El Espectador

En la mala

- EL CAMINANTE FERNANDO ARAÚJO VÉLEZ

Hubiera querido ir al Everest como a una revolución y haber cuidado cada uno de los detalles, comenzando por la elección de los acompañant­es. Haberlos visto y analizado. Haber hecho pruebas con ellos, uno por uno y en grupo, en supuestos momentos límite, con el miedo atragantad­o en la garganta, para saber de sus reacciones, porque la vida y la historia de la humanidad han sido más de reacciones y de momentos límite que de grandes estudios, y porque en la mala, en las malas, nos conocemos más y mejor. En las malas sacamos lo que realmente tenemos, y ponemos sobre la mesa nuestros valores y principios, y reaccionam­os de acuerdo con ellos, o simplement­e actuamos por instinto, a sobrevivir y aplastar y matar o morir.

En las malas, entre el fuego cruzado de balas y bombas, oliendo a sangre y a carne chamuscada, o a seis mil y más metros de altura, sin oxígeno casi, somos quienes somos, sin máscaras ni armaduras. En las malas, con el aliento de la muerte y del final encima, decidimos resistir y seguir porque estamos convencido­s de nuestra lucha, de nuestro propósito, sea el que sea, o resistimos y seguimos, empujando al abismo al otro, porque el otro es un obstáculo y hay que eliminarlo y desde que nacimos nos nutrimos de la idea de que somos el centro del universo y el universo es solo para nosotros. En las malas, también, a menudo, nos decidimos por la opción de no resistir, de no seguir, de vencernos, simplement­e porque allí, enfrentado­s al abismo, comprendem­os que nada tiene sentido y que nuestro único fin es el vacío.

En las malas y por las malas nos fortalecem­os, y como en un repentino ataque de clarividen­cia, valoramos a quienes nos rodearon. Los desnudamos. Comprendem­os por qué y para qué estaban a nuestro lado y nos buscaron, y más allá de eso, cuál era su interés, dentro de ese inmenso entramado de intereses que crea y forma todas las relaciones, porque puestos a profundiza­r, nuestras relaciones surgen de intereses, y si ponderamos algunos y despreciam­os otros es en esencia por nuestra propia escala de valores, no porque haya un bien y un mal. Unos serán mezquinos, ruines, se basarán en esa perversa cadena de favores de “yo te doy si tú me das” que nos está carcomiend­o cada día más, y otros serán dignos, grandes, como crear y sumar y luchar por el otro y los otros y con el otro, pero igual, todos son y serán siempre intereses.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia