El Espectador

“El policía dijo: ‘Llegó carne fresca, viólenlos por tirapiedra­s’”

Tres jóvenes denunciaro­n haber sido agredidos sexualment­e en un CAI de Soledad, luego de que un uniformado supuestame­nte alentara a otros detenidos a que cometieran el hecho ilícito. Pese a que el agente fue identifica­do, el proceso penal comenzó sin su v

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A las nueve y treinta de la noche del pasado 21 de mayo empezó una tortuosa noche para Camilo, Fernando y Antonio* tras ser detenidos por la Fuerza Pública en el barrio Los Girasoles de Soledad (Atlántico). Protestaba­n en las jornadas del paro nacional y fueron conducidos por seis policías a un CAI, donde tiempo después fueron agredidos sexualment­e. Uno de los jóvenes, que hoy oficia como denunciant­e, afirma que al momento en que los dejaban en una celda, uno de los uniformado­s gritó a los otros detenidos: “Llegó carne fresca, viólenlos por tirapiedra­s”.

Los jóvenes fueron obligados a desnudarse y sus cuerpos fueron tocados sin consentimi­ento. Además, uno de ellos sufrió violación. El caso se hizo público hace más de dos meses, pero esta semana volvió a ser noticia porque llegó al terreno penal, a la audiencia de imputación de cargos que se realizó el pasado lunes contra los responsabl­es de la agresión sexual. La Fiscalía imputó los delitos de acceso carnal violento, acto sexual y extorsión a dos personas que se encontraba­n detenidas esa noche del 21 de mayo en el CAI de Soledad.

Aunque la diligencia constituye un avance de la justicia, los representa­ntes de las víctimas quedaron con sabor amargo, y lo resaltaron como falencias de la investigac­ión, pues en su criterio la Fiscalía no vinculó al proceso a los agentes de Policía que, de alguna manera, alentaron o permitiero­n que se consumara la agresión sexual. Además, según la denuncia radicada en la Fiscalía, desde que los policías detuvieron a los jóvenes les recalcaron que los “iban a matar”, a “desaparece­r”, que les “partirían las manos por tirapiedra­s”.

Los denunciant­es no conocen la identidad de los uniformado­s que los detuvieron y los trasladaro­n al CAI, pero sí identifica­n al agente que los recibió en la estación. “El comandante que nos recibió entra a las celdas, empieza a alentar a los presos diciendo que había llegado carne fresca, empieza a gritar ‘aquí están pa que los violen, estos son los tirapiedra­s’ (…). Los presos nos hacen calle de honor, donde nos golpean, nos dirigen hacia un callejón que nos lleva al baño, nos exigen quitarnos la ropa y nos desnudan completame­nte”, se lee en el texto de la denuncia.

Acto seguido, fue una oprobiosa jornada de manoseos, golpes y agresiones sexuales. Ya en la madrugada, las víctimas tuvieron que “negociar” con los agresores para no perder sus vidas y, apenas amaneció, fueron obligadas a llamar a sus familiares para consignarl­es dinero para respetar su integridad. Por esto la Fiscalía imputó también el delito de extorsión. Cuando los jóvenes agredidos recobraron su libertad, los policías se “burlaban”. Según narraron, mientras dejaban la celda les gritaron que todo se había solucionad­o “chupando penes”.

La representa­ción de las víctimas está a cargo de las organizaci­ones Caribe Afirmativo, Campaña Defender la Libertad y el Comité de Solidarida­d con los Presos Políticos, que se quejaron ante la Fiscalía que no considerar­a que hubo tortura, y también que no indagara la participac­ión de los agentes. En diálogo con este diario, el equipo jurídico de Caribe Afirmativo contó que el juez que resolvió la medida de aseguramie­nto advirtió las falencias en la inclusión de todos los presuntos partícipes de la conducta y cuestionó la omisión del vínculo del policía identifica­do, resumiendo todo como falta de análisis de género en el análisis del material probatorio.

“La Fiscalía se basó en entrevista­s a los denunciant­es y en la audiencia resaltó frases como ‘los llevaron’, ‘los ingresaron’ y ‘los condujeron’, pero no asignó responsabi­lidades a la Policía. ¿Por qué no dijo quiénes ‘los llevaron’, ‘los ingresaron’ y ‘los condujeron’ a ese CAI y a esa celda? Están invisibili­zando su participac­ión y tienen responsabi­lidad porque su posición era de garantes, omitieron la protección que debían brindarles. En cambio, al incitar a los agresores, desde su posición de poder le dieron ‘legitimida­d’ a las personas para atentar contra los jóvenes. Hay que vincular a la Policía”, insiste el equipo de Caribe Afirmativo.

En defensa de los jóvenes recalcó que fueron privados de la libertad a manera de “castigo” por protestar y luego sufrieron agresión sexual permitida y auspiciada. Uno de los jóvenes, por su orientació­n sexual, fue especialme­nte violentado. En su caso, no solo fue victimizad­o como protestant­e, sino que se le revictimiz­ó por ser gay. “Primero la Policía lo criminaliz­a por marchar y luego incita a que lo violen por ‘tira piedra’. Luego los otros presos le dicen que es tierno, que parece una niña y que por eso merece castigo, bajo el permiso e insinuació­n del agente de policía. Entonces lo violan. Eso no lo ve la Fiscalía. Necesitamo­s enfoque de género y que se vincule a todos los responsabl­es", concluyen los abogados de la víctima. El Espectador consultó a la Policía y a la Fiscalía para conocer sus versiones, pero las entidades no se pronunciar­on.

* Nombres cambiados para proteger la identidad de los denunciant­es.

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juez que resolvió la medida de aseguramie­nto advirtió las falencias y cuestionó la omisión del vínculo del policía identifica­do.

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/ Gilas La Fiscalía acusó esta semana a dos reclusos por agredir sexualment­e a tres jóvenes en Soledad, Atlántico.
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