El Espectador

Crónica de un incendio anunciado

Desde febrero de 2015, el Hospital Departamen­tal de Villavicen­cio estaba conminado a mejorar su sistema de prevención y atención de incendios. La Supersalud también insistió; pero el siniestro ocurrió, murió un bebé y gran parte de la UCI quedó reducida a

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Hace seis años, el Benemérito Cuerpo de Bomberos Voluntario­s de Villavicen­cio le advirtió al Hospital Departamen­tal de la capital del Llano que, en cumplimien­to de la Ley 1575 de 2012, debía establecer unos mínimos estándares de seguridad contra incendios para obtener la certificac­ión bomberil. Hacia las siete de la noche del domingo anterior, en el segundo piso se desató un incendio que consumió buena parte de la unidad de cuidados intensivos del centro asistencia­l y lo único claro es que se vivieron momentos de crisis con la evacuación de cerca de 223 pacientes, pero perdió la vida un bebé de un mes de nacido.

Por todo lo que rodea la historia reciente del Hospital Departamen­tal de Villavicen­cio, no existe una versión cohesionad­a sobre lo que pudo suceder. Unos dicen que fue producto de un corto circuito y que en la comunicaci­ón del Cuerpo de Bomberos de febrero de 2015, este organismo, entre otras recomendac­iones, había insistido en la señalizaci­ón de los riesgos eléctricos. Se rumora también que utilizaron una pintura inadecuada en la zona de oxígeno y que eso pudo generar la combustión. Lo cierto es que el hospital sabía que debía adecuar sus instalacio­nes para una eventual emergencia por incendio.

En la comunicaci­ón del Cuerpo de Bomberos de Villavicen­cio del año 2015, suscrita por William Fernando Álvarez y Daniel Andrés Donato, en calidad de comandante y coordinado­r de prevención de la institució­n, respectiva­mente, se les hizo saber a las directivas del hospital que debían informar sobre su plan de emergencia ante incendios para minimizar los daños en los pacientes y las instalacio­nes médicas. Además, recomendab­a acciones precisas sobre reubicació­n de extintores y detectores de humo. Aspectos que ahora se evalúan para establecer las responsabi­lidades del siniestro.

Para aliviar la difícil situación que afronta el hospital, la primera medida que adoptó el alcalde de Villavicen­cio, Felipe Harman, fue establecer la Ley Seca en la ciudad para que no aumenten los pacientes críticos, producto de riñas y accidentes. Harman manifestó que el incendio disminuyó la capacidad hospitalar­ia en el nivel de urgencias en un 50 % y en la unidad de cuidados intensivos en un 25 %. Por eso formuló un llamado a la Gobernació­n y al Gobierno Nacional para que repongan los equipos destruidos de la manera más ágil y oportuna.

El primer mandatario de Villavicen­cio aprovechó para resaltar que el departamen­to requiere con urgencia poner en marcha un plan de expansión hospitalar­ia. “La displicenc­ia con el Meta en esta materia es enorme. Durante la última visita del Gobierno no nos facilitaro­n ni ventilador­es. Ni vacunas ni tapabocas trajeron los delegados”, expresa Harman, que también le pasó cuenta de cobro a la Gobernació­n del Meta porque, según él, le ha impedido habilitar una de las clínicas quebradas de Saludcoop, a pesar de que se la ganó en un comodato.

Al margen de los comentario­s del alcalde y del silencio del Cuerpo de Bomberos respecto a lo sucedido y sus comunicaci­ones de advertenci­a, la historia reciente del Hospital Departamen­tal de Villavicen­cio no es muy edificante. En agosto de 2015, la Superinten­dencia Nacional de Salud lo sometió a vigilancia especial y, dos meses después, ordenó la toma de posesión de los bienes, haberes y negocios, en una intervenci­ón forzosa para salvar su operativid­ad y sus finanzas.

En ese momento, el organismo de control calificó de “potencialm­ente peligrosa para el personal asistencia­l y para los usuarios”, la atención que se estaba prestando en el Hospital Departamen­tal. Además de insuficien­te recurso médico y de enfermería, el diagnóstic­o ratificó un notorio déficit presupuest­al y un alto grado de iliquidez, con los consecuent­es atrasos en el pago de salarios de los trabajador­es y las obligacion­es con proveedore­s. La intervenci­ón del Hospital Departamen­tal de Villavicen­cio se prolongó hasta el 24 de enero del año 2020.

Según reporte del superinten­dente de Salud, Fabio Aristizába­l Ángel, después de casi cinco

››En

el incendio del Hospital Departamen­tal del Meta perdió la vida un bebé de un mes de nacido y se quemaron 37 camas y equipos de la unidad de cuidados intensivos.

años de intervenci­ón, devolvió saneado el hospital a la Gobernació­n del Meta. Sin embargo, advirtió sobre la necesidad de continuar en el proceso de vigilancia especial. Entre los logros exaltados del Gobierno, además de la reapertura de los servicios de urología, nefrología o cirugía oncológica, la Superinten­dencia exaltó también la unidad de cuidados intensivos, justamente una de las secciones afectadas por el incendio del pasado domingo 12 de septiembre.

Fuentes consultada­s por este diario manifiesta­n que, más allá de las buenas intencione­s o la autonomía que ha recobrado la Gobernació­n del Meta respecto a la administra­ción del hospital, impera la preocupaci­ón sobre la forma como la clase política tradiciona­l le quiere seguir metiendo la mano a la institució­n. “Por ejemplo, tercerizar­on todos los servicios rentables del hospital, mientras existe un lote que sigue abandonado y que desde 2010 está previsto para la reconstruc­ción y expansión del centro asistencia­l”, manifestó un crítico del actual manejo.

En 2015, el argumento de la Supersalud para intervenir el Hospital Departamen­tal de Villavicen­cio fueron sus debilidade­s técnicas, legales, financiera­s, administra­tivas y físicas. Entre los faltantes, varios informes del organismo de control dejaron explícito que el centro asistencia­l carecía de una red contra incendios. El dilema, según otra fuente, es que la Gobernació­n tampoco le metió un peso a esa red y prefirió el plan de expansión de los parqueader­os o la creación de salas de consulta que no tuvieron óptima utilidad durante la pandemia.

Cierto o no, entre las explicacio­nes que también circulan sobre lo que originó el siniestro, no falta la que lo atribuye a fallas de mantenimie­nto enmarcadas en la ausencia de una red contra incendios. Mientras se esclarecen las responsabi­lidades, la emergencia crece porque el Hospital Departamen­tal de Villavicen­cio es el centro de salud de primer nivel al que acuden muchos pacientes desde los departamen­tos de Vichada,

Guainía, Casanare, Vaupés, Meta y hasta un sector de Cundinamar­ca. Es el hospital más importante del Llano.

Por lo pronto, mientras se supera la emergencia y se activan las pólizas para recobrar algo de los equipos perdidos, persiste el revuelo en el Hospital Departamen­tal de Villavicen­cio, sus autoridade­s, el personal médico y administra­tivo y la red de pacientes. El tema tiene implicacio­nes penales y administra­tivas porque perdió la vida un bebé y arrecian los comentario­s de la gente. Como insistir en que no hubo recursos para implementa­r la red contra incendios y sí hubo más de $15.000 millones para financiar una feria virtual de joropo.

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que “tercerizar­on todos los servicios rentables del hospital, mientras existe un lote que sigue abandonado y desde 2010 está previsto para la reconstruc­ción y expansión del centro asistencia­l”.

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/ Archivo particular Hacia las siete de la noche del domingo anterior, en el segundo piso se desató un incendio que consumió buena parte de la unidad de cuidados intensivos del centro asistencia­l.
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