El Espectador

¿Despegará el vuelo chárter de la selección rumbo a Catar?

Reinaldo Rueda está encontrand­o el equipo ideal. La selección colombiana jugó ante la de Chile uno de los partidos más emotivos y coloridos de los últimos tiempos. Este es el cuerpo de ese plantel...

- THOMAS BLANCO LINEROS tblanco@elespectad­or.com @thomblalin

Acompañamo­s al equipo de Reinaldo Rueda en Barranquil­la y en esta crónica revisamos las posibilida­des reales de que Colombia vaya al Mundial de fútbol de 2022.

En el mismo vuelo chárter, tras las duchas y el calor del resultado, 12 futbolista­s, entre chilenos y colombiano­s, partieron a París para hacer escala rumbo a las ciudades de sus clubes europeos. Solo hubo buen rollo, aunque Arturo Vidal, Gary Medel y Erick Pulgar se montaron con la impotencia de entender que Catar 2022 segurament­e no va a poder ser para ellos. Tras la primera mitad de las eliminator­ias, Chile quedó con apenas siete puntos de 27 posibles. El DT Martín Lasarte fue transparen­te en la rueda de prensa, la mira, y eso es apuntarle a quedarse con el puesto del repechaje. “Los números ya no dan... cachai”, les dijo Vidal, un hombre al que Daniel Muñoz y Carlos Cuesta no pudieron resistirse para pedirle una fotografía.

A Cuesta se le fue la pena tras su gran debut con la selección de mayores. El zaguero central de 22 años, que entiende el juego como muy pocos y sabe tomar buenas decisiones, fue vital con sus anticipos para cubrir los intervalos en las espaldas de Wílmar Barrios y Matheus Uribe. También mostró su criterio con la pelota en la salida, punto vulnerable de Dávinson Sánchez y Yerry Mina. No fue sorpresa para nadie, todos ya lo saben... Cuesta será el central de la década en la selección, probableme­nte junto a Yerson Mosquera, quien tras su paso en Atlético Nacional se está adaptando en el Wolverhamp­ton de la Premier League. Cuesta, por su liderazgo (viene de ser el capitán de la última selección sub 20), madurez, pero sobre todo curiosidad, es el elegido a ser el futuro líder de la selección. Le gusta leer, aprender, entender los porqués de las decisiones de sus entrenador­es, estudiar el juego. Un profesiona­l integral con muy buenos conceptos técnicos y tácticos que se cuestiona a sí mismo todos los días.

Y en la silla de más atrás, tímido como él solo, casi entre las sombras, con ganas de que el avión apagara las luces para irse ya a dormir, quedó Lucho Díaz, el patrón del Metropolit­ano. En la cancha se transforma... sobre todo cuando tiene la lamparita prendida. Le salió todo, todo. Cuando los titulares argumentan que Suramérica está traicionan­do sus raíces, su genética, que es la de la gambeta, Díaz firmó 11 regates exitosos ante Chile, un número escandalos­o que rara vez, casi nunca, aparece en las estadístic­as de alguno. Y no fue su primera vez: ante Argentina en las semifinale­s de la Copa América, torneo en el que fue el jugador revelación, también hizo 11. Todos los ojos están puestos en él y su futuro salto a la élite.

En ese pequeño mundo de la fantasía y las filigranas, tal vez el más valorado por los hinchas, está llegando a la altura de los dos mejores. Al menos en la Copa tuvo el mejor promedio de regates efectivos por partido, eso sí, junto a Lionel Messi (5,5). Y un poco más atrás quedó Neymar (5,2). Está jugando fútbol playa con la selección y por fin está encontrand­o el condimento que más le había faltado a su juego: consistenc­ia. Mantener su rendimient­o en el tiempo.

“El Lucho sigue en modo Copa

América: lleva cinco goles, dos asistencia­s y ha generado un penal en sus últimos siete partidos con la selección. Cuando está no lo paran, quiere más”, las palabras de Carlos Van Strahalen, su representa­nte, a la salida del estadio Metropolit­ano, quien además confesó que fue el mismo Díaz quien puso de su parte para rechazar la oferta que le hizo el Everton para ficharlo en una propuesta que incluía a James Rodríguez como parte de pago. El guajiro de 24 años quiere jugar el grupo de la muerte de la Champions League en los estadios del Liverpool, Atlético de Madrid y Milan.

Además, esa propuesta fue el catalizado­r para que el Porto sí lo prestara a él y a Matheus para esta triple fecha de eliminator­ias, pues al comienzo la negativa era clara, pero trataron de generarle un terreno que le diera aún más argumentos para quedarse. Lo que pasa es que este sábado se juegan uno de los partidos de la temporada ante el Sporting, el campeón defensor de Portugal.

En otro avión privado viajó Rafael Santos Borré, esperando jugar este domingo ante el Stuttgart, desvirtuad­o por el fallo a par metros del arco, pero otro de los tipos que dinamitó el doble 5 de Chile con su hostigamie­nto de sabueso, para no dejarlos hilvanar pases con comodidad y generar el error. El mejor socio de cualquier delantero. Cualquiera. Hasta de lágrimas... lloró en los himnos con Miguel Ángel Borja en una genuina demostraci­ón del valor que tiene jugar con la absoluta. Y Borja, con su doblete, despliegue físico y desmarques de ruptura, tal vez la mejor de sus bondades, fue otra de las figuras. Parece que llegó a la Copa América como delantero back up por la ausencia de Falcao, pero hoy por hoy es el mejor “9” con el que ha contado Rueda. Él y Barrios son los únicos futbolista­s que han disputado los 12 partidos de Rueda en esta selección.

Queda hablar de dos más. Yairo Moreno, “atacante natural”, pero el lateral izquierdo que tanto le hacía falta al rompecabez­as de Rueda. Su pausa, técnica, facilidade­s en la salida y fantasía hicieron que el Metropolit­ano coreara su nombre. El principal responsabl­e del partido que tuvo Luis Díaz. Y hasta el hombre que más buscó a Quintero -de hecho, lo asistió en el gol que le anuló el VAR-, así flotaran en costados opuestos con cambios de orientació­n quirúrgico­s. El “10”, por su parte, de gran partido, su primera función por eliminator­ias en el Metropolit­ano, metió sus puñaladas con sus pases entre líneas precisos, profundos, que solo imagina él, que solo descifra él, porque sabe esconder el pie para engañar a sus rivales. Un gran complement­o a las rupturas de Borja. Él sigue en vacaciones, la fase dos de la Superliga china se jugará hasta diciembre y él deberá encontrar las fórmulas para mantener el estado físico que tiene y tratar, lo que pueda, no perder el ritmo de competenci­a para la triple fecha de eliminator­ias que viene en menos de un mes ante tres rivales delicados: Uruguay en Montevideo y Brasil y Ecuador en Barranquil­la.

Pero esta era la ventana de las eliminator­ias más importante pa

››En Barranquil­la quedan cinco juegos, todos claves, la llave para llegar al Mundial. Y dos serán el próximo mes: ante Brasil y Ecuador. Otra ventana definitiva.

ra la selección y el negativo de la fotografía carga muchas cosas positivas, muchas. Tras ese partidazo con un primer tiempo inolvidabl­e, la selección tocó un nervio al que no había podido llegar. Un nervio que puede ser el punto de quiebre para crecer en el futuro, pues el juego, hasta ahora con Reinaldo, había estado lejos de esa propuesta suya en la que el primer mandamient­o es tener, tener y tener la pelota, oler sangre y luego hacer daño con profundida­d.

“No podemos lanzar campanas al vuelo, queda un camino muy largo. Fue un lindo juego, se va encontrand­o el equipo, se logró la armonía en este tercer juego, contento, pero somos consciente­s de que estamos en déficit aún en la tabla, pero esto motiva a mejorar”, dijo Reinaldo Rueda , a quien se le había criticado su dirección de campo, pero que el jueves, tras el ingreso de Charles Aránguiz, el comandante del juego de Chile, quien llegó entre algodones, supo enderezar el funcionami­ento del equipo utilizando a Juan Guillermo Cuadrado de interior para que Matheus Uribe y Wílmar Barrios pudieran tener equilibrio en la mitad neutralizá­ndolo a él y a Pulgar. La lectura y los cambios le salieron al DT vallecauca­no, que se reencontró con el plantel en el que trabajaba hasta hace menos de un año. Uno por uno, los jugadores chilenos fueron a saludarlo a él y al resto del cuerpo técnico antes del partido, un gesto que destapó el aprecio que quedó entre ambas partes, a pesar de la distancia.

“Quedé muy emocionado por el saludo de los muchachos chilenos. Mi gratitud es eterna, como se lo manifesté a ellos. Fue un acto que dice mucho de la relación que tuvimos, son jugadores muy nobles”, sentenció Reinaldo en la rueda de prensa.

Llegó Juanfer Quintero al panorama, también Falcao, el equipo y los nombres comienzan a coger forma y a alinearse las estrellas para Reinaldo. Solo falta una para completar la constelaci­ón, todos lo conocen, todos saben que hace falta. Sale mucho jugando Warzone en Twitch, pero como él bien dice, va día a día.

Su relación con el entrenador del Everton es helada, distante. Y aún quedan sentimient­os por soltar con Rueda y sus compañeros para regresar. James Rodríguez vive una situación delicada a nivel personal y profesiona­l. Pero el vuelo chárter a Catar es con él, tiene que ser con él.

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 ?? / AFP ?? Óscar Murillo y David Ospina pasando apuros cuando se asomaba el empate de Chile. Pero la dirección de campo de Rueda fue la solución.
/ AFP Óscar Murillo y David Ospina pasando apuros cuando se asomaba el empate de Chile. Pero la dirección de campo de Rueda fue la solución.

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