La evasión en la reforma tributaria
EL ARTÍCULO MÁS PROGRESISTA DEL proyecto de ley que presentó el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, era exigir la georreferenciación para establecer el valor comercial de los predios en las transacciones de este tipo. Se trataba de atacar los negocios por debajo de la mesa en las compraventas que terminan reduciendo los impuestos prediales a nivel local y el del patrimonio que recauda la DIAN. Escapan también del impuesto a las ganancias ocasionales que surgen de la valorización que obtienen los predios, gracias a la provisión de servicios domiciliarios y sociales.
Para acercar el valor de los inmuebles a su precio comercial, era obligatorio que los notarios verificaran el valor que muestran los catastros locales y, en general, el detalle que se obtiene mediante fotos y análisis de los predios, incluyendo un mayor número de fincas que se vuelve posible mediante la referenciación geográfica. El catastro multipropósito parece avanzar, a pesar de los palos a sus ruedas que le introduce el Centro Democrático. Esa información se puede utilizar para cotejar el valor comercial y el que declaran sus propietarios.
Pues bien, el artículo fue eliminado de tajo por varios congresistas que expusieron argumentos como el de que “paraliza la economía e introduce una sanción desproporcionada para el notario”. Según algunos, afectaría negativamente la reactivación económica y, en especial, la industria de la construcción, así como a los propietarios de vivienda con el aumento del predial que resultaría. No es claro por qué las nuevas transacciones de bienes raíces afectarían el predial de todos los hogares, lo cual es una extrapolación falaz y absurda. De hecho, en todas las grandes ciudades del país el valor catastral es bastante cercano al comercial.
La propuesta del ministro Restrepo no tocaba el subregistro del valor declarado de la gran mayoría de predios rurales a la hora de pagar sus impuestos. Según el Censo Agropecuario de 2014, había 6.000 unidades de producción mayores de 1.000 hectáreas que concentraban el 74 % del área (80 millones de hectáreas), una de las concentraciones de propiedad de la tierra más altas del mundo. Sus propietarios pagan muy pocos impuestos prediales, e incluso si son transadas, tampoco pagarán sus nuevos propietarios y los antiguos se quedarán con toda la valorización derivada del trabajo de la población y las obras públicas que ellos no han financiado.
Alguna vez obtuve información sobre el valor declarado de la hacienda El Ubérrimo, en las afueras de Montería, con el precio por hectárea que se ofrecía en el periódico local. La diferencia era de 16 veces, con lo cual el expresidente Uribe pagaba una fracción de lo que debería para sostener la ciudad que lo ha acogido generosamente y para el país que le ha regalado tanto poder, riqueza y prestigio. Esa conducta elusiva sigue siendo tolerada por la ley.
Coda. ¿Cómo se sentirá el ministro Restrepo cuando tenga en la junta a un exministro ungido por el presidente eterno? ¿Cómo se sentirán los miembros de la junta que votaron contra su pretensión a la gerencia y el equipo técnico que ha maltratado?
‘‘Colombia
tiene una de las concentraciones de propiedad de la tierra más altas del mundo y sus propietarios pagan muy pocos impuestos prediales”.