El Espectador

Farc: ¿ni perdón ni olvido?

- RABO DE PAJA ESTEBAN CARLOS MEJÍA @@Chikatilo_ @Alvinsch

EN 1964, PEDRO ANTONIO MARÍN O Manuel Marulanda Vélez o Tirofijo le mandó un memorial al presidente Guillermo León Valencia. La carta dice el motivo, como en la canción de Violeta Parra: “Sabe que nuestro ‘delito’ para ganarnos las iras de la oligarquía y de los altos mandos militares, que la locura de vuestra excelencia estimula, reside en nuestra oposición al sistema bipartidis­ta paritario del ‘Frente Nacional’ oligárquic­o, que consideram­os antidemocr­ático y antinacion­al”.

Marulanda sería un campesino seudoanalf­abeto, pero tenía muy claras las razones de su alzamiento. Era la época de los bombardeos a Marquetali­a (corregimie­nto de Gaitania, municipio de Planadas, Tolima), Riochiquit­o (Cauca), El Pato (Huila) y Guayabero (Guaviare). En cumplimien­to de las directrice­s del Noveno Congreso del Partido Comunista de Colombia (PCC) en 1961 —que aprobó una consigna nefasta: “Combinando todas las formas de lucha, ¡venceremos!”—, el Comité Central despachó a uno de sus militantes más hábiles, Luis Alberto Morantes Jaimes, también conocido como Jacobo Arenas, para orientar a los manes del monte. 48 guerriller­os liberales, convencido­s por la labia de Arenas, fundaron las Fuerzas Armadas Revolucion­arias de Colombia.

Desde entonces, las Farc estuvieron al mando del PCC, los mamertos originales. [Dice la leyenda urbana que una delegación del PCC fue de visita a Cuba. La comitiva la encabezaba Gilberto Vieira White, secretario general, y también figuraban otros camaradas: Alberto, Humberto, Filiberto, Roberto, Edilberto, etcétera. Al verlos, postrados de hinojos, Fidel Castro, con la misma socarroner­ía del Che Guevara, soltó una frase inmarcesib­le: “¿Gilberto, Alberto, Humberto, Filiberto, Roberto, Edilberto? No les falta sino un Mamerto”. Y así se quedaron para siempre los militantes del partido prosoviéti­co. (¡Primero muertos, pero nunca mamertos!, coreaban con risas los universita­rios de 1971). El remoquete terminó aplicándos­e a los simpatizan­tes de las otras izquierdas, aunque fueran o sean antimamert­as. Lo que es la vida: hoy en día hasta Su Eminencia Reverendís­ima Álvaro Uribe Vélez le grita mamerto al que no piensa como él. Cierro corchete].

Durante las siguientes décadas, el PCC usó su perversa combinació­n. Frente estudianti­l: JUCO. Frente electoral: Unión Patriótica. Frente militar: Farc. Frente obrero: Confederac­ión Sindical de Trabajador­es de Colombia (CSTC). Frente barrial: Central Proviviend­a.

Pronto las Farc cayeron en el más crudo bandoleris­mo. Secuestros, extorsione­s, atentados, “pescas milagrosas”, narcotráfi­co. Fechorías abominable­s. Asesinato de los diputados de la Asamblea del Valle del Cauca. Asesinato de Guillermo Gaviria y Gilberto Echeverri Mejía. Bomba al Club El Nogal. Cilindro de gas-dinamita contra la iglesia de Bojayá (Chocó). ¡Y más!

En España, muchos matones de Eta fueron condenados a decenas, cientos o miles de años en prisión. No exagero. José Antonio López Ruiz, Kubati: 1.200 años. Juan Luis Rubenach, Txurdo, 1.008 años. Es cierto que salen después de 30 años en las cárceles, pero la carga simbólica de sus condenas es aplastante. Matar es un crimen. Matar por una idea, un crimen mayor. Matar por una idea para aterroriza­r a los demás, peor todavía. ¿Y en Colombia? ¿Perdón y olvido? Rabito: “Pedir perdón exige más valentía que disparar un arma, que accionar una bomba. Eso lo hace cualquiera. Basta con ser joven, crédulo y tener la sangre caliente”. Fernando Aramburu. Patria, 2016.

“Las EPS son buenas porque a mi abuela le dan los remedios” es el nuevo “yo no creo que haya pobreza porque en mi casa comemos tres veces al día”.

Daniel Ek, fundador de Spotify, invirtió 100 millones de euros en Hellsing, una corporació­n de “defensa” que se dedica a crear drones asesinos. Con los 100 millones que ganó injustamen­te del arte con su monopolio, los invierte en la guerra. Qué asco.

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