La captura de “Otoniel” en el tablero electoral
La discusión se ha desviado hacia las versiones sobre si fue una captura o una “entrega negociada”. Líderes políticos se han pronunciado y el uribismo radicaliza su mensaje de seguridad.
Con una desaprobación en su gestión del 75 %, según la encuesta Invamer del 1° de septiembre, y una campaña electoral en ebullición, la captura de Jairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, máximo líder del Clan del Golfo y el narcotraficante más buscado del país, representa un respiro para el presidente Iván Duque de cara a la recta final de su mandato y, al mismo tiempo, puede significar un impulso -ya se verá si leve o no- para su partido, el Centro Democrático, que desde ya apunta a reafirmar el discurso de la seguridad y de la tan mencionada “paz con legalidad”.
“Es un golpe de opinión que va a favorecer al presidente Iván Duque, en medio de la crisis de seguridad, las masacres, los descuartizamientos, los decapitamientos, los homicidios y los asesinatos de líderes y lideresas sociales. Es una muy buena noticia que se le suma a lo que se venía haciendo en Chocó contra el frente de guerra Occidental del Eln, donde ya cayeron dos de sus principales cabecillas, Uriel y Fabián. Esto es un respiro para el presidente Duque”, recalca el analista Ariel Ávila, quien acaba de anunciar que aspirará al Senado dentro de la Alianza Verde.
Lo cierto es que, como era de esperarse, el hecho ha dado pie para diferentes pronunciamientos, desde todas las orillas y algunos de ellos tratando de sacarle réditos políticos. El uribismo, que el sábado pasado se encontraba en Santa Marta realizando uno de sus foros con los precandidatos presidenciales, aprovechó para reiterar su respaldo a la Fuerza Pública y no faltaron las pullas al Acuerdo de
Paz del gobierno Santos con las hoy desmovilizadas Farc.
“Honor y gloria a héroes de las Fuerzas Militares por la captura de Otoniel (…) Gobierno no le dará curul en el Congreso y esperamos que la justicia no lo suelte para que pague por sus crímenes”, expresó, por ejemplo, Óscar Iván Zuluaga, por ahora el más opcionado para quedarse con la nominación presidencial del Centro Democrático.
“Esos sí son resultados en materia de seguridad para el país”, aseguró por su parte Alirio Barrera, otro de los aspirantes uribistas, mientras que María Fernanda Cabal, la precandidata considerada de línea dura, dedicó sus mensajes personales en Twitter a felicitar al Gobierno y a la Fuerza Pública por la captura, pero a la vez replicó un duro trino de la abogada y columnista Ani Abello: “En este país el paraco es el que extradita a paramilitares y el pacífico es el que pone guerrilleros en curules”.
Hay que decir, eso sí, que con la caída del capo del Clan del Golfo lo que se ha generado es una serie de especulaciones y posturas de dirigentes políticos que ponen en duda la operación militar e insinúan una “entrega negociada”, al tiempo que otros defienden la acción militar. El mismo Gustavo Petro, quien puntea por el momento en todas las encuestas presidenciales, escribió un hilo en Twitter en el que planteó dudas: “De la captura o negociación con alias Otoniel que lo saca de operaciones delincuenciales, y por ello hay que felicitar a quienes lo lograron, quedan interrogantes que van más allá de su entrega o captura”, arranca diciendo.
Y prosigue: “Si el Clan del Golfo había solicitado a los últimos gobiernos una negociación jurídica para desmantelar toda la organización, ¿no era mejor ese camino que la entrega en solitario de su jefe, que deja viva la estructura armada y el narcotráfico?”. Incluso Petro va más allá, y ante los anuncios de que se pagará recompensa, le pide a la Contraloría “el más estricto seguimiento”, pues “hay indicios del uso corrupto de las recompensas que tienden a perpetuar capturas irreales de jefes narcos, sin destrucción real de los negocios ilícitos”, dice. Queda claro que el tema dará para amplias discusiones, más aún si sobre la mesa también está la extradición de Otoniel.