La meta: más mujeres elegidas
El Espectador habló con representantes de nueve colectividades sobre sus estrategias y compromisos para una mayor participación de mujeres en política y en la lucha contra la violencia que se ejerce contra ellas.
Las mujeres en Colombia representan cerca del 52 % del censo electoral y de la población que efectivamente sale a votar. Sin embargo, su participación no se ha extendido de la misma forma cuando de ser elegidas se trata. Por ejemplo, el Congreso de la República está compuesto apenas en un 20 % por mujeres, diez puntos menos que el promedio de América Latina (30 %).
Como lo mencionábamos en una publicación anterior, el llamado de atención sobre esta baja participación no es caprichoso: para atender las necesidades de la población, compuesta en más del 50 % por mujeres —muy distintas entre sí, por demás—, es necesario que su diversidad esté representada en los escenarios de toma de decisiones.
Por eso, uno de los temas que más han ocupado la atención en materia electoral es el de la paridad: mover a los partidos y colectividades a que en sus listas incluyan un mínimo de candidatas con el fin de incentivar la entrada o ascenso de mujeres en la política. Es una medida que busca acelerar el ritmo, pues al paso que vamos el mundo tardaría 50 años en lograr paridad, según cálculos de la Unión Interparlamentaria.
En Colombia, en diciembre pasado, el Congreso de la República aprobó la paridad en el nuevo Código Electoral: las listas de candidaturas para escoger cinco o más curules por voto popular deben estar conformadas en un 50 % por mujeres (actualmente es el 30 %), mientras que las de menos de cinco curules tendrán un mínimo del 30 % (hoy no hay cuota). La aplicación de esto, probablemente para las próximas elecciones, dependerá de si la Corte Constitucional, tras su revisión, da luz verde al nuevo Código.
Todavía falta por conocer las listas, pues el cierre de inscripciones será el 13 de diciembre. Por el momento, una de las preguntas que pueden surgir es cómo se están preparando los partidos: ¿están apostando por la paridad, haya o no un nuevo Código Electoral para 2022? Pero también, ¿qué compromisos hay respecto a otras barreras que dificultan el ingreso o la permanencia de las mujeres en la carrera política?
Varias de estas inquietudes fueron abordadas por representantes de distintas colectividades en el encuentro “Más mujeres, más democracia: rumbo a la paridad, primer encuentro con partidos”, liderado por El Espectador, con el apoyo de la Mesa de Género de la Cooperación Internacional, instancia conformada por más de 46 entidades de cooperación internacional en Colombia.
A la cita con directores y directoras de los partidos y movimientos acudieron de forma presencial la senadora Aída Avella, presidenta de la Unión Patriótica, integrante del Pacto Histórico; Berenice Bedoya, presidenta del partido ASI, en representación de la Coalición de la Esperanza; la representante Irma Luz Herrera, vicepresidenta del Partido Mira, y Marta Restrepo López, integrante de la Dirección General del movimiento político Estamos Listas. De forma virtual se conectaron Dilian Francisca Toro, directora del Partido de la U; Luis Karol León, vicepresidente del Partido Conservador; la senadora Sandra Ramírez, del Partido Comunes; Yomaira Sarmiento, directora de la Organización Nacional de Mujeres Liberales, y Carolina Ordóñez, coordinadora nacional de mujeres del partido Cambio Radical.
En general, expresaron que sus colectividades trabajan por mayor participación de las mujeres. “Trabajar por la paridad es el compromiso”, señaló Ordóñez, por ejemplo, frente a la pregunta de cuál es la apuesta por la paridad haya o no un nuevo Código Electoral. Algunos afirmaron incluso que sus planes están en clave de paridad, aunque la Ley Estatutaria no haya entrado en vigor. Así lo señalaron, por ejemplo, Dilian Francisca Toro, de la U, y Luis Karol León, del Partido Conservador.
Bedoya, de ASI, aseguró que cada organización en la Coalición de la Esperanza está buscando mujeres, pero “no de relleno”, en tanto que Yomaira Sarmiento, directora de la Organización Nacional de Mujeres Liberales, manifestó que trabajan con el Instituto Holandés, precisamente, en la construcción de una ruta para la inclusión. “No más mujeres de relleno”, expresó Sarmiento, quien reconoció que tener apenas una senadora y seis representantes liberales (un descenso del 15 al 14 % entre 2014 y 2018 en cuanto a participación de mujeres en las curules liberales) fue un resultado precario. Añadió que la propuesta que han llevado a la dirección del partido es tener listas cremalleras (alternancia entre hombres y mujeres) y que los recursos que se destinen en campaña también sean paritarios entre los aspirantes.
Marta Restrepo, de Estamos Listas, resaltó que como movimiento han llevado a cabo un recorrido por todo el país, convocando la participación de las mujeres, “no a lo último, sino invitándolas a conformar el movimiento en el que gocen del derecho a elegir y ser elegidas en condiciones de igualdad”. Recordó que son el único movimiento que tiene una lista al Senado (cerrada).
La senadora Avella aseguró que el Pacto Histórico está comprometido con las listas cerradas y en alternancia, pues señaló que son claves para que efectivamente más mujeres salgan elegidas. Igual compromiso indicó Sandra Ramírez, del Partido Comunes, colectividad que como Fuerza Alternativa del Común presentó para 2018 una lista con el 40 % de candidatas. Sin embargo, ninguna estuvo encabezada por una mujer y, sin alternancia, solo dos quedaron ocupando dos de las 10 curules.
Por su parte, Irma Luz Herrera, del MIRA —que ha llegado a los primeros lugares en cuanto a inclusión de mujeres en sus listas (ver gráfico)—, aseguró que su partido va más allá, pues en sus planes está tener entre el 70 y 80 % de candidatas en las listas a Cámara de Representantes. Señaló que esto es producto de “voluntad política y organizacional”.
Pese a los beneficios que se espera obtener de la paridad, Restrepo, de Estamos Listas, advirtió que aspiran a que la eventual entrada en vigor del nuevo Código no implique para ellas un retroceso. “Tuvimos una terrible experiencia, y es que nuestra lista al Consejo Municipal de Juventud fue negada por estar conformada solo por mujeres”, dijo. Agregó que la paridad, como concepto binario, “no corresponde con el avance político que representa Estamos Listas, que desde 2017 representa una visión política feminista de alcanzar la vocación de poder de las mujeres, que ha sido limitada en los partidos políticos mixtos, donde, como hemos visto, las mujeres están en un ladito (…). Estamos Listas concreta el espíritu de la ley en cuanto a avanzar en derechos polí
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paso que vamos, el mundo tardaría 50 años en lograr paridad, según cálculos de la Unión Interparlamentaria.
ticos y la vocación de poder de las mujeres”.
Violencia contra las mujeres en política
Otras de las novedades en el Código Electoral es la definición de la violencia contra las mujeres en la vida política: “Cualquier acción, conducta u omisión (…) que basada en su género causen daño o sufrimiento a una o varias mujeres, sin distinción de su afinidad política o ideológica. Asimismo, que tengan por objeto o resultado menoscabar, desestimular, dificultar o anular el reconocimiento, goce o ejercicios de sus derechos políticos, en el marco del proceso electoral y el ejercicio del cargo”.
Se trata de una de las mayores barreras para el ingreso, la permanencia y el ascenso de las mujeres en el mundo político, que para ellas es particularmente hostil y muchas veces lleno de estereotipos. En su intervención durante el evento de El Espectador, la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez citó una encuesta hecha a 148 mujeres elegidas por voto popular (congresistas, diputadas, concejalas y edilesas). En esta, citó la vicepresidenta, el 27 % respondió haber sentido falta de respeto, ridiculización o descalificación de sus propuestas, algunas de las cuales incluso luego eran retomadas por compañeros hombres, y entonces sí eran valoradas. El 21 %, además, dijo que al tomar una “actitud firme”, en palabras de Ramírez, son señaladas de histéricas u otros calificativos que se usan particularmente en contra del género femenino.
En el encuentro con partidos, sus representantes mencionaron estrategias y acciones para enfrentar esta problemática. Resaltaron manuales, rutas o protocolos. Luis Karol León, vicepresidente conservador, por ejemplo, destacó que su partido fue el “primero” en trabajar en un manual de erradicación de este tipo de violencia.
Dilian Francisca Toro, por otro lado, señaló que junto con la Misión de Observación Electoral se encuentran definiendo su ruta de atención para este tipo de casos. Yomaira Sarmiento, de la organización de mujeres liberales; Ramírez, de Comunes, y Ordóñez, de Cambio Radical, destacaron a sus comités de ética como instancias para prevenir y actuar frente a esta y otras violencias.
Marta Restrepo, de Estamos Listas, hizo un llamado a ampliar la visión de lo que se considera violencia. Para ella, negar “la vocación de poder de las mujeres, tratarlas como niñas o utilizarlas en agendas políticas” es violencia. La senadora Avella, por su parte, centró su mensaje en la necesidad de proteger la vida, principalmente de los líderes y las lideresas sociales, para poder proteger los demás derechos, llamado que compartió Bedoya, de la Coalición de la Esperanza.
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evento, además, contó con la participación de la vicepresidenta de la República; de la representante de ONU Mujeres en Colombia, Bibiana Aído; del embajador de Noruega, Petter Opdahl, y del director de El Espectador, Fidel Cano.