El efecto escuela en los colegios colombianos
Cuando una institución inicia su proceso de certificación o acreditación, y logra ese respaldo externo y lo mantiene, su desempeño académico mejora.
Desde hace más de diez años la firma de consultoría Sapiens Research viene estudiando la dinámica académica de los colegios en el país. En 2013 publicó la primera versión del Ranking Col-Sapiens, donde solo ingresó el 4 % de instituciones.
En un principio el requisito fundamental para que un establecimiento educativo clasificara era que le hubiese sido asignado el nivel A+ por parte del Icfes en los dos años inmediatamente anteriores a la publicación de resultados. Sin embargo, a partir de 2020, se agregó una exigencia más: que tuvieran un índice total (que no son los mismos resultados Saber 11) igual o superior a 0,78 (en 2021 es de 0,79).
Con estos criterios, actualmente solo 924 colegios (entre más de 13.700 analizados) aparecen en el listado en una categoría de desempeño académico (porque no se asignan posiciones), que va desde D1 (la más alta) hasta D10 (la menos baja). Actualmente solo hay 6 colegios en D1. Luego de que una institución clasifica, se verifica si está certificada o acreditada por alguna firma externa (donde casi la mayoría tiene su sede central en el exterior).
Para la edición 2021, que se publicó el pasado septiembre, un poco más del 50 % de colegios clasificados alcanzó una calificación por estar certificado o acreditado. Las calificaciones van desde AAA++ (la más alta) hasta A (la menos alta). Solo nueve alcanzaron la máxima calificación (como el colegio San Jorge de Inglaterra, que la alcanzó en esta edición).
Ahora bien, aunque todavía 461 colegios son autónomos, es decir, que no están certificados ni acreditados, la inmensa mayoría de estos establecimientos no se ubican en el bloque de categorías de desempeño académico más alto, sino menos alto. Por ejemplo, el 69 % de colegios D9 y el 87 % de
D10 son autónomos. En contraste, el 89 % de colegios D2 y el 84 % de D3 sí están certificados o acreditados.
En otras palabras, lo que se ha venido constatando año a año es que, cuando un colegio inicia su proceso de certificación o acreditación, y logra ese respaldo externo y lo mantiene vigente, su desempeño académico mejora (porque sus índices mejoran) en el corto y mediano plazo. Establecimientos como el colegio Abraham Maslow de Chía, que ha mantenido y mejorado su certificación EFQM (Colombia Excelente), clasificó en 2013 en la categoría D8, pero ya en 2019 había llegado a la D3.
El efecto escuela, por lo tanto, se mide, en principio, de acuerdo con el porcentaje de colegios que han certificado o acreditado una firma y que han clasificado en el Ranking Col-Sapiens. Por ejemplo, en Colombia, hay varios colegios que son netamente internacionales (o acreditados por los gobiernos de esos países). El efecto escuela, por ejemplo, de los colegios alemanes es del 100 % (lo mismo que el de los italianos, suizos y canadienses).
Tanto los anteriores colegios como los que están acreditados por firmas internacionales (Neasc, CIS, Cognia) tienen un efecto escuela alto. Y aunque hay decenas de firmas que certifican (o autorizan) colegios, solo algunas tienen un efecto escuela muy favorecedor. Este ese el caso del Bachillerato Internacional, Cambridge Assessment International Education o el modelo EFQM. Paula Arboleda, directora general de esta última firma, asevera que “el modelo EFQM explora y transforma el liderazgo de las instituciones educativas, el direccionamiento estratégico, la cultura, las alianzas y los recursos disponibles, además de las relaciones con el entorno para que se concreten los resultados sobresalientes de toda la organización”.
Lastimosamente, la inmensa mayoría de colegios que no clasifican son del calendario A y públicos (aunque 75 están en el ranquin). Casi todos no tienen los recursos para acudir a una ayuda externa. Su modelo académico está basado en las directrices impuestas por el ente rector de la educación, y estas no han funcionado. Así lo demuestran las cifras. Solo un puñado de estudiantes en el país logran recibir una buena educación. Y por eso cada vez son más los colegios que buscan certificarse o acreditarse.
* CEO Sapiens Research.