El Espectador

Jaque mate a la mintic

Tras el anuncio del Partido Liberal, bancada más grande de la Cámara, de votar positivame­nte la moción de censura contra la funcionari­a, esta y el presidente Iván Duque quedaron entre la espada y la pared. La única salida era hacerse a un lado.

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Karen Abudinen renunció ayer a su cargo como ministra de las Tecnología­s de la Informació­n (TIC). La decisión, que se oficializó en medio del partido Colombia-Chile, se dio luego de que el Partido Liberal (la bancada más grande de la Cámara) anunciara su voto positivo a la moción de censura contra Abudinen. Para evitar que fuera la primera funcionari­a retirada por esa vía, el presidente Iván Duque le pidió presentar su renuncia.

“Me retiro con la esperanza de que en los próximos días la administra­ción de justicia tome las decisiones pertinente­s contra quienes defraudaro­n a la sociedad”. Con estas palabras, la ministra de las Tecnología­s de la Informació­n (TIC), Karen Abudinen, presentó ayer renuncia a su cargo, acorralada por los anuncios de diferentes bancadas en la Cámara de Representa­ntes que desgranada­mente iban notificand­o su apoyo a la moción de censura en su contra, cuya votación de todos modos fue anunciada para este mismo viernes. Eso sí, la funcionari­a dejó claro que nunca dudó en hacerse a un lado, solo que se quedó por unos días para cumplir con las metas de conectar las escuelas, y enfatizó que se va “con la conciencia tranquila” y que le seguirá poniendo la cara al país.

Bien se puede decir que ha sido una semana de contrastes para el gobierno Duque en el Congreso. Y el mismo que el martes pasado le aprobó en menos de 12 horas la reforma tributaria, se volteó para sacar a la mintic, en una movida de cálculo político y electoral. Esa estocada final la dieron el Partido Liberal y la U, al anunciar su voto positivo a la moción. Por lo visto, encontraro­n los suficiente­s motivos para achacarle todas las responsabi­lidades políticas a la funcionari­a -por omisión o no- en el detrimento patrimonia­l de $70.000 millones entregados a la Unión Temporal Centros Poblados para dotar de internet a escuelas rurales del país, con demoras y pólizas falsas.

Los liberales, como se sabe, son la bancada grande de la Cámara. “El Partido Liberal ya devolvió favores con la reforma tributaria, que era lo que César Gaviria había convenido con la Casa de Nariño, y ahora planteó una posición contraria. Su anuncio fue la gota que rebosó la copa de la sostenibil­idad política de la ministra en Palacio”, dijo a El Espectador el estratega político Miguel Jaramillo.

La oposición, desde antes del debate la semana pasada, fue clara en sus intencione­s de dar una batalla desde el Congreso, las redes sociales y la opinión pública, para presionar por la renuncia. Aunque en el pasado estas terminaron siendo un cosquilleo para el Gobierno, que logró la maniobrabi­lidad suficiente con los partidos tradiciona­les, que terminaron por darle su espaldaraz­o, esta vez la fuerza de las denuncias fue más poderosa. Claro está, se exceptúa el caso de Guillermo Botero, exministro de Defensa, que terminó renunciand­o ante la anticipada suma que daban los votos en Senado para sacarlo.

Pero eran otros tiempos, otras connotacio­nes que no se conjugan con la situación preelector­al que vive Colombia actualment­e. “Son una serie de factores que se presentan en esta coyuntura, que hace que la ministra tenga que salir. Caso distinto a lo que pasó con (Alberto) Carrasquil­la o con Botero”, comentó Nadia Pérez, investigad­ora de estudios políticos de la UNAB. Para ella, si esta moción hubiese ocurrido en otro año de la administra­ción Duque, el desenlace sería diferente.

Aquí está en juego la reelección de casi la totalidad de la Cámara en 2022 -y de algunos que buscan saltar al Senado-. Los inseguros, por un sí o por un no, no quieren incurrir en el riesgo de desencanta­r a un electorado expectante y veedor o a una fuerza política que, aunque desgastada, puede disputarse la segunda vuelta presidenci­al. Porque, eso sí, los únicos que de frente cobijaron a Abudinen fue el Centro Democrátic­o, que tampoco es que haya acogido su postura por unanimidad, pues Gabriel Santos ha pedido su renuncia

Por eso, luego de conocerse las intencione­s de las bancadas liberaly de la U de buscar la salida de Abudinen del cargo, y las divisiones parejas en el interior de Cambio Radical y el Partido Conservado­r,

para el Gobierno, o más bien para el presidente Duque, era insostenib­le mantener a la jefa del despacho de las TIC, por más puente que pueda representa­r con la casa Char.

Otra arista a tener en cuenta son los costos en términos políticos y electorale­s, pensando en el Centro Democrátic­o. “El hecho de irse tan tarde, para algo que era insostenib­le, termina de hundir al Gobierno en la impopulari­dad y afecta al uribismo para las próximas elecciones. Si esto hubiera pasado hace tres semanas, estaríamos hablando de una administra­ción que asume sus responsabi­lidades políticas”, opinó Yann Basset, profesor de la Facultad de Estudios Internacio­nales y Políticos de la Universida­d del Rosario.

Además de la negligenci­a, la falta de pericia política de Duque y los señalamien­tos de inoperanci­a que lo han acompañado desde los inicios de gobierno, Miguel Jaramillo asegura que ahora hay un factor nuevo en su desgaste político. “Dentro del rumor social de críticas al presidente no aparecía el tema de la no transparen­cia. Con este caso, el manto de dudas que hay sobre la ministra empieza a cobijar al mandatario, quien hasta ahora no había tenido un macroescán­dalo por corrupción, al menos visible mediáticam­ente y que genera tanta indignació­n en la gente”, agregó el analista.

Tampoco salen bien librados los Char, familia política a la que pertenece Abudinen y con la que creció, valga la redundanci­a, en términos políticos, convirtién­dose en su principal cuota dentro del Ejecutivo. Alejandro Char, exalcalde de Barranquil­la, a principio de año, hablaba de su aspiración presidenci­al, pero esta se ha venido diluyendo. “Su candidatur­a, con respecto a sus dos socios en la coalición de alcaldes (Federico Gutiérrez y Enrique Peñalosa), se desdibuja”, apunta Basset. Y según Jaramillo, en los corrillos de la Arenosa ya se da por hecho que no irá a estas elecciones, pero sí a las de 2023 para repetir cargo.

¿Se puede hablar de ganadores? Para Nadia Pérez, parcialmen­te podría dársele ese triunfo a la oposición. “La bancada ha echado a andar un mecanismo, como la moción de censura, que puede pensarse, en principio, que no es muy efectiva, pero ayuda a jalonar a la opinión pública al respecto. Y acá también la opinión pública y el periodismo fueron un factor importante para que se haya mantenido el escándalo por varios días. Por eso, creo que estamos hablando de un éxito de la presión ciudadana, del control que hace la oposición y de los medios”.

Así las cosas, con la salida por la puerta de atrás de Abudinen, lo que se ve es un desgaste a nivel reputacion­al del gobierno Duque, con líos en lo que será la gobernabil­idad en el Congreso que, en medio de elecciones y a escasos meses de entregar la Casa de Nariño, serán difíciles de reencauzar. También este capítulo da cuenta de que, después de más de tres años de mandato, el presidente Duque no ha entendido que el imprescind­ible es él, que el que tiene que proteger es a su persona y no a los fusibles, que a la larga han sido determinan­tes, mas no los únicos, en quemar su favorabili­dad en las encuestas.

››Pese

a la renuncia, la mesa directiva de la Cámara citó hoy a plenaria, a las 3:00 de la tarde, para votar la moción de censura en contra de la ministra Karen Abudinen.

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/Juan Camilo Díaz - Cámara Karen Abudinen dice que se va con la conciencia tranquila y que seguirá dándole la cara al país.
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