Ya estuvo bueno, Óscar Iván
A MÍ ME CAE BIEN ÓSCAR IVÁN ZUluaga, creo que voté por él (es que a veces voto en blanco, cuando no es por Noemí), pero derrotado en la contienda y de tramposa manera, habría mérito para el reclamo, pero no es hora de reivindicaciones.
Su tiempo pasó, el uribismo puro fue hundido también de mala manera, reivindicándose Santos, hechura suya, por sobre el cadáver de su patrocinador. Uribe, Zuluaga y el propio Duque cuentan con el mismo elevado rechazo en las “maledettas” encuestas. Óscar Iván podrá intentarlo de nuevo, pero será carta a favor del candidato Petro, horror de los mortales.
Hay que tener en cuenta que los votos que eventualmente acompañaron a un candidato que jugó y ha sido derrotado no quedan allí a su favor y para siempre. Han sido ocasionales y en muy raros casos son una votación cautiva, como se llamaba antes.
No lo veo como el candidato de Uribe. Es claro que el Núñez viviente (léase el de Llanogrande o El Ubérrimo) no puede, de buenas a primeras, descartar a Óscar Iván Zuluaga, a quien promovió desde la presidencia haciéndolo saltar de ministro a presidenciable, con resultado de momento exitoso pero, como queda dicho, vuelto nada por la trinca enemiga, que le urdió la trampa del 2014, hacker incluido, en la segunda vuelta.
Qué pesar de Óscar Iván. Hay otros jugadores, a quienes también se les están colocando tropiezos y zancadillas. Mírese, si no, a Sergio Fajardo, al que la Fiscalía Barbosa, muy eficiente en algunos casos, resolvió torpedear con fallas administrativas que pudieran eliminarlo. Y llego a pensar, atérrense, que ha sido Uribe el lejano autor de esta quemazón, por ser Fajardo el único que, hasta ahora, ha podido contrastar con fuerza al candidato de la izquierda autocrática. ¿Y acaso Uribe es amigo de Petro? Imposible, pero prefiere imponer a su tercer presidente, para lo cual la independencia de Fajardo es un estorbo.
Ha estallado, por fin, la bomba de tiempo de Alejandro Gaviria, el esperado de las naciones. Presiento que no le ayudarán las encuestas, que tienen otros dueños y otros intereses. Sin embargo y a favor de Gaviria, pienso que lo respaldaría un silencioso grupo de electores de todas las clases sociales, que buscarán acogerse al voto de contención a la revuelta y al amenazante desafío de un descontento generalizado.
Fajardo y Alejandro Gaviria, y acaso “Fico” (Federico) Gutiérrez, jugarían a la alternativa, si no se atraviesa la Fiscalía, determinadora electoral, pues hoy en día la justicia es instrumento del cual se vale la política. Mírese cómo tienen justicia y política, las dos a una, acorralado al expresidente Uribe hasta llevarlo a cárcel por “falsos positivos”, que son falsos en cuanto son engaño de los soldados de horrendos batallones a sus comandantes o al mismo comandante en jefe. En ello, razón tiene Uribe.