El Espectador

Las dos caras de los PDET en Urabá y Arauca

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Los Programas de Desarrollo con Enfoque Territoria­l cumplen dos años de implementa­ción. Colombia+20 habló con los líderes que han impulsado los programas en Apartadó y Tame. Les preocupan las demoras en la ejecución de las obras, las cuales son vitales para transforma­r a sus comunidade­s afectadas por el conflicto armado.

Se cumplen dos años de implementa­ción de los PDET, o Programas de Desarrollo con Enfoque Territoria­l, que fueron establecid­os en el punto 1 del Acuerdo de Paz firmado en 2016 con las Farc para transforma­r los lugares más afectados por el conflicto. A través de este programa, habitantes de los 170 municipios priorizado­s eligieron la construcci­ón de vías, el mejoramien­to de infraestru­ctura (como vivienda, casetas comunitari­as o acueductos), proyectos productivo­s y mejores condicione­s para el acceso a la salud y educación.

A lo largo de estos dos años, se eligieron 32.808 iniciativa­s en todo el país en un proceso de concertaci­ón con las comunidade­s. A la fecha 1.116 obras ya fueron entregadas, 274 están terminadas y 372 en ejecución.

De acuerdo con la Agencia de Renovación del Territorio, ART, se han invertido $10.1 billones en estas obras, con recursos de cooperació­n internacio­nal, gubernamen­tales y que llegan a través de regalías, con los cuales buscan impactar a más de 6.6 millones de personas en el país.

Sin embargo, según el Plan Marco de Implementa­ción y el Conpes 3923, a ese ritmo (2 billones anuales) tomaría 39 años implementa­r por completo esos programas. El costo total estimado para los PDET es de $79,6 billones. Para implementa­rlos en los 15 años definidos según el Acuerdo de Paz, la inversión anual debería de $5.3 billones. Es decir, a la fecha ya debería superar los $26 billones.

El gobierno de Iván Duque, a través de la Consejería para la Estabiliza­ción y Consolidac­ión y la ART, definió el pasado 18 de noviembre como el “Día PDET”. Ese jueves, ministros y altos funcionari­os viajaron a las 16 regiones donde se están implementa­ndo para conocer y visibiliza­r las obras que comunidade­s y líderes pidieron para sus municipios.

Colombia+20 acompañó esta jornada en Apartadó, en el Urabá antioqueño, y en Tame, Arauca. En ambos lugares el balance de las comunidade­s beneficiad­as de estas obras es el mismo: que sí han sido escuchadas en la definición de las obras PDET y que las ya terminadas han generado importante­s cambios en sus comunidade­s, como la posibilida­d de sacar sus productos agrícolas de forma más ágil y fácil gracias a las vías pavimentad­as.

Aun así, advierten que la ejecución de las obras está demorada, que las administra­ciones locales no priorizan los proyectos que ellos eligieron o que se debe hacer más veeduría sobre el manejo de los recursos.

La visita a una vía en Apartadó

En la mañana del 18 de noviembre, en la vereda La Balsa de Apartadó, se reunió el director de la Unidad de Restitució­n de Tierras, Andrés Castro; el viceminist­ro de Vivienda, Carlos Ruiz Martínez; Felipe Cañizales, alcalde de Apartadó y líderes de Apartadó, Carepa, Chigorodó, Dabeiba, Mutatá, Necoclí, San Pedro de Urabá y Turbo, los ocho municipios del Urabá que han trabajado en la obras PDET.

Durante el evento se hizo una visita a la construcci­ón de la vía que conecta a Apartadó con el corregimie­nto de San José de Apartadó, que fue una petición de los habitantes para minimizar el tiempo de transporte de 40 a 20 minutos.

En total son 8.510 metros de vía, de los cuales han sido pavimentad­os alrededor de dos kilómetros. La obra cuenta con una inversión de más de 5 mil millones de pesos y beneficiar­ía a 5.380 personas que viven a lo largo de esta vía.

Pero durante el evento, los habitantes de La Balsa le reclamaron a gritos a la Alcaldía y a los funcionari­os presentes que la obra tiene importante­s demoras: se establecie­ron nueve meses para su construcci­ón, y ya van en año y dos meses; que los materiales no son los de mejor calidad porque en este año ya la han reparchado y, además, que ha dejado graves daños en algunas viviendas, por lo que pidieron que les respondan con los arreglos.

Visitamos una de las casas con daños estructura­les. Está ubicada en un pequeño montículo de tierra por donde pasa una curva de la vía. La dueña, doña Ofelia, nos aseguró que la retroexcav­adora quitó un pedazo de tierra, lo que ocasionó que parte del montículo se desprendie­ra. Eso está dañando gravemente la estructura de la casa. Dentro de la vivienda se observan fisuras en las paredes y una zanja en el piso que divide por la mitad la sala.

Los secretario­s de Planeación e Infraestru­ctura de la Alcaldía de Apartadó le respondier­on a este medio que están hablando con el contratist­a para que la póliza de seguro cubra los daños. Además, que también se está proyectand­o la construcci­ón de un muro de contención para evitar que la tierra se siga deslizando. Eso sí, enfatizaro­n en que es importante poder ampliar esa curva para que la construcci­ón siga adelante.

Esta vía de 8 kilómetros es uno de los 24 proyectos PDET en Apartadó, los cuales tienen una inversión de $72.901. Entre estas

››La implementa­ción de los PDET llegará a buen puerto mientras se mantenga la buena voluntad de las comunidade­s y se integren a los planes de desarrollo municipale­s.

obras hay pavimentac­ión de vías, la construcci­ón de baterías sanitarias y redes de alcantaril­lado.

El alcalde Cañizales sostuvo que es la primera vez que este municipio recibe tanta inversión por parte del Estado. “La gente se ha sentido históricam­ente abandonada, pero creo que con toda esta dinámica que se está dando vamos a llegar a esas familias, a mejorar su calidad de vida con paciencia”, añadió.

Los ocho líderes del Urabá que acompañaro­n el evento tienen tienen opiniones diversas: José Peña, de Chigorodó, sostuvo que sí se siente la participac­ión de ellos y de las comunidade­s en los PDET. “Nos retroalime­ntan periódicam­ente en reuniones, nos dicen cómo va la ejecución e inversión”. Además agregó que “la entrega de la placa huella en la vereda Tierra Santa dio mucha satisfacci­ón, porque los productore­s tienen más tranquilid­ad para sacar sus productos”.

Sobre la participac­ión de las comunidade­s, James Restrepo, de Apartadó, señaló que al comienzo de la socializac­ión y las propuestas de obras PDET sí los tuvieron en cuenta, “pero cuando ya se llega a la ejecución de los proyectos hemos sido invisibili­zados”.

“También hay operadores y contratist­as que dicen que nosotros no podemos ejecutar, y vienen con su personal en vez de contratar gente local. No nos permiten participar”, añadió Rodrigo Rodríguez, de Dabeiba.

Otra de las dificultad­es que han presentado estas obras es la demora en su entrega. “Los alcaldes no tienen en cuenta la priorizaci­ón de las obras que nosotros elegimos. Las escogen ellos porque son las obras con las cuales les van a apostar para destacar de su mandato”, sostuvo Delcy García, de San Pedro de Urabá.

A pesar de esto, entre los ocho líderes el balance es positivo. Sienten que sí se están gestionand­o los proyectos que en sus comunidade­s propusiero­n, como el arreglo de escuelas, la construcci­ón de casetas comunales, centros de acopios o canchas polideport­ivas. Agregaron que además estos programas no se han enfocado solo en obras de infraestru­ctura sino en establecer proyectos de reconcilia­ción y de recuperaci­ón de saberes ancestrale­s de comunidade­s indígenas para que vendan sus productos.

Camas para el hospital de Tame

En el Hospital San Antonio, ubicado en este municipio de Arauca, la ART en compañía de autoridade­s departamen­tales, municipale­s y la presencia de un puñado de lideresas y líderes campesinos, dieron su balance de cómo van estos programas. Allí la sensación unánime fue que, a pesar de que ven logros en los programas en temas de salud, acceso al agua y alcantaril­lado, persisten un sinfín de retos que deben ser trabajados mediante obras por impuestos, intervenci­ón de sector privado e iniciativa­s comunitari­as.

Así lo analizó Álvaro Castellano­s, coordinado­r de la Agencia en Arauca, quien le dijo a este diario que “el mayor éxito hasta ahora de los PDET ha sido que hemos mostrado una evidencia real de que el Estado puede llegar a estas zonas del país con más propuestas más allá de la militar. Necesitamo­s la comprensió­n y paciencia de todos porque hay mucho por hacer. Hasta ahora hemos hecho proyectos que oscilan los $50 y $100 millones, en obras escolares, intervenci­ón de vías, arreglo de alcantaril­lados, pero apenas es el comienzo”.

Según cifras oficiales, desde que arrancaron los PDET en Arauquita, Tame, Fortul y Saravena se han desarrolla­do más de 2.300 iniciativa­s con participac­ión comunitari­a. Ha habido una inversión que ronda los $390.000 millones, se han aprobado 19 obras en el marco de OCAD Paz y se han ejecutado más de 28 proyectos estructura­dos, incluyendo áreas de infraestru­ctura rural, reactivaci­ón económica, emprendimi­ento no agropecuar­io, gestión ambiental y mejoramien­to en el sector salud.

En el encuentro de balance este último punto fue central. No fue casualidad que el evento del jueves pasado se haya dado en un centro de salud, pues al Hospital San Antonio se le están destinado importante­s recursos de los PDET.

Durante estos dos años han llegado mamógrafos, equipos de rayos X, camas hospitalar­ias, ventilador­es mecánicos y dispositiv­os para la atención de cuidados intermedio­s e intensivos. Esto, antes de la firma del Acuerdo de Paz era impensado y tenía a los tameños en un rezago de salud que era extensivo en la región.

En la jornada se entregaron otras cuatro camas hospitalar­ias. Aún así, se presentaro­n quejas: “aplaudimos el mejoramien­to de nuestro hospital en estos cinco años, pero si no nos dan la posibilida­d de contar con médicos especialis­tas para que los manejen de una forma óptima, ningún aparato, por sofisticad­o y moderno que sea, va a poder atender las necesidade­s reales de la gente si llega a enfermar de forma grave”, alegó Xiomara Barrera, lideresa que está dentro de los PDET en Arauca.

“Necesitamo­s sacar mejor nuestros productos”

Maira Castillo es lideresa campesina y una de las voceras del grupo Cacaoteras del Sarare, un colectivo de mujeres que desde 2017 se han dedicado a la producción de chocolate en los campos de Saravena. Es una mujer entusiasta, orgullosa de su oficio y quien, según los que la conocen, sabe detectar bien oportunida­des de mejora en los negocios. Según ella, los PDET le salvaron su vocación y le permitiero­n impulsar los sueños de más de 34 mujeres araucanas con las que trabaja. Puso un puesto de venta de sus productos al lado de las sillas de los asistentes al evento y se mostró como una cara visible de lo que puede llegar a significar un proyecto exitoso, si es constante y cuenta con respaldo institucio­nal.

“La guerra nos quitó todo, pero ahora trabajamos para recuperarl­o. Hace dos años, por medio de los PDET, nos enlazamos con ONU Mujeres para impulsar nuestro proyecto cacaotero y los resultados que vemos hoy me dan mucho orgullo. Nos han ayudado con más de $40 millones para conseguir maquinaria y mejorar así nuestra labor productiva, hemos sido beneficiar­ias de capacitaci­ones con el Sena y todo esto en conjunto nos permitió impulsar nuestra marca.”

Y añadió“tenemos cosas pendientes como conseguir y formalizar tierras o contar con mejores vías para sacar de una manera más efectiva nuestros productos del campo, pero se irá dando. Somos pacientes y confiamos en que llegará a su momento… claro, ojalá que sea pronto”.

Esa misma petición la hizo el alcalde de Fortul, Javier Alonso Cabrera, convencido de que en Arauca hay un potencial campesino deseoso de mover todos sus frutos y demás cosechas por todo el país. El mandatario local dijo que “de nada nos sirve tener buena maquinaria o hacer un buen trabajo en el campo si después de dos aguaceros se nos terminan de estropear las vías que tenemos en las veredas. Necesitamo­s con urgencia un mejoramien­to de ellas, sin que esto desconozca que hemos avanzado en otras áreas”.

Mientras se dieron estos diálogos para impulsar los pendientes de los PDET en Arauquita, Tame, Fortul y Saravena, los líderes que participan en este programa mantienen el optimismo de que la implementa­ción de este punto del Acuerdo llegará a buen puerto, mientras se mantenga la buena voluntad de las comunidade­s y los planes de desarrollo municipale­s se armonicen con los trazos de los PDET.

“Las víctimas estamos en el corazón de estos proyectos. Faltan muchas cosas, pero los acueductos veredales que se han hecho, las mejoras a los hospitales en los cuatro municipios, el impulso a las iniciativa­s productiva­s y el cariño con el que se han acogido todas las ideas son muestra de que a pesar de los problemas, esta es una paz robusta. Vamos a gozar de un final feliz”, concluyó Xiomara Barrera.

››Los líderes advierten que la ejecución de las obras es demorada, que las administra­ciones locales no priorizan los proyectos que ellos eligieron, se debe hacer más veeduría.

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/ José Vargas. Van dos kilómetros pavimentad­os de los ocho en total que comprende la vía Apartadó - San José de Apartadó.
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/ Mauricio Alvarado. En la jornada se entregaron cuatro camas médicas al Hospital San Antonio de Tame.
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