Una apuesta por la seguridad, el medio ambiente y la soberanía alimentaria en la zona urbana
“Al hacer conciencia de que todos tenemos materias primas en nuestras casas, barrios y ciudades que pueden servir para otros usos, y al recordar lo aprendido en el colegio INEM Custodio García Rovira, en Bucaramanga, donde nos enseñaron el aprovechamiento de la materia orgánica y su transformación e implementación a la agricultura urbana, me inspiré para realizar un proyecto con el aprovechamiento de los recursos en mi barrio y así beneficiar a mis vecinos y dar solución a una problemática de basuras que afectaba la seguridad y la soberanía alimentaria para las familias. Así enseñamos a las personas cómo aprovechar los residuos de sus casas y utilizarlos en las huertas. Con ello, en estos veinte años, hemos podido ayudar a cerrar brechas y promover el cuidado del medio ambiente, la soberanía alimentaria y promover hábitos que cuiden la salud y el ambiente”, dice Ana Inés Vásquez, quien lidera la iniciativa.
“Ahora los retos que tenemos son: hallar mecanismos de convencimiento para lograr vincular a más comunidades en talleres de formación y prácticas en siembra, manejo de cultivo y producción de alimentos sanos y saludables.
Entablar conversación con los gobernantes, empresas públicas y privadas e inversionistas que puedan ofrecernos apoyo para llegar a más familias. Enseñar a las nuevas generaciones las bondades del proyecto y su aplicación en la ayuda de mitigación de hambre cero. Y lograr que los niños realicen sus propios platos saludables utilizando los productos obtenidos de las huertas”.