Economía verde ya
En El Espectador del 5 de septiembre, respecto de la transformación económica impuesta por el cambio climático, en la página 39 el veterano economista y columnista Armando Montenegro pregunta: “¿Qué vamos a producir?”, en tanto en la página 40, el nobel de Economía 2001, Joseph E. Stiglitz, sentencia: poner las finanzas del lado del clima.
El primer mensaje, si bien reconoce la urgencia de la situación, plantea una enrevesada, lenta y mesurada transición, en oposición a la “desatinada propuesta de desmontar aceleradamente la economía petrolera”, formulada por el senador Gustavo Petro, en tanto el laureado llama la atención acerca del nefasto financiamiento a la industria de combustibles fósiles que “alimenta activamente la crisis climática”. Son, indudablemente, dos visiones-versiones sobre un mismo asunto, pero llama la atención de la parroquial de nuestro opinador su limitación sesgada, mucho más en estos momentos preelectorales en los que salen a relucir las doctas lecciones de quienes han administrado al país de manera tan acertada, como palmariamente se manifiesta en el diario vivir del pueblo colombiano.
Voy a abonarle a Montenegro que su moderación analítica surge no de una seria ponderación académica sino del hecho geográfico de vivir en Bogotá, a 2.600 m s.n.m., y no en Nueva York, a ras de aguas marítimas, por lo que en este paraíso no soporta esas tribulaciones climáticas que le impongan conocer la dura realidad contemporánea. No de otro modo se entiende una interpretación tan simplista y pueril, salvo por la consabida, copiada, manoseada y, como tal, nada original detracción de cualquier intervención pública que hace el precandidato Petro.
Michel Delgado Corredor.