Dos antidivas de mi corazón
ME EXCITAN LAS DIVAS. SUS CUERPOS tallados a punta de “sangre, sudor y lágrimas”. Los príncipes azules en casitas de chocolate. Las dietas veganas o subveganas. Los embarazos sin estrías ni barrigotas. Las lágrimas de cocodrilo. Los noviazgos pluscuamperfectos. Las vacaciones en Nueva York o Cartagena de Indias. Los diamantes son eternos. En el supermercado con un bebé, y el coche del bebé. El amor: donde hubo fuego hay humo, o al revés. Las mascarillas de aguacate, ni más faltaba. En fin, sus mentes medio vacías o medio llenas con vainas que a mí ni me importan ni me interesan. Ya dije: me excitan las divas. Pero por contraste, me dominan las antidivas.
Por ejemplo, Ángela Patricia Janiot. Inteligente, sagaz, intrépida. ¿Quién se acuerda hoy de que fue virreina nacional de belleza y finalista en Miss Mundo? Con su impecable trayectoria en el periodismo de Estados Unidos, ¿para qué desgastare con semejante frivolidad? Durante dos décadas fue presentadora en CNN, cadena de noticias por cable que le enseñó a este mundo en qué consisten la inmediatez, la veracidad y la audacia.
Cubrió desde guerras en Irak hasta viajes papales pasando por elecciones presidenciales en distintos países. Sin tartamudear, entrevistó a tipos como Fidel Castro, Augusto Pinochet o Bill Clinton, y salió triunfante. Aún me emociono cuando recuerdo la vez que interrogó al Gran Canalla, el gran Burundún-Burundá de estas épocas, Su Señoría Álvaro Uribe Vélez. Video recorder al lado, confrontó las mentiritas (im)piadosas del entonces presidente sobre sus intenciones reeleccionistas. A lo Oriana Fallaci. Sin engreimientos ni vanidades ni falsos oropeles. Antidiva en plena forma. Como la valiente Ilia Calderón Chamat.
Tuve el honor, el orgullo y el placer de compartir set con esta tesa retesa. Bajo la dirección de Lays Vargas (también antidiva) y junto a Jhon Jaime Osorio, Silvia María Hoyos, Ilia y yo presentábamos el noticiero de fin de semana en Teleantioquia. A la una de la tarde y a las ocho de la noche. Ilia brillaba por su belleza, elegancia y seguridad delante de cámaras. Yo le decía my african queen, a riesgo de que alguien me oyera y me tildara de racista. Porque eso era y es Ilia: una reina afroamericana. Todos la adoraban. Hasta los guardias de tránsito de Medellín —los azules— se postraban a sus pies. Una vez íbamos a la lata, tratando de llegar a tiempo al noticiero. En una glorieta, un par de azules la vieron al volante y con terminantes pitazos detuvieron el tráfico para que pasáramos sin problemas, bueno, para que pasara ella con un zarquito en el supuesto puesto de copiloto. Después de cada emisión revisaba sus apariciones para corregir errores o mejorar la ya inmejorable presencia escénica. Ahora conduce el Noticiero Univisión al pie de Jorge Ramos, reportero de reporteros. Antidiva ejemplar.
Ilia y Ángela Patricia son lo que son y nunca han necesitado las triquiñuelas de las divas para ser reconocidas por su talento. ¡Antidivas de mi corazón!
Rabito: “Una librería es un lugar de encuentro. Un refugio. Un hogar. Una trinchera. Una barricada. Y el librero es aquel que de anfitrión se convierte en camarada. Aquel que está para servir y compartir. Para entregar. Para encontrarse. Ese es el objetivo final de un librero: encontrarse con su lector”. Álvaro Castillo Granada. Librovejero, 2021. Fondo de Cultura Económica.
@EstebanCarlosM