Las dos caras del conflicto entre clanes wayuus en La Guajira
La construcción de parques eólicos por parte de empresas privadas, el narcotráfico que funciona en la zona de la Alta Guajira y la implementación del Sistema General de Participaciones son algunos de los motivos que han intensificado un conflicto que ya e
La continuidad de los enfrentamientos entre dos clanes wayuus en la Alta Guajira tiene en alerta no solo a las autoridades locales, sino incluso a las mismas comunidades indígenas del departamento. La disputa por el territorio conocido como Topia, ubicado en el municipio de Uribia, entre las familias Girnu y Urrariyu, se ha intensificado en los últimos meses, dejando un saldo de casas quemadas, mujeres y niños agredidos, familias desplazadas y una persona muerta.
El hecho más reciente se registró el 22 de octubre, cuando integrantes del clan Girnu quemaron cuatro casas de la familia Urrariyu. “Llegaron encapuchados con armas largas, aproximadamente eran unos diez hombres y seis mujeres, con cuchillos, navajas, machetes, gasolina, ellos venían preparados y sin mediar palabras quemaron todo”, sostiene Erika Isabel Urrariyu, una de las afectadas.
Los Girnu admiten las acusaciones y aseguran que todo comenzó porque algunas mujeres que se encontraban en el pozo de agua de Topia agredieron a los palabreros (personas encargadas de mediar en los conflictos según la tradición wayuu). A raíz de esta situación, el Ejército tuvo que acudir al territorio para evitar nuevos choques entre las dos familias. Sin embargo, la presencia de la Fuerza Pública también ha generado discordias, pues la familia Girnu sostiene que el Ejército está cuidando a los Urrariyu y no hay neutralidad por parte de la institución.
Las denuncias de agresiones, provocaciones y amenazas vienen de parte y parte. Los Girnu afirman que es la primera vez que agreden de esta manera a los Urrariyu, y que ellos también han quemado sus casas. Recuerdan que el 15 de junio, Gustavo Suárez Girnu fue asesinado por integrantes del otro clan.
Hecho que los Urrariyu también admiten, manifestando que el hombre había atacado a dos jóvenes con un arma de fuego.
La raíz del conflicto
El centro del conflicto es un territorio de más de 6.000 hectáreas conocido como Topia, ubicado en el corregimiento de Puerto López. En ese lugar viven doce comunidades indígenas, entre las cuales están los Girnu y los Urrariyu. Si hay algo en lo que coinciden las dos familias es en que la disputa comenzó cuando se implementó el Sistema General de Participaciones (SGP). Dicen que la división de las comunidades wayuus por parte de las administraciones locales generó el enfrentamiento entre las familias. “Esta situación se inició en 1991, cuando las alcaldías empezaron a dividir a las comunidades, porque entre mayor cantidad de comunidades, mayores recursos entraban al territorio y eso es lo que ha venido generando esas divisiones”, explica la ONG Nación Wayuu.
Los recursos de la Asignación Especial del Sistema General de Participaciones para Resguardos Indígenas corresponden al 0,52 % del total de los recursos del SGP, que se transfiere a los resguardos indígenas legalmente constituidos para el mejoramiento de la calidad de vida de quienes los habitan. Sin embargo, cada clan alega otras causas que han intensificado el conflicto en los últimos meses.
Los Urrariyu han atribuido el conflicto al narcotráfico. Líderes de ese clan manifiestan que integrantes de los Girnu trabajan de manera ilegal con el tráfico de estupefacientes. “Pasan en motos, se burlan. ¡Claro! Como ellos están en el concierto para delinquir, entonces pasan en los carros de alta gama, también pasan camiones cargados de lanchas. Lo que hacemos es calmarnos, porque sabemos que lo hacen para provocarnos y matarnos para quedarse con el territorio, como siempre lo han querido”, afirma Eduardo García, palabrero y líder del clan Urrariyu.
Ante las acusaciones que hacen, una lideresa de los Girnu, Norbelis Suárez, admite que en el territorio hay personas que se dedican a actividades ilícitas, pero que son integrantes de los Urrariyu. Ambas familias afirman que las autoridades locales no han hecho nada al respecto. “Hace días, me comentaron los familiares, iba pasando una buseta cargada con droga. ¿Eso qué quiere decir? Que el Ejército también está involucrado en todo esto. Ese día montaron carga, mercancía, mandaron lanchas estando el ejército ahí. Esto es corrupción de la buena”, sostiene Suárez.
Las armas son un tema que también quedó al descubierto con el enfrentamiento más reciente. Los Urrariyu afirman que los Girnu pasan por su casas con armas largas y los provocan. Sin embargo, Norbelis Suárez sostiene que ambas familias están armadas. “Nosotros tememos por nuestra vida y tenemos que cuidarnos, así como ellos lo están. ¿Usted cree que ellos caminan como si nada? Mentira, ellos tienen armas, igual están bien armados, sino que se hacen los inocentes. Aquí hay un conflicto”.
La familia Girnu, entretanto, insiste en que lo que ha intensificado el conflicto es la construcción de parques eólicos en el territorio por parte de la multinacional Enel Green Power. Dicen que a mediados de 2018 la empresa concertó el proyecto con los Urrariyu y no con ellos, quienes son considerados los dueños ancestrales de Topia. “Los parques eólicos han tenido que ver en el conflicto porque se quieren apoderar, botarnos y matarnos a como dé lugar para ellos (los Urrariyu) quedarse negociando. Las empresas nunca hicieron consulta previa con nosotros. El conflicto territorial se ha intensificado por los parques eólicos, porque si no hubiesen metido sus narices ahí, nada de esto estaría pasando” afirma la lideresa del clan Girnu.
Por su parte, en septiembre pasado la empresa le afirmó a este medio que desde 2018 no hay proyectos de energía eólica en Topia. Hasta ese año tuvieron torres de medición de vientos instaladas en el territorio. Los Urrariyu dicen que recientemente no han hablado con la empresa, pero que en su momento sí socializaron algunos proyectos. “Sí hay un convenio de la empresa con el clan Urrariyu, que es el clan territorial. Yo ahora no me reúno con ellos, anteriormente sí. La última construcción se hizo frente al camposanto. Cuando nosotros hicimos ese proyecto, convocamos a los Girnu a una reunión y no quisieron, eso fue para 20132014”, afirma Eduardo García.
Ambos clanes le piden al Gobierno Nacional intervención y específicamente solicitan la presencia del Ministerio del Interior para dar fin a los enfrentamientos. Mientras tanto, la Secretaría de Asuntos Indígenas de Uribia afirmó que a raíz del último enfrentamiento ambas familias solicitaron la presencia del Ejército en Topia, y que además se han adelantado espacios de diálogo entre las dos familias. La próxima semana se reunirán con integrantes del clan Urrariyu para continuar las conversaciones.
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recursos de la Asignación Especial del Sistema General de Participaciones para Resguardos Indígenas corresponden al 0,52 % del total de los recursos del SGP.