Kabul, EE. UU. y América Latina
Los talibanes volvieron al poder en Afganistán en una derrota estadounidense que puede tener impactos en el corto plazo. ¿Cómo afectará todo esto a la región?
¿La región se ve afectada por la salida de Estados Unidos de Afganistán y el fracaso de la guerra contra los taibanes? A pesar de las imágenes, ese país sigue siendo la potencia militar y económica del mundo, y en esta zona eso se nota aún más. Un dato: el poderío estratégico del Comando Sur es superior a la totalidad del potencial de todas las FF. AA. latinoamericanas.
Cayó Kabul y los talibanes volvieron al poder, pero la derrota también impactará el ámbito internacional. ¿Cuán seguros se sienten hoy los aliados de Estados Unidos en el mundo? ¿Qué pensará la OTAN? ¿Ucrania? ¿Corea del Sur? ¿Japón? Y, especialmente, ¿cómo impactará todo esto a nuestra región?
Las críticas recién empiezan, pero es indudable que la administración Biden pagará severos costos. Ya vemos los primeros signos: los sectores ultranacionalistas le reclaman debilidad e improvisación al gobierno demócrata —olvidando que fue Trump quien empezó tratos con los talibanes— y los rusos y chinos hicieron lo mismo hace semanas y meses. El tema se transformará en uno de los principales puntos de la agenda doméstica y electoral.
Para empezar, este desenlace era previsible, pues ya desde tiempos de Trump los norteamericanos habían anunciado su retiro. Lo que sorprendió fue la rapidez con la que se desmoronó el gobierno prooccidental y la desbandada de su ejército.
La victoria talibana no es vital en el cuadro global, pero sí acarrea importantes consecuencias para su región mas inmediata, en especial para India, Pakistán, Irán, China, Rusia y sus aliados limítrofes con los afganos (tayikos y uzbecos).
Pero la potencia que resiente en especial este colapso es Estados Unidos. Los antecedentes auguran un fatídico futuro para las mujeres afganas, que se suma a la desmedrada situación que soportan las mujeres en otros países musulmanes y, en especial, al secuestro y esclavitud al que bandas terroristas someten a niñas y jóvenes en regiones de África. En ese contexto, la principal repercusión de la caída de Kabul será en Estados Unidos.
Gulliver en América Latina
A pesar de las imágenes, Estados Unidos sigue siendo la primera potencia militar y económica del mundo y en la región eso se nota aún mas. Un solo dato: el poderío estratégico del Comando Sur es superior a la totalidad del potencial de las fuerzas armadas latinoamericanas, suponiendo que actuasen de manera combinada. Y qué decir de la economía.
¿Y qué sucede en América Latina? Estamos en tiempo de pandemia y recesión económica, lo cual retroalimenta la temporada de protestas y movilizaciones, que sacuden desde hace un par de años a varios países del continente. En esta coyuntura, sobresalen algunos gestos que desafían a la potencia del norte.
Veamos. En El Salvador, el presidente Bukele, que goza de un amplio apoyo, pretende abandonar el dólar y manifiesta su simpatía por Pekín. En Haití, el desastre es sistémico y, además de terremotos y temporales, también se dan magnicidios con mercenarios colombianos contratados por una empresa radicada en Miami. Y en Cuba y Nicaragua las autoridades no acusan recibo de los mensajes de Washington.
Sudamérica no canta mal las rancheras y en varios países asistimos a diversos procesos nacionales que ponen en entredicho la hegemonía de Estados Unidos. La OEA muestra sus límites para servir de espacio de diálogo, mientras Unasur colapsó y Prosur nunca nació. ¿Puede la potencia parapetarse en la región mientras pasa el mal rato afgano? Gran pregunta.
Brasil y México, las dos potencias subregionales, se encuentran en momentos diferentes. Los brasileños están muito ocupados en su agenda interna, con poco espacio de maniobra. En cambio, México ha activado su diplomacia: se ha hecho cargo de la CELAC y, sobre todo, sirve de sede a una nueva ronda de negociación entre el gobierno de Maduro y la oposición.
Si analizamos la historia reciente, tras su derrota en Vietnam, los estadounidenses oscilaron en América Latina de forma diversa: como paladines de los derechos humanos con Carter hasta los duros días de Reagan y la contrainsurgencia en Centroamérica. Se puede opinar sobre cuál le fue mas fructífera, pero nadie puede negar que después de la derrota en el sudeste asiático, los estadounidenses intensificaron su presencia en el continente. Agreguemos que la debilidad de la que los conservadores acusan hoy a Biden tiene en Florida uno de sus principales bastiones, y muchas veces Miami ha pautado la política de Washington respecto a América Latina. ¿Ocurrirá lo mismo ahora con la caída de Kabul?
››Tras su derrota en Vietnam, los estadounidenses oscilaron en América Latina de forma diversa: como paladines de los derechos humanos con Carter hasta los duros días de Reagan en Centroamérica.