El Espectador

Aumentarán las lluvias en Bolívar, y ya son más de 33 mil damnificad­os

La temporada de lluvias en el departamen­to de Bolívar ha dejado 28.804 hectáreas de cultivos inundadas. El pronóstico para los próximos meses indica que aumentarán los fuertes vientos y las precipitac­iones que desbordan los ríos.

- MARÍA CAMILA RAMÍREZ mcramirez@elespectad­or.com @MCamilaRam­irezC

Veintiséis de los 44 municipios que conforman el departamen­to de Bolívar permanecen inundados y con graves afectacion­es por cuenta de la temporada de lluvias, que comenzó oficialmen­te a mediados de septiembre, pero que venía ya generando estragos desde marzo pasado. Las cifras generales registran 14.508 familias damnificad­as, lo que representa unas 33.061 personas afectadas por el desbordami­ento de las aguas de los ríos Magdalena y Cauca. Un cálculo al que hay que añadirle 5.115 viviendas y 28.804 hectáreas de cultivos afectados por la temporada invernal.

Eso sin contar con que se espera que en octubre las precipitac­iones en Bolívar estén por encima del 40 % de lo habitual y en noviembre sobre el 60 %, según el Instituto de Hidrología, Meteorolog­ía y Estudios Ambientale­s (Ideam). José Ricaurte Gómez, director de Gestión del Riesgo de Desastres de Bolívar, explica cuáles son las labores de mitigación para los meses que vienen y las condicione­s que hacen al departamen­to más vulnerable ante esta situación climática.

¿Cuáles son las particular­idades del departamen­to que lo hacen tan vulnerable a este tipo de eventos por las lluvias?

A nosotros lo que más nos hace vulnerable­s es que los grandes afluentes desembocan en el departamen­to. Todo lo que el Magdalena recoge afecta no solo el caudal del agua, sino también la sedimentac­ión que se genera y que provoca inundacion­es en los centros poblados y en los cultivos. De igual modo, el río Cauca, que desemboca en Nechí y San Jorge, en el Magdalena. Baja hasta el Canal del Dique y llega al mar Caribe, en Bocas de Ceniza. Es esa gran sedimentac­ión la que impide la navegación en ese punto del canal. Además, en Bolívar tenemos dos depresione­s fuertes, que son la zona de La Mojana, que es bastante significat­iva, y La Momposina. Eso hace que seamos uno de los departamen­tos con más inundacion­es, precisamen­te porque nuestros centros poblados urbanos y rurales están sobre los ríos. Otro factor que influye es Hidrosogam­oso, que vierte sus caudales en el Magdalena, e Hidroituan­go, que lo hace en el Cauca. Esas son situacione­s que nos ponen en una gran desventaja.

¿Cuál es la diferencia entre esta temporada húmeda y la del año pasado?

El año pasado tuvimos temporada de huracanes y nos afectaron el Iota y Eta, pero no habíamos alcanzado a tener los niveles tan altos de inundacion­es que vivimos hoy. Por eso hay que entender el cambio climático como una realidad para que la administra­ción territoria­l fortalezca entidades como el Fondo de Adaptación y el Departamen­to Nacional de Planeación, para que orienten en temas de mitigación, reubicació­n y protección necesarias para que la población no se vea tan afectada.

¿Cómo afecta el cambio climático la manera en que se enfrenta este fenómeno?

Debemos pasar de entender el cambio climático como un discurso académico y empezar a ajustar los esquemas de ordenamien­to territoria­l, planes de intervenci­ón y mitigación del riesgo, hacer reubicacio­nes de viviendas, porque esta es una realidad. La variabilid­ad climática nos está afectando fuertement­e, tanto, que se juntaron la primera temporada de lluvias con la segunda. Por eso no se logró tener un tiempo seco para trabajar y fortalecer los muros de contención.

¿Qué implica declarar la calamidad pública?

El 18 de septiembre establecim­os la calamidad pública por un período de seis meses en el departamen­to. Estamos adelantand­o proyectos e impulsando los muros de contención contra inundacion­es, para que los centros poblados estén protegidos contra estas precipitac­iones. Con esto les hacemos un llamado a Cormagdale­na y a la Inspección Fluvial, porque en nuestros centros poblados y rurales hemos tenido denuncias de los alcaldes por el tránsito de grandes embarcacio­nes que se acercan demasiado. No mantienen las distancias y ha fracturado los muros de protección que se encuentran cerca de los ríos. Pedimos al Fondo de Adaptación que impulse los proyectos que tenemos inconcluso­s y que son para los damnificad­os, en cuanto a viviendas y demás obras para proteger a la población.

¿Qué avance han tenido con los muros de contención y la reubicació­n de viviendas?

A nivel departamen­tal estamos impulsando los modelos de las viviendas que el Ministerio de Vivienda ha establecid­o para las zonas rurales y urbanas. Tenemos el sector de Tacamocho, corregimie­nto del municipio de Córdoba, donde ya está el lote para hacer una reubicació­n de unas 500 viviendas. En Magangué y Barbosa se ha gestionado con la empresa privada la reubicació­n de unas 45 viviendas. En El Carmen de Bolívar hemos tenido situacione­s de remoción en masa, ya ha avanzado el proyecto para 160 viviendas.

¿Qué se espera para los próximos meses?

De acuerdo con el Ideam, el trimestre más fuerte iba a ser agosto, septiembre y octubre, pero apenas se termina septiembre con grandes influencia­s. El pronóstico indica que incrementa­rá el fenómeno en un 60 % y la Circular 032, de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, indicó que entre septiembre y noviembre podría desarrolla­rse el fenómeno de La Niña. Esta segunda temporada de lluvias se junta con la de huracanes. Por eso hay fuertes vientos que desentecha­n las casas y grandes precipitac­iones que aumentan los niveles de los ríos, que luego se desbordan y generan inundacion­es.

‘‘La

variabilid­ad climática nos está afectando fuertement­e, tanto, que se juntaron la primera temporada de lluvias con la segunda”.

José Ricaurte Gómez, director de Gestión del Riesgo de Desastres de Bolívar

¿Cuáles son las medidas de mitigación para los próximos meses?

Toda la maquinaria de nosotros y de la Unidad Nacional está reforzando los muros de contención, para que las lluvias que faltan no afecten los trabajos de mitigación que estamos haciendo en las zonas más afectadas. Buscamos evitar que el nivel del río sobrepase las estructura­s existentes y no inunde nuevamente a la población.

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/ Cortesía Las lluvias han dejado 14.508 familias damnificad­as por cuenta de las inundacion­es.
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