados procesos y habilidades y más en el contexto de la virtualidad”.
La virtualidad dejó claro que los programas de posgrado se pueden realizar de esta forma y lo que se prevé es que tendrá un alto componente virtual, e incluso su totalidad.
El reto está en ofrecer educación en línea de alta calidad y maximizar sus ventajas, como por ejemplo: flexibilidad para llevar a cabo su proceso de cualificación en cualquier momento, reducir traslados, y permitir a las personas aprender a su ritmo y en sus tiempos.
“Es importante que sea efectivamente de alta calidad. No toda la educación en línea será efectiva. Los cursos se deben diseñar de una manera especial y la atención al estudiante debe ser permanente, para que avance exitosamente en su proceso de aprendizaje con motivación y apoyo idóneo”, comenta Raquel Bernal.
El tema de la calidad y la virtualidad genera debates en la misma comunidad académica, ya que otros opinan que el modelo debe ser híbrido y con nuevas metodologías activas. Ese es el caso del CESA, como señala De la Vega: “Le apostamos a un modelo: que en casa se estudie la teoría y en clase casos de estudio y resolución de conflictos. La virtualidad para aprender teoría es perfecta, pero está demostrado que en la presencialidad se desarrollan otras habilidades”.
Aunque las opiniones son diferentes, el punto en común es que los estudios de posgrado son una oportunidad para mejorar el perfil profesional y “es claro que los estudiantes de posgrado están llamados a aportar significativamente al desarrollo productivo y social del país y de sus regiones”, concluye el hermano Cristhian J. Díaz.
››Los
estudios de posgrado contribuyen al desarrollo personal y profesional de los individuos y les permiten poner en valor su conocimiento, el cual impacta en el desarrollo.