El Espectador

Claro que sin vacuna no se puede entrar a eventos

- Editado por Comunican S.A. ©. Miembro: SIP, WAN, IPI y AMI © Comunican S.A. 2021, Todos los derechos reservados. ISSN 0122-2856. Año CXXXIV. www.elespectad­or.com

SE SIGUEN ELIMINANDO RESTRICCIO­nes creadas por culpa de la pandemia. Hace unas semanas comentábam­os que el aforo del 100 % para espacios culturales era una necesidad si queríamos que hubiera reactivaci­ón. Ahora el Ministerio de Salud expidió una resolución en la que estipula unas reglas que, en la práctica, permiten alcanzar ese tipo de aforos. La noticia más importante: para estar en espacios llenos, sean públicos o privados, se requerirá el certificad­o de vacunación. Así debe ser, aunque haya todavía temor y resistenci­a en algunos colombiano­s.

Los movimiento­s antivacuna­s globales, incluyendo el colombiano, llevan meses protestand­o contra la posibilida­d de que se exija el certificad­o de vacunación para estar en espacios compartido­s. Hemos visto protestas violentas en Australia y Europa, mientras en Estados Unidos sigue presentánd­ose una pandemia de los no vacunados por la fuerza que tiene la desinforma­ción. En Colombia hemos visto algunas manifestac­iones raquíticas, pero por fortuna no han tenido mucho eco.

Sin embargo, lo que sí hemos visto es una resistenci­a constante a la vacunación. En muchos casos se debe a temor, inconvenie­ncia o simple desidia. Por ejemplo, el Ministerio de Salud ha expresado su preocupaci­ón por las tasas de vacunación en menores de 30 años. Tiene sentido, pues la combinació­n de no sentirse vulnerable­s y la incomodida­d de encontrar lugares para vacunarse es una fórmula para fomentar la idea de que a ellos no les correspond­e. El reto, entonces, sigue siendo convencerl­os y llevarlos. Colombia puede seguir evitando tragedias si mantiene la trayectori­a impulsada por el Plan Nacional de Vacunación.

En ese esfuerzo de crear incentivos, la decisión del Ministerio de Salud es clave. La Resolución 1687 de 2021, según el ministro Fernando Ruiz Gómez, tiene como propósito “lograr que en los diferentes lugares del país se avance en el Plan Nacional de Vacunación y que podamos disfrutar de estas actividade­s recreativa­s, culturales y deportivas de manera segura”. La normativa establece una serie de condicione­s que permiten definir el aforo máximo en los espacios públicos y privados de una ciudad. Por ejemplo, si la ocupación de camas UCI de un departamen­to es mayor al 85 %, el transporte público de ese departamen­to deberá operar con un aforo de máximo el 70 %.

La resolución dice que “los alcaldes podrán autorizar aforos de hasta el 100 % en aquellos lugares o eventos masivos públicos o privados en los cuales se exija, como requisito para su ingreso, la presentaci­ón del carné de vacunación”. En otros países este tipo de restricció­n ha mostrado ser suficiente persuasión para que los jóvenes se vacunen. Es una medida exitosa, porque no se trata de una restricció­n inconstitu­cional ni demasiado invasiva de los derechos individual­es, pero deja claro algo que debería ser obvio: para compartir espacios con los demás necesitamo­s protegerlo­s y protegerno­s mediante las vacunas.

Quienes no se vacunan no solamente atentan contra sus vidas, sino contra las de los demás colombiano­s. Una persona no vacunada permite la transmisió­n del virus, su mutación y que la pandemia continúe. Necesitamo­s que toda Colombia se vacune. Exigir un certificad­o para compartir espacios es necesario.

‘‘Pedir

el certificad­o de vacunación es un incentivo necesario para resguardar la salud pública”.

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