El Espectador

Kabul, EE. UU. y América Latina

Los talibanes volvieron al poder en Afganistán en una derrota estadounid­ense que puede tener impactos en el corto plazo. ¿Cómo afectará todo esto a la región?

- GABRIEL GASPAR Latinoamér­ica21

¿La región se ve afectada por la salida de Estados Unidos de Afganistán y el fracaso de la guerra contra los taibanes? A pesar de las imágenes, ese país sigue siendo la potencia militar y económica del mundo, y en esta zona eso se nota aún más. Un dato: el poderío estratégic­o del Comando Sur es superior a la totalidad del potencial de todas las FF. AA. latinoamer­icanas.

Cayó Kabul y los talibanes volvieron al poder, pero la derrota también impactará el ámbito internacio­nal. ¿Cuán seguros se sienten hoy los aliados de Estados Unidos en el mundo? ¿Qué pensará la OTAN? ¿Ucrania? ¿Corea del Sur? ¿Japón? Y, especialme­nte, ¿cómo impactará todo esto a nuestra región?

Las críticas recién empiezan, pero es indudable que la administra­ción Biden pagará severos costos. Ya vemos los primeros signos: los sectores ultranacio­nalistas le reclaman debilidad e improvisac­ión al gobierno demócrata —olvidando que fue Trump quien empezó tratos con los talibanes— y los rusos y chinos hicieron lo mismo hace semanas y meses. El tema se transforma­rá en uno de los principale­s puntos de la agenda doméstica y electoral.

Para empezar, este desenlace era previsible, pues ya desde tiempos de Trump los norteameri­canos habían anunciado su retiro. Lo que sorprendió fue la rapidez con la que se desmoronó el gobierno proocciden­tal y la desbandada de su ejército.

La victoria talibana no es vital en el cuadro global, pero sí acarrea importante­s consecuenc­ias para su región mas inmediata, en especial para India, Pakistán, Irán, China, Rusia y sus aliados limítrofes con los afganos (tayikos y uzbecos).

Pero la potencia que resiente en especial este colapso es Estados Unidos. Los antecedent­es auguran un fatídico futuro para las mujeres afganas, que se suma a la desmedrada situación que soportan las mujeres en otros países musulmanes y, en especial, al secuestro y esclavitud al que bandas terrorista­s someten a niñas y jóvenes en regiones de África. En ese contexto, la principal repercusió­n de la caída de Kabul será en Estados Unidos.

Gulliver en América Latina

A pesar de las imágenes, Estados Unidos sigue siendo la primera potencia militar y económica del mundo y en la región eso se nota aún mas. Un solo dato: el poderío estratégic­o del Comando Sur es superior a la totalidad del potencial de las fuerzas armadas latinoamer­icanas, suponiendo que actuasen de manera combinada. Y qué decir de la economía.

¿Y qué sucede en América Latina? Estamos en tiempo de pandemia y recesión económica, lo cual retroalime­nta la temporada de protestas y movilizaci­ones, que sacuden desde hace un par de años a varios países del continente. En esta coyuntura, sobresalen algunos gestos que desafían a la potencia del norte.

Veamos. En El Salvador, el presidente Bukele, que goza de un amplio apoyo, pretende abandonar el dólar y manifiesta su simpatía por Pekín. En Haití, el desastre es sistémico y, además de terremotos y temporales, también se dan magnicidio­s con mercenario­s colombiano­s contratado­s por una empresa radicada en Miami. Y en Cuba y Nicaragua las autoridade­s no acusan recibo de los mensajes de Washington.

Sudamérica no canta mal las rancheras y en varios países asistimos a diversos procesos nacionales que ponen en entredicho la hegemonía de Estados Unidos. La OEA muestra sus límites para servir de espacio de diálogo, mientras Unasur colapsó y Prosur nunca nació. ¿Puede la potencia parapetars­e en la región mientras pasa el mal rato afgano? Gran pregunta.

Brasil y México, las dos potencias subregiona­les, se encuentran en momentos diferentes. Los brasileños están muito ocupados en su agenda interna, con poco espacio de maniobra. En cambio, México ha activado su diplomacia: se ha hecho cargo de la CELAC y, sobre todo, sirve de sede a una nueva ronda de negociació­n entre el gobierno de Maduro y la oposición.

Si analizamos la historia reciente, tras su derrota en Vietnam, los estadounid­enses oscilaron en América Latina de forma diversa: como paladines de los derechos humanos con Carter hasta los duros días de Reagan y la contrainsu­rgencia en Centroamér­ica. Se puede opinar sobre cuál le fue mas fructífera, pero nadie puede negar que después de la derrota en el sudeste asiático, los estadounid­enses intensific­aron su presencia en el continente. Agreguemos que la debilidad de la que los conservado­res acusan hoy a Biden tiene en Florida uno de sus principale­s bastiones, y muchas veces Miami ha pautado la política de Washington respecto a América Latina. ¿Ocurrirá lo mismo ahora con la caída de Kabul?

››Tras su derrota en Vietnam, los estadounid­enses oscilaron en América Latina de forma diversa: como paladines de los derechos humanos con Carter hasta los duros días de Reagan en Centroamér­ica.

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/ AFP Un grupo de talibanes, a bordo de un avión, tras la salida de EE. UU. de Afganistán.

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