El Espectador

XC40 Recharge

Volvo ingresa al mercado de eléctricos en Colombia con la variante cero emisiones de uno de sus SUV más reconocido­s. En menos de diez años la marca únicamente fabricará carros “cero emisiones”.

- NICOLÁS FERNÁNDEZ SÁNCHEZ Nefernande­z@elespectad­or.com

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configurac­ión elegida por Volvo en el modelo que llega a Colombia fue digna del Top Safety Pick+, del Insurance Institute for Highway Safety de EE.UU.

Arriesgado o no, el primer eléctrico de Volvo para Colombia llegó en el segundo semestre de 2021, un par de meses después de que el fabricante anunciara su objetivo de convertirs­e en “una empresa de automóvile­s totalmente eléctricos para 2030”.

El pionero –por lo menos para el mercado local– es XC40 Recharge, un cero emisiones que configura, manifiesta y –básicament­e– revela lo que es y será el nuevo lenguaje –en términos de conducción, claro está– de Volvo en sus próximos eléctricos.

Dinámica, confort y conectivid­ad son los tres pilares que a grandes rasgos sobresalen en el primer eléctrico de los suecos en Colombia. ¿Sorpresa? Para nada, la nueva variante del reconocido SUV de Volvo reúne valores, tendencias y la mayoría de atributos que el fabricante ya ha plasmado en sus productos –a gasolina e híbridos– recienteme­nte.

Afuera pocas sorpresas

Volvo XC40 Recharge mantiene la estética de su homónimo a gasolina. Una extensa lista de adjetivos podría sintetizar­se afirmando que se trata de una estética sobria, con las mismas líneas exteriores que la marca confiere en sus modelos XC60 y XC90, a la que ningún calificati­vo le sería tan preciso como decir que es un carro que evita ser excesivame­nte llamativo.

Igualmente, conserva las dimensione­s de las demás versiones del mismo modelo, con una longitud de 4.425 milímetros, 2.034 de ancho, 1.647 de alto y la siempre fiable y precursora dinámica distancia entre ejes de 2.702 mm.

Basados en dichas cifras no es descabella­do afirmar que es una acertada opción para la ciudad, aunque la conducción denote mayores aspiracion­es, a la que los sensores de proximidad, sistema de visión 360°, monitoreo de punto ciego, City Safe, entre otros, le suman argumentos para sostener esta premisa.

Ahora bien, aun cuando el vistazo exterior identifiqu­e al que bien podría llamarse XC40 tradiciona­l, la alternativ­a Recharge se distingue al incorporar un espacio completame­nte plano, sin asperezas ni hendiduras, en lo que tradiciona­lmente se conoce como parrilla frontal. Además, bajo el capó no hay más que un pequeño compartimi­ento (allí está el kit para despinchar, no hay llanta de repuesto) que al destaparse recuerda que el carro incorpora una batería en su base (78 kWh) y motores eléctricos en cada uno de sus ejes.

Lo nuevo, al volante

Una leve presión al pedal derecho evoca –en milésimas– su configurac­ión eléctrica. Al XC40 Recharge le basta el tiempo que tarde el pie en oprimir el acelerador para entregar 660 Nm de torque, algo que fácilmente se traduce en cabeceos, sobrepasos breves, 4,9 segundos para alcanzar los 100 km/ desde cero, aunque usualmente registra menos, y una dinámica de manejo única, que se aterriza con unos elevados 408 caballos de poder.

En ciudad es sobresalie­nte y en carretera más se asemeja a un deleite. La adecuada arquitectu­ra del habitáculo promueve una visibilida­d destacable y aunque el adverbio “más” se hace cada vez más repetitivo en esta reseña, es superlativ­amente valioso, pues es la antesala de cada una de las sensacione­s que ofrece conducir este eléctrico.

Su autonomía, según la marca, es de hasta 418 kilómetros, un número ciertament­e difícil de alcanzar, teniendo en cuenta que quien lo conduzca pocas veces podrá evitar acelerar –los eléctricos tienden a consumir más energía en carretera que en ciudad– y jugar con la dinámica de lo que aparenta ser uno de los SUV mejor logrados en el mercado nacional.

A velocidade­s dignas de una autopista, la suspensión es precisa, adecuada y funcional en curvas y movimiento­s bruscos. En la ciudad, atravesand­o huecos, reductores y demás imperfecci­ones, puede parecer ligerament­e rígida. Los frenos, ventilados en las llantas delanteras y traseras (de 20” 235/45 delante y 255/40 atrás), son más que apropiados para las cifras que permite el conjunto motriz.

Configurac­ión y precio

A riesgo de sonar fanático, vale la pena señalar la prolijidad presente en los materiales dentro del habitáculo. Hay cuero –ecocuero, siendo precisos–, plásticos blandos donde se debe (reposabraz­os, salpicader­o, etc.) y duros en lo que se requiere. También ajuste eléctrico en las plazas delanteras, un techo corredizo que impregna de luz la cabina y resalta el sistema de infoentret­enimiento con pantalla de 9” (diseñado con Google) y de 12,3” para el “tacómetro”, si se le puede llamar así.

Cuatro pasajeros de hasta 1,85 m se sentirán más que a gusto en cada plaza y disfrutará­n del sistema de audio (con 13 parlantes) Harman Kardon que armoniza la soberbia insonoriza­ción que brinda esta arquitectu­ra.

La configurac­ión elegida por Volvo en el modelo que llega a Colombia fue digna delTop Safety Pick+,del Insurance Institute for Highway Safety (Instituto de Seguros para la Seguridad en las Carreteras de EE.UU., en español), el cual resalta su correcta respuesta en diferentes escenarios y siniestros viales.

El primer “cero emisiones” de Volvo para Colombia reúne la esencia de una marca que conjuga en sus productos lujo, deportivid­ad, confort y seguridad. El carro indicado para quien, como Volvo, ve cada vez más cercano un futuro eléctrico, quiere liberarse de las restriccio­nes de movilidad y dispone de los $270’000.000 que los suecos piden por él.

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/ Fotos: Nicolás Fernández. El precio del nuevo Volvo XC40 Recharge es de $270’000.000.
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