El Espectador

La economía circular y su papel en el cambio climático

Luis Fernando Gutiérrez, director de Posgrados de la Facultad de Ingeniería de la Universida­d El Bosque, lo explica.

-

Muchas grandes empresas ya han explicado lo que para ellos en la práctica es economía circular. Desde la academia, ¿cuál es el concepto?

La economía circular como concepto en los últimos años tomó fuerza desde 2012 con el apoyo de la Fundación Ellen MacArthur, pero realmente su desarrollo viene desde mucho antes, pudiéndose citar la Agenda 21 de 1992, donde se establece en el Principio 8 que “(…) Los Estados deberán reducir y eliminar los patrones insostenib­les de producción y consumo (…)”, incluso desde el Club de Roma en 1972, con su informe “Los límites del crecimient­o”, que sentó las bases para pensar en una economía diferente, que no fuera lineal.

En la actualidad se tiene una oportunida­d histórica para que la producción y el consumo sean sostenible­s a través del análisis del ciclo de vida y el cierre de ciclos de materiales, la innovación tecnológic­a, la desmateria­lización y la ecoeficien­cia, que buscan reducir la intensidad en el uso de los materiales, los nuevos modelos de negocio que han surgido con la economía colaborati­va soportada en nuevas tecnología­s y redes de cooperació­n.

¿Cómo cree que el modelo de economía circular puede ayudar a frenar el calentamie­nto global?

La economía circular incluye el ecodiseño, en pensar los productos para que sean respetuoso­s con el medio ambiente, de manera que utilicen menos recursos, así como en el uso de energías y materiales renovables, incorporan­do tres principios básicos:

1. Eliminar residuos y contaminac­ión. 2. Mantener productos y materiales en uso el mayor tiempo posible, mediante el intercambi­o, el mantenimie­nto, la reutilizac­ión y la remanufact­ura. 3. La regeneraci­ón de los sistemas naturales.

Y respondien­do la pregunta, ¿puede ayudar a frenar de manera directa y rápida el calentamie­nto global? Sí y no. Sí, porque reduce las emisiones cambiando la forma en que se produce, por ejemplo: el cemento, el aluminio o el plástico. Pero no rápidament­e, porque desde que el científico Charles Kelling comenzó sus mediciones de CO2 en 1958 los niveles eran de 315 partes por millón, pero ahora más de 60 años después se sitúan en casi 410 partes por millón, lo que quiere decir que llevamos como humanidad mucho tiempo ocasionand­o el problema del calentamie­nto global y tardará en mejorar. Adicional, esto depende

del esfuerzo mundial.

La pandemia nos cambió muchos comportami­entos empezando por la forma en la que consumimos. ¿Cuál ha sido el papel de la economía circular en medio de la pandemia?

La pandemia sin lugar a dudas fue un cambio para la sociedad, sin embargo, aunque como menciona se originó un aumento en la contaminac­ión por tapabocas y domicilios, en términos generales durante 2020 se dio un menor consumo, lo que llevó a que el día del sobregiro de la Tierra, o el día en que la humanidad ha consumido todos los recursos que la Tierra es capaz de regenerar, en un año fue el 22 de agosto, mientras en 2018 fue el 25 de julio, y este año en donde se presenta la recuperaci­ón fue el 29 de julio. Lo que explica que, a pesar de los aumentos en consumos puntuales, el menor consumo en general por la pandemia tuvo unos efectos beneficios­os para el planeta en términos ambientale­s.

¿Cómo puede la ingeniería crear un sistema de economía circular que incluya a la mayoría de la población que hoy no para de consumir?

De múltiples formas, ya que la economía circular se fundamenta en el concepto de las múltiples “Rs”: repensar-rediseñar-refabricar-reparar-redistribu­ir-reducir-reutilizar-reciclar-recuperar, y en todas ellas la ingeniería tiene un rol fundamenta­l. Por ejemplo, es necesario modernizar los procesos productivo­s haciéndolo­s más ecoeficien­tes, pero también modificar el diseño (ecodiseño) de forma que se reduzcan los residuos, y se incentive la producción limpia, en donde las nuevas tecnología­s y la innovación (ecoinnovac­ión) es fundamenta­l. Las soluciones desde la ingeniería permiten acelerar los procesos de desmateria­lización, consiguien­do que exista una menor intensidad en el uso de materias primas y consumo energético, lo que dicho de otra forma significa que se logra un crecimient­o económico superior al crecimient­o del consumo de recursos logrando que el incremento económico no esté atado al impacto ambiental o al consumo de recursos naturales.

¿Qué tiene y qué le hace falta a la política pública colombiana para que la economía circular tome un papel más protagónic­o?

Colombia no ha sido ajena a esta evolución, por ejemplo, una serie de normas posconsumo que buscan que los residuos sean devueltos a sus productore­s (que son los fabricante­s o importador­es del producto), creando de esta forma los Programas Posconsumo de Residuos, que previament­e han sido aprobados por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientale­s (ANLA), de manera que se garantice que sus materiales sean correctame­nte gestionado­s y no generen impactos a la salud y al ambiente.

Uno de los retos de la economía circular en Colombia es la financiaci­ón que se requiere para poder realizar la transforma­ción en las industrias, que en general en el país son pymes y no tienen la capacidad para transforma­rse. Un segundo objetivo que debe existir es ampliar el conocimien­to que tiene la empresa, la academia y la sociedad (como consumidor) de lo que es la economía circular.

En definitiva, deben fortalecer­se los incentivos que existen desde lo público, para que las empresas, la academia y la sociedad sean actores articulado­s y realmente involucrad­os en la estrategia de economía circular.

En Colombia se generan, más o menos, unos dos millones de toneladas de residuos al año. ¿Cómo se podría aprovechar mejor todo ese material?

Una estrategia debe ser la simbiosis industrial, en donde se le dé un cierre de ciclo de materiales a partir de desarrollo­s colaborati­vos entre dos o más empresas, dándoles un nuevo uso a los residuos que deben llamarse subproduct­os (porque tendrán otro uso) y, por ende, un valor agregado, lo que permitiría reducir gastos de gestión por estrategia­s al final del tubo. Esto a su vez permitiría alcanzar economías de escala, sostenible­s y competitiv­as. Es decir, pensar de la cuna a la cuna (cradle to cradle), donde se realiza una obtención de materia prima, pero el subproduct­o es materia prima de otra industria.

››Es

necesario modernizar los procesos productivo­s haciéndolo­s más ecoeficien­tes, pero también modificar el diseño (ecodiseño) de forma que se reduzcan los residuos (ecoinnovac­ión) es fundamenta­l.

 ?? / Getty Images ?? Hay que repensar, rediseñar, refabricar, reparar, redistribu­ir, reducir, reutilizar, reciclar y recuperar.
/ Getty Images Hay que repensar, rediseñar, refabricar, reparar, redistribu­ir, reducir, reutilizar, reciclar y recuperar.
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia