La luz se hizo en Malaui...
Gracias a la idea de un ingeniero aficionado, la luz llegó a una escuela en Malaui (África). Una bicicleta, una nevera y la fuerza del río Kasangazi bastaron para construir una especie de planta eléctrica.
Los niños de la aldea de Yobe Nkosi, en las colinas de Malaui (África) estudiaban a la luz de las velas. Y no todos, solo aquellos
que podían comprarlas.
"Hice una turbina hidroeléctrica con el compresor de un refrigerador, brindando electricidad a seis casas de la aldea”, explicó. Desde entonces, su casa se convirtió en el punto de carga de los teléfonos celulares de los vecinos.
La escuela de este lugar es la única, entre las ƴ7 de la región, que cuenta con iluminación. Un “milagro” por el que los habitantes de la zona pagan un poco más de un dólar al mes.
Una situación “normal” en este país del sur de África y catalogado como uno de los más pobres del mundo, en donde solo el 11% de la población en las ciudades tiene luz eléctrica; en el campo, el privilegio solo cobija a un 4%.
Nkosi es el hombre más buscado de la región, las autoridades lo quieren para desarrollar un proyecto que lleve energía a más de ƴ8.000 personas de esa zona.
Pero hace un tiempo a la escuela llegó la energía eléctrica gracias a una idea de Colrerd Nkosi, un LQJHQLHUR DƮFLRQDGR TXLHQ DUP² una especie de planta eléctrica usando una bicicleta, una vieja nevera y la fuerza de la corriente del río Kasangazi.
Hoy, la aldea de Yobe Nkosi se abastece de electricidad gracias a una planta artesanal un poco más grande, instalada en las afueras, impulsada por el motor de una desgranadora de maíz. La energía llega a todas las casas a través de rudimentarios cables de acero, colgados en los árboles.
Las casas de Yobe Nkosi alumbran hasta bien entrada la noche, cuando los niños, que antes estudiaban con velas, leen sus libros y terminan sus tareas iluminados por el ingenio de un vecino.