Una historia de ciudadanía sostenible
Luis Fernando Sánchez Rubio llegó a Cartagena de Indias hace más de 37 años para estudiar la carrera de biología marina y se encontró con una realidad alejada de esas costumbres del Caribe, o que él creía caracterizaban a la región.
Para su sorpresa encontró a personas que no sabían nadar, no buceaban, no navegaban, solo unos pocos pescaban y vivían en la pobreza. Todo esto a espaldas del mar.
Esta realidad lo llevó a indagar el porqué de ese divorcio con el mar y sus ecosistemas, que son de una riqueza invaluable y los servicios que prestan estos ecosistemas al ser humano.
En esa búsqueda se dio cuenta de que había varios intereses de personas que no querían cuidar la naturaleza, sino hacer riqueza y transformar esos espacios en lugares de lujo, y en ese proceso desplazaban a las comunidades obligándolas a dejar lo que conocían y buscar otras opciones para sobrevivir.
Por eso, cuando empezó a desempeñarse como funcionario público en el cargo de jefe del Parque Nacional Corales del Rosario, por seis años, entendió las realidades que se vivían y se propuso ser parte del cambio. Ahí nació una empresa de estudios ambientales, luego se desempeñó como docente de varias universidades en las cuales aún continúa y más recientemente “creamos la Fundación Planeta Azul Caribe junto con mi esposa y mi hija”.
Con ella hemos podido dejar un modelo robusto, de cambio, que acaba de ser respaldado como trabajo de investigación con la tesis de doctorado de la Universidad Nacional para que las comunidades, empresas y el equipo de profesionales que armamos podamos mostrar la manera de solucionar los problemas con pequeños proyectos, los cuales van de la base de la pirámide hacia arriba, contrario a los macroproyectos que la ciudad ha soñado desde hace tantos años y que nunca se cristalizan. Es un proyecto para trabajar en equipo, pero sobre todo para dejar un legado como familia, un aporte a lo que tanto amamos y hemos disfrutado”, concluye Luis Fernando Sánchez, su fundador.