El Espectador

Mr. Hyde y Dr. Jekyll

- LO DIVINO Y LO HUMANO LISANDRO DUQUE NARANJO

LAS DOS PERSONALID­ADES CARISmátic­as del antiguo Nuevo Liberalism­o (NL) fueron Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara Bonilla. Entre ambos se alternaban los papeles de Mr. Hyde y Dr. Jekyll, y vaya uno a saber quién era quién al momento de ser asesinados, con cinco años de diferencia, por el mismo victimario. Lara, el primero en morir, había perdido, siendo ministro de Justicia, el apoyo de Galán a causa de un cheque mafioso a su favor que había esgrimido Pablo Escobar en el Congreso. Ese cheque se olvidó en la amnesia piadosa que suscitó el inmolado, primer episodio obvio de dineros calientes en la política. Del tal cheque me parece más verosímil la versión que le dio Lara a Enrique Parejo, su abogado y sucesor en el ministerio: que él había prestado su nombre como beneficiar­io para que un hermano suyo, comerciant­e de Neiva, evadiera un impuesto. No es igual una infracción tributaria que una venta de principios, pero aquella también era impresenta­ble políticame­nte. Eso era antes. El hecho es que Lara Bonilla no tuvo tiempo de explicarlo, pues sus días estaban contados. Trágico país este. En cuanto a Galán, al morir, había arriado sus banderas anticlient­elistas y era candidato a la Presidenci­a por el oficialism­o turbayista. ¿Quién incurrió en peor conducta entre esos dos fundadores del antiguo NL?

Ese karma entre ambos políticos quedó sepultado con sus cuerpos. Pero es inevitable que se exhume al resucitar el NL y que los hijos de esos dos fantasmas ilustres se enfrenten otra vez. O “se den leña entre ellos”, como lo ha dicho Iván Marulanda. Lo paradójico es que Carlos Fernando es par ideológico —centrodere­cha— de Rodrigo Lara Restrepo, renuente a la izquierda paterna, y Juan Manuel es mas centroizqu­ierda, como Lara Bonilla. Otra vez Hyde y Jekyll.

En el Centro Democrátic­o (CD) también hay tormentas: a Edward Rodríguez lo sacaron de taquito de las precandida­turas presidenci­ales y aspirará a redimirse de ese desaire a través de un renglón efectivo para Cámara. Quién sabe. Él es de lavar y planchar. A José Jaime Uscátegui como que lo dejarán sin renglón efectivo, y eso que fue de los mediáticos en exabruptos en una bancada de solemnes desconocid­os, pensaría yo que hijos de caballista­s. Todo parece indicar que Uribe se está deshaciend­o de los más lenguarace­s. Obvio, entonces, que la señora Cabal sea la sacrificad­a mayor, al no permitirle ser cabeza de lista para Senado, honor ofrecido a Miguel Uribe Turbay. Tal vez al caudillo de El Ubérrimo lo tenía ya saturado esa doña Bárbara cuatricent­enaria, pues él siente más suya a la generación de las cuatrimoto­s. Puros problemas de clase, hacia abajo y hacia arriba.

Y, bueno, está el Pacto Histórico. Impresenta­ble que Petro e Isabel Zuleta —lúcida activista contra Hidroituan­go— salgan en foto con Luis Pérez, el “pacificado­r” (así se llama él mismo) de la Operación Orión. Decía Picasso: “Quien da una foto promete el original”. Fuera de eso, quieren sustituir a Miguel Ángel del Río por Agmeth Escaf, que ni me acuerdo ya dónde lo he visto. Petro debería botar de su hemeroteca TV y Novelas. Y el hijo de Petro que deje de invitar a tinto para arreglar entuertos. Es que ni con capuchino, joven. Ojo a esto de Camus: “El fin no justifica los medios, los medios justifican el fin”.

El resto de alianzas también andan disfuncion­ales. Como son muchas no logro distinguir­las, además de que las cambian mucho de nombres y sus miembros se la pasan saliendo y entrando.

Entre águilas y dragones. El declive de Occidente,

El sueño de Bolívar y la manipulaci­ón bolivarian­a, de Carlos Malamud (Alianza Editorial, 2021); Ciudad, igualdad, felicidad, de Enrique Peñalosa (Villegas Editores, 2021).

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia