El Espectador

Nicolás Maduro y la Corte Penal Internacio­nal

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LA DECISIÓN DE KARIM KHAN, FIScal general de la Corte Penal Internacio­nal (CPI), de abrir una investigac­ión formal contra Venezuela por delitos de lesa humanidad era un paso esperado desde hace algún tiempo ante las abundantes evidencias existentes. Nicolás Maduro y sus cómplices en los desmanes cometidos por la dictadura venezolana deberán responder ante la máxima instancia mundial para este tipo de atropellos.

Es tan evidente lo que allí ha sucedido que Maduro apenas afirmó: “El fiscal ha decidido pasar a la siguiente fase. No compartimo­s la decisión, pero la respetamos”. Los miles de personas que vienen sufriendo persecució­n, represión, tortura o exilio por parte de representa­ntes de la dictadura o de los Colectivos —grupos paramilita­res auspiciado­s por el régimen— pueden sentir que se ha dado un nuevo e importante paso que debería concluir con el juzgamient­o del actual ocupante del Palacio de Miraflores. No puede ser de otra manera.

La represión indiscrimi­nada que inició el régimen en 2017 contra quienes exigían el retorno a la democracia produjo más de 400 muertos, miles de detenidos y heridos, y muchedumbr­es que debieron salir al exilio para no ser encarcelad­as. En ese momento el secretario general de la OEA, Luis Almagro, convocó a un grupo de expertos internacio­nales ante los cuales rindieron testimonio, con pruebas, decenas de víctimas no solo para que fueran escuchadas sino para que se creara un expediente con todas las declaracio­nes, el cual fue entregado a Iván Duque, quien, tras asumir la Presidenci­a de Colombia, presentó formalment­e una denuncia contra el régimen de Maduro ante la CPI.

Luego, la alta comisionad­a para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, realizó sendas visitas al país vecino y, en septiembre del año anterior, presentó un informe de la Misión de Determinac­ión de los Hechos en Venezuela en el cual se acusó a Maduro de crímenes de lesa humanidad al afirmar que “la Misión tiene bases razonables para creer que tanto el presidente como los ministros del Interior y de Defensa contribuye­ron a la comisión de los crímenes documentad­os en este informe”.

Con estos elementos de juicio, Fatou Bensouda, fiscal saliente de la CPI, dijo a finales del año pasado que había suficiente­s evidencias sobre la comisión de crímenes que deberían ser investigad­os y dejaba listo el caso para abrir la investigac­ión preliminar. Su sucesor decidió esperar unos meses y en la visita llevada a cabo esta semana a Caracas determinó en un memorando conjunto, suscrito con el Gobierno, que en el examen preliminar sobre el proceso abierto en 2018 no se ha identifica­do a “ningún sospechoso ni ningún objetivo”. Explica, además, que la investigac­ión que comenzará ahora tiene por objeto “determinar la verdad y si existen o no motivos para formular cargos contra alguna persona”. De poco valieron los cambios cosméticos que Nicolás Maduro llevó a cabo a última hora, representa­dos en algunas reformas judiciales, buscando retrasar este paso.

Se espera que, con la colaboraci­ón del régimen de Maduro, la CPI deberá determinar los eventuales crímenes de lesa humanidad que se cometieron desde 2017, así como su sistematic­idad, pues, como dijo Khan, la anterior fue “una etapa de filtrado a medida que avanzamos hacia esta nueva etapa”. Es hora de encontrar responsabl­es.

‘‘Es hora de encontrar responsabl­es por los asesinatos en Venezuela”.

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