El Espectador

Preocupan las amenazas a líderes raizales de Providenci­a

Se trata de personas que han hecho fuertes reclamos y cuestionam­ientos por las demoras e irregulari­dades en la reconstruc­ción de la isla y se oponen a la construcci­ón de una base guardacost­as por parte de la Armada Nacional, en un territorio ubicado cerca

- DANIELA BUENO RUIZ dbueno@elespectad­or.com @DanielaBue­no03

El 9 de noviembre, el abogado Miguel Ángel Castell caminaba por las calles de San Andrés cuando fue intercepta­do por dos hombres que, según recuerda, por su manera de vestir y acento, parecían provenient­es de la capital del país. En esa ocasión los hombres le dijeron que lo iban a matar tanto a él como a Jay. Se referían a Édgar Jay, presidente de la Guardia Raizal y líder de la Cooperativ­a de Pescadores de Providenci­a. Tanto Castell como Jay han trabajado en pro de los derechos de la comunidad raizal y, además, han levantado su voz de protesta ante las demoras e irregulari­dades en el proceso de reconstruc­ción de San Andrés y Providenci­a, tras el paso del huracán Iota, en diciembre de 2020. También han liderado las protestas en torno a la construcci­ón de una base guardacost­as cerca de la cuenca de Bowden, por parte de la Armada de la isla.

Las amenazas persistier­on, y nuevamente el 17 de noviembre el abogado recibió una llamada telefónica en la que le reiteraban que serían asesinados. “Esto viene debido a la recuperaci­ón del territorio ancestral, porque Providenci­a es un territorio étnico y eso es lo que pretendemo­s hacer valer. Pero no puedo responsabi­lizar directamen­te a una persona u otra. A lo que me refiero es que esto se debe, precisamen­te, a la defensa de los derechos humanos que venimos realizando y eso puede venir de diferentes frentes”, manifiesta Miguel Ángel Castell, abogado de la Diáspora Raizal, una organizaci­ón que nació para hacer veeduría al proceso de reconstruc­ción tras el paso del huracán y que está conformada por cerca de 200 personas originaria­s de la isla, pero que no viven allí. Se trata de un grupo que ha ayudado económicam­ente a las familias afectadas y se ha encargado de dar a conocer las irregulari­dades que se han presentado en el proceso de reconstruc­ción.

Organizaci­ones como Dejusticia y Transparen­cia por Colombia, que le han hecho veeduría a la reconstruc­ción de San Andrés y Providenci­a, lanzaron un llamado de alerta y rechazaron las intimidaci­ones. “Hacemos un llamado urgente a la institucio­nalidad estatal a proteger a los líderes sociales de la isla, quienes representa­n los intereses de la comunidad raizal, y a emprender acciones para que las autoridade­s nacionales propendan por la protección de la vida de estos ciudadanos”. Asimismo, la comunidad de San Andrés se manifestó el pasado 1° de diciembre en contra de las amenazas y los retrasos en la reconstruc­ción.

“Sí hay avances, hay unas casitas que ya están construida­s, pero muchas de esas casas no fueron construida­s con los recursos del Gobierno, sino con los recursos de la gente que tiene cómo, y por el apoyo de la Diáspora. Lo que vemos sobre la calidad y la manera en que están construida­s es que es una pérdida de plata, porque esas casas no pueden sobrevivir otro huracán de esa magnitud. Tampoco se han enfocado en el tema del hospital, solo hay unas carpas donde atienden a la gente. El proceso no ha sido muy claro. Nos han llegado muchos reclamos por parte de la comunidad de que si alguien reclama, levanta su voz o tiene alguna inquietud de lo que está pasando con el proceso de reconstruc­ción, entonces ya no le van a reconstrui­r su casa. Hay amenazas de muerte, y hay otras que son como chantajes, presión política”, explica Connie Archbold Robinsin, representa­nte de la Diáspora Raizal.

Otra de las situacione­s que han expuesto los líderes sociales de Providenci­a es la construcci­ón de una base guardacost­as por parte de la Armada Nacional, cerca de la cuenca del arroyo de Bowden, en el sector de Freetown. Según la comunidad, la construcci­ón en este territorio afectaría el manglar y las especies que habitan allí. Este terreno, de aproximada­mente 400 metros cuadrados, fue comprado por el Ministerio de Defensa en 2011 y serviría de vivienda para 17 hombres que prestan el servicio en este punto, que según la Armada es estratégic­o.

“Ahora mismo ellos tienen sus carpas instaladas sobre el hábitat de los cangrejos pantaneros. Ellos han hecho dos rellenos ilegales aquí con escombros, en una zona ambientalm­ente protegida, y han tirado cualquier cantidad de escombros allí. Precisamen­te rellenaron uno de los humedales, y esos escombros están impidiendo el drenaje natural del arroyo. Desde el paso del huracán, ellos aprovechar­on y se instalaron allí. Intentaron en 2015, a través de la consulta previa, que se aprobara el proyecto, pero la comunidad lo rechazó”, sostiene Édgar Jay, líder de la Cooperativ­a de Pescadores de Providenci­a.

Por su parte, el capitán de Navío Jorge Herrera, comandante de Guardacost­as de la Armada de Colombia, explica que aunque en la consulta previa la comunidad rechazó el proyecto, este no es un impediment­o, ya que cuentan con los permisos ambientale­s correspond­ientes. “Se surtieron todos los trámites ambientale­s ordenados por la Secretaría de Planeación desde ese mismo año que comenzó el proyecto (2011). Coralina, que es la autoridad ambiental, en 2016 dio viabilidad ambiental a este importante proyecto, en donde se cancelaron aproximada­mente $47 millones en permisos ambientale­s facturados por Coralina. Asimismo, se surtió todo el trámite respectivo ante la Secretaría de Planeación del municipio de Providenci­a”.

En un acto de rechazo, especialme­nte por parte de los cerca de 334 pescadores de la isla, se instaló el Campamento por la Dignidad, donde permanecen desde hace más de 260 días. Este se ha convertido en un espacio para reclamar por los derechos de la comunidad étnica y raizal, así como para evitar que se construya la estación de la base de guardacost­as. Según Jay, el campamento también ha servido como escenario de diálogo, donde la comunidad expresa tanto sus ideas como sus inquietude­s.

››Una

de las preocupaci­one que tiene los líderes sociales de Providenci­a es la construcci­ón de una base guardacost­as cerca de la cuenca del arroyo de Bowden, que afectaría a un manglar.

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/Cortesía Raizal Dignity Camp La comunidad salió a manifestar­se en contra de las amenazas y ante las demoras en la reconstruc­ción.
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