La hora de “Fico”
Federico Gutiérrez, el lanzado de la semana, tiene elementos en común con otros aspirantes que ya estaban en el ruedo. Experiencia de gobierno local y desconocimiento en el plano nacional, sin trayectoria partidista, autodenominado de centro, imagen moderna y afiliación partidista desconocida o débil. En la larga lista de aspirantes hay varios con características semejantes.
Fico, como lo llaman, también se presentará por firmas -como la mayoría de sus competidores-, pues no hay partidos para tantos aspirantes. Y también porque la gran mayoría de estos prefiere inscribirse como independientes. El atractivo de los partidos parece concentrarse, más bien, en las elecciones de Congreso. Pero todo indica que en las elecciones del próximo año se corroborará la tendencia del pasado reciente, en la que el electorado se comporta de manera muy diferente al votar para el Congreso, para presidente o para mandatarios locales.
La competencia por la Presidencia, en fin, hace rato no está definida por partidos, ni tradicionales ni nuevos. Si la excepción era el uribismo -aunque allí lo determinante era el liderazgo del gran jefe- todo indica que en esas toldas hay intenciones de buscar alianzas con otras fuerzas.
El exalcalde Federico Gutiérrez es un exponente de esas nuevas formas de hacer política. Y se beneficia de algunas realidades que caracterizan al momento actual. La personalización de la política y la pérdida de capacidad electoral de los partidos tradicionales, que parecen cada vez más limitados, en la competencia electoral, al escenario del Congreso. El protagonismo está en personas individuales, más que en agrupaciones, y los partidos tradicionales y formales se van relegando a la competencia por el Congreso.
Gutiérrez le apuesta a ser reconocido como un exponente de esa realidad política, que en el capítulo del año próximo será una competencia dura, porque en la extensa lista de presidenciales hay varios que se parecen, tanto en sus aspiraciones como en sus propuestas.
De hecho, el gran interrogante sobre la campaña de Fico es cómo se diferenciará de otras opciones parecidas. Pues en el enorme ramillete de aspirantes, que se irá reduciendo en los próximos meses, hay varias figuras semejantes. Más aún cuando el debate ideológico ni arranca ni pinta definitivo a la hora de construir una imagen clara sobre lo que significan los distintos candidatos. No está claro, en esta elección posproceso de paz, cuál es la prioridad del electorado.
¿Logrará el exalcalde de Medellín ser asociado con las posibilidades de construir un país distinto? ¿Y de ser asociado con un discurso novedoso? ¿En qué se diferenciará de Sergio Fajardo, Enrique Peñalosa, Álex Char, Camilo Romero… y de tantos otros? Todos son exmandatarios locales que ahora compiten por el poder central. El primer desafío será lograr un reconocimiento nacional. Que lo identifiquen por fuera de Medellín y Antioquia como una figura con capacidad de gobernar al país. Y en ese propósito se tropezará con la larga lista de aspirantes que tienen capital político regional, pero no nacional. No son pocos los participantes en esa competencia.
En fin, ¿cómo se presentará el alcalde de Medellín? ¿Está en el centro que todos quieren o en una derecha a la que le ha coqueteado en el pasado y que hoy es menos rentable? En el fondo, Fico buscará, con su candidatura, convencer al electorado de que puede ser el líder que hace falta en la política pos-Uribe. Nada fácil.
Por el momento, la gran pregunta para el exmandatario, y también para sus competidores, es cuál va a ser el mecanismo para depurar el grupo. En la final solo hay cupo para dos, y se da por hecho que uno de esos lo tiene asegurado Gustavo Petro. ¿Cómo se depurará el grupo? A hoy no se conoce cuál es el argumento del exalcalde de Medellín para que los votantes, en todo el país, lo prefieren a él sobre la larga lista de aspirantes. Y aunque Fico tiene en su haber una tarea en la Alcaldía bien calificada, su mayor problema es que otros corredores arrancaron hace rato.
*Excanciller y periodista.