“La postura migratoria de Duque requería de bravura política”
La respuesta al desafío migratorio por parte de Colombia es lo que más destaca el embajador de la UE en Bogotá, Gilles Bertrand. Los gobiernos venideros deberán continuar trabajando en esta materia.
Han sido años difíciles para Colombia. Cuando se pensó que el mayor reto que tendría el país sería la implementación del Acuerdo de Paz, se sumó un desafío migratorio sin precedentes y luego una emergencia de salud pública con la pandemia del COVID-19. Sería imposible atender todo sin contar con aliados, y para fortuna de los colombianos la nación cuenta con una amistad inquebrantable que se hace más fuerte ante cada adversidad. La Unión Europea continúa reafirmando su apoyo incondicional con el país a través de todos los frentes posibles. El embajador de la UE en Colombia, Gilles Bertrand, conversó con El Espectador sobre la alianza entre el bloque de los veintisiete y el Gobierno Nacional, destacando la postura que ha tenido el presidente Iván Duque frente a una de las asignaturas más difíciles: la migración.
¿Cómo ve la recuperación en medio de la pandemia?
La pandemia ha sido un reto mayor para todos. Nos ha puesto en igualdad de condiciones, nadie lo estaba esperando, aunque ya habíamos tenido pandemias que se han podido manejar y limitar. La pregunta es cómo hacer que la recuperación de esta situación nos lleve a algo mejor que lo de antes. Es la ocasión para revisar muchas de las cosas que hacemos para también tomar en cuenta el elemento verde. La recuperación tiene que ser más ecológica e inclusiva para que nos acerque a un mundo mejor, a una forma de vivir más saludable para todos.
El medio ambiente es la bandera de la UE, y tienen metas ambiciosas para mitad de siglo. ¿Cómo será su trabajo?
Es una tarea de largo plazo, pero sobre todo es una decisión, desde el punto de vista europeo, que había que tomar porque el tiempo se va agotando. Hemos hecho muchos esfuerzos desde la década de 1970, pero nos parece que esos esfuerzos no han llegado al nivel necesario para enfrentarse a la amenaza climática. Con Colombia tuvimos una cooperación ejemplar en la COP26, tenemos los mismos objetivos de carbono neutral para 2050 y de detener la deforestación. El ministro de Medio Ambiente, Carlos Correa, es quizás a quien más he visto desde mi llegada al país. Podemos hacer mucho juntos. Y esto también frente al tema comercial, porque nuestra idea del Pacto Verde es cambiar la manera en la que consumimos, como comerciamos y dejar atrás prácticas que no son sostenibles para el medio ambiente. Cambiar lo que hacíamos por prácticas ecológicas.
¿Y eso sé es sostenible en el caso colombiano?
No solo es posible, sino que Colombia es uno de los países con mayor potencial en el mundo para este cambio. Apoyamos, de la mano del Ministerio de Medio Ambiente, muchos emprendimientos verdes, y en estos notamos la posibilidad de hacer uso de la biodiversidad del país, de zonas importantes para los europeos y estadounidenses. El consumidor europeo ahora tiene en cuenta si se toma un café y sabe que es orgánico y que viene de la Costa Pacífica o de la selva amazónica. Y está dispuesto a pagar más por eso que por un café industrial. Así que es un reto también comercial, y Colombia tiene una ventaja comparativa con otros países.
¿Qué progresos han visto con su inversión?
Es otro de esos temas que requieren una transformación de largo plazo, pero nos parece que muchos de los proyectos que hemos apoyado demuestran que sí es posible el cambio y hay un potencial enorme en la agricultura sostenible. Pero iría más allá: es que no hay elección, nos toca. Se agota el tiempo en el planeta y los recursos, así que todo el esfuerzo de protección de los parques naturales, por ejemplo, que además son zonas de conflicto, es esencial. Estas son las fuentes de agua, de vida y de biodiversidad de Colombia. También será una prioridad para el próximo presidente. En mi experiencia, esta urgencia es cada vez más potente.
Usted llegó al cargo tras cinco años de la implementación del Acuerdo de Paz. ¿Con qué se encontró a su llegada?
Como siempre lo dice Eamon Gilmore, nuestro representante especial de la Unión Europea para el proceso de paz, es el acuerdo más ambicioso e integral del siglo XXI. António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, también ha dado un mensaje de paz muy contundente de parte de Colombia en un momento cuando ennegrecen en el resto del mundo los conflictos y las tensiones. Para nosotros queda claro que el apoyo de la Unión Europa es a largo plazo, que empezó antes del Acuerdo, porque ya llevamos 20 o 25 años con iniciativas para tratar de fortalecer las dinámicas de paz en el país, y ya sabemos que estaremos por muchos más años al lado de los colombianos, del Gobierno y del pueblo de Colombia. Lo que se ha logrado en los últimos cinco años nos parece remarcable, especialmente la reincorporación, que se hizo tan rápido, que mucha gente casi ya se ha olvidado del tema. Ahora tenemos esta situación, donde la gran mayoría, el 95 % de los reincorporados, siguen en el proceso. El riesgo militar de las Farc, con todo esto, ya no existe.
Todo el trabajo que se ha hecho, que hemos apoyado a través del Fondo Europeo para la Paz, tiene el objetivo de volver al territorio o a territorios donde la presencia del
Estado colombiano ni siquiera ha existido. Por ello, cualquiera que sea el próximo presidente tendrá que continuar el proceso. Una cosa que me llama mucho la atención al llegar es que los territorios donde se gana paz son donde se gana la lucha por el medio ambiente, la lucha contra el narcotráfico y donde hay mucha pobreza y desigualdad. En estos territorios no hay tantos votos, pero deben ser una prioridad.
Sin embargo, vemos mucha violencia contra líderes sociales y excombatientes. Como socios del Acuerdo, ¿cómo podemos abordar ese problema?
››Se
agota el tiempo en el planeta y los recursos, así que todo el esfuerzo de protección de la naturaleza es esencial.
Este es el desafío más grande que queda con la implementación del Acuerdo de Paz. Pero, de todas