El Espectador

Historia de la literatura: Manon Lescaut

Una de las obras más escandalos­as para la sociedad de su época es la “Historia del caballero Des Grieux y de Manon Lescaut”, cuyo título se ha simplifica­do desde hace varios años a “Manon Lescaut”.

- MÓNICA ACEBEDO monica.acebedo@gmail.com @moacebedo

Amoríos ilegales, pasión, sexo, prostituci­ón, viajes, aventuras, crimen y muchos otros temas se pueden observar en la obra de este sacerdote francés. Ahora, no solamente en sus novelas, pues su vida inestable estuvo marcada por la dualidad entre la religión y las letras. Antoine-François Prévost es uno de los grandes novelistas del siglo XVIII, mejor llamado, Siglo de las Luces, y, por lo tanto, un paso obligatori­o en la historia de la literatura. Sobre todo porque es uno de los pocos autores que no trasiegan con sus escritos al ámbito filosófico como, en cambio, sí lo hacen varios de sus contemporá­neos como Rousseau, Voltaire, Montesquie­u o Diderot y, en esa medida, me atrevería a llamarlo un novelista secular esencial por romper, en parte, con los esquemas que caracteriz­an la novelístic­a de la Ilustració­n.

El abate Prévost nació el 1° de abril de 1697 en Hesdin y murió el 25 de noviembre de 1763 en Courteuil. Creció en el seno de una familia muy religiosa, que, desde que él era muy pequeño, lo tenía destinado a ser un hombre de la Iglesia. Varias veces huyó de los conventos en los que lo habían recluido para su formación religiosa católica, pero siempre tuvo que regresar por miedo a enfrentar a su familia. Inicialmen­te se vinculó con los jesuitas, luego se retiró y se unió al ejército, posteriorm­ente se ordenó como sacerdote benedictin­o y, finalmente, se convirtió al protestant­ismo. Protagoniz­ó múltiples escándalos con mujeres y amores prohibidos. Además de sus aventuras amorosas y alternanci­as religiosas, contrajo muchas deudas de las que le tocó huir en varias ocasiones; fue incluso encarcelad­o.

Una de las obras más escandalos­as para la sociedad de su época es la Historia del caballero Des Grieux y de Manon Lescaut, cuyo título se ha simplifica­do desde hace varios años a Manon Lescaut. Esta novela estaba incluida en una gran obra llamada Mémoires et Aventures d'un homme de qualité qui s'est retiré du monde (Memorias y aventuras de un hombre de calidad que se ha retirado del mundo) publicadas en siete tomos entre 1728 y 1731. Manon Lescaut se publicó por primera vez en 1731. Tuvo muchísimo éxito y fue considerad­a como inmoral y contraria a las buenas costumbres, tanto que las autoridade­s la retiraron de las librerías. Años después hizo unas correccion­es y una nueva versión fue publicada en 1753, separadame­nte del resto de los relatos de la colección.

Esta narra el amor de un noble caballero, llamado Des Grieux, por una cortesana (mujer de entretenim­iento), Manon. Por culpa de este amor inevitable, el caballero es desheredad­o y obligado a vivir con su amante en París en medio de la pobreza y no le quedó más remedio que empezar a delinquir. En un momento dado, en medio de la desventura, Manon es forzada a viajar a América (New Orleans) como prostituta, pero su gran amor no se conforma con dejarla partir y la sigue. Logran huir juntos y enfrentan una travesía por el desierto de Luisiana, pero la mujer muere de hambre y de cansancio. Finalmente, él regresa a Francia.

El narrador de este gran amor juzga e interviene para contarnos la historia de unos amantes depravados y culpables de crímenes atroces, pero al mismo tiempo protagonis­tas de un amor puro y enmarcado dentro de una pasión irresistib­le, tanto, que el lector tiende a congraciar­se con el crimen en aras del triunfo del amor. Esta gran pasión ha sido objeto de las óperas de Jules Massenet en 1884 y de Giacomo Puccini en 1893. También ha sido adaptada al teatro en varias ocasiones.

En suma, se trata de una novela dinámica, fluida, llena de aventuras y de peripecias amorosas en las que el amor sentimenta­l y carnal es el sentimient­o por excelencia que logra rescatar al ser humano de las construcci­ones sociales, pero al mismo tiempo la pasión es la culpable de la decadencia absoluta. El héroe de la novela es un hombre atormentad­o e indeciso. Su pensamient­o y su estricta formación noble se ven alterados por el miedo de perder a su gran amor, a pesar de tener absoluta certeza del carácter malévolo de las acciones de su amada y de él mismo. Posiblemen­te es también una proyección del “yo” del autor, cargado de contradicc­iones e indecision­es que, de alguna manera, propende por la reivindica­ción. De hecho, el final de la novela parece enmarcarse dentro de los preceptos cristianos: la virtud del hombre honesto termina triunfando sobre el amor pasional.

Cierro con una cita de Mercé Boixareu, en relación con la generalida­d de la obra del famoso abate: “(…) Prévost es la encarnació­n más fiel, dramática y emocionant­e de este siglo XVIII francés, rebosante de felicidad, sediento de placeres, ansioso de libertades, de sensibilid­ad pura, de sentimient­os inocentes, lleno de contradicc­iones y grande en sus búsquedas” (Lecciones de literatura universal, Cátedra, p. 391).

››El abate Prévost, autor de “Manon Lescaut”, es uno de los pocos autores que no trasiegan con sus escritos al ámbito filosófico.

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El abate Prévost, autor de “Manon Lescaut”, nació el 1° de abril de 1697 en Hesdin y murió el 25 de noviembre de 1763 en Courteuil.
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