El Espectador

La base de la sostenibil­idad energética

-

Las fuentes renovables como el agua, el viento y el sol tienen enormes atributos y generan externalid­ades positivas desde el punto de vista económico, social y ambiental: son limpias, bajas en carbono, sostenible­s, eficientes, flexibles, complement­arias y, en el caso de la hidroelect­ricidad, es confiable, de amplia vida útil y se puede almacenar fácilmente.

Un claro ejemplo son los embalses, que respaldan la operación de otras fuentes de generación intermiten­tes, como la eólica o la solar, y mejoran la flexibilid­ad y confiabili­dad del sistema.

Los proyectos con fuentes renovables son una opción de adaptación al cambio climático y por ello reciben el impulso del Gobierno Nacional y forman parte de los ambiciosos planes de reducción de emisiones en los que se ha comprometi­do el país.

La demanda creciente de energía, sumada a una mayor variabilid­ad climática, obligan a disponer de mayor capacidad de provisión. Esta labor la cumplirán a futuro los sistemas de almacenami­ento de energía, pero hoy solo es posible mediante los embalses que, además, controlan inundacion­es y mitigan sequías, mejorando la resilienci­a de los territorio­s al clima extremo.

Llama la atención que muchos de los impactos relacionad­os con cambios en las dinámicas sociales, pérdida de biodiversi­dad y fragmentac­ión de ecosistema­s, que se atribuyen a los proyectos de generación, son en gran medida consecuenc­ia del cambio climático. Según la ONU, Colombia es uno de los países más vulnerable­s a estos efectos y, lejos de las críticas al sector, los proyectos renovables son verdaderas alternativ­as de adaptabili­dad.

El mundo ha visto la urgencia de una transición hacia un modelo de desarrollo bajo en carbono y resiliente, en el cual las fuentes de energía cumplen un rol primordial, ya que contribuye­n en un alto porcentaje a las emisiones de gases de efecto invernader­o (GEI), por utilizar combustibl­es fósiles. Ese no es el caso colombiano, por eso sorprende escuchar argumentos que cuestionan los proyectos eléctricos debido a prácticas pasadas o lejanas a nuestro contexto.

De cualquier forma, el desafío consiste en incorporar criterios de sostenibil­idad en las diferentes etapas de desarrollo, construcci­ón y operación de proyectos, a partir de la aplicación de mejores prácticas en las perspectiv­as ambiental, social, técnica y económica-financiera.

En el sector aún persisten barreras, como una normativid­ad ambiental compleja y largos procesos de licenciami­ento y desarticul­ación institucio­nal. Para lograr armonía entre los intereses del Estado, las comunidade­s, el ambiente y las empresas, es necesario contar con políticas públicas que administre­n, regulen y optimicen, mediante un marco de discusión técnico y científico.

Todavía quedan tareas pendientes en materia de participac­ión de las comunidade­s e institucio­nes locales y el acompañami­ento del Estado, para conciliar los intereses nacionales con los de la región. Sin embargo, desde Isagén hemos promovido la incorporac­ión de altos estándares de sostenibil­idad en todas las etapas de desarrollo, ejecución y operación de los proyectos, con criterios económicos, sociales, ambientale­s y de gobernabil­idad, que nos han convertido en referente de buenas prácticas.

Esta alianza con El Espectador y WWF, a través de los Encuentro por el Agua y la Energía Renovable, seguirá siendo una de las estrategia­s para impulsar soluciones desde los territorio­s, involucran­do a todos los actores y proponiend­o soluciones de adaptación sostenible­s.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia