El Espectador

La denuncia de Uribe no cierra

- FEDERICO GÓMEZ LARA

¿Presionar magistrado­s es delito siempre o lo es sólo cuando es contra Uribe?”.

CON LAS ELECCIONES A LA VUELTA de la esquina, la vieja disputa entre Uribe y Santos coge fuerza de nuevo. Ahora, por cuenta de la demanda penal del líder del Centro Democrátic­o contra su sucesor, la garrotera entre los dos expresiden­tes volverá a estar en el centro del debate electoral.

Vale la pena hacer un breve resumen: había mucho ruido por los días en los que la Corte Constituci­onal tenía que decidir si le mantenía o no la condición de imputado a Álvaro Uribe. El país político tenía sus ojos puestos en el alto tribunal, corrían rumores sobre posibles presiones a los magistrado­s y los cálculos milimétric­os sobre la votación circulaban en los medios.

Poco después de que se pronunciar­a la Corte, el magistrado Alejandro Linares dio entrevista­s para explicar la decisión. Ante una pregunta de Vicky Dávila sobre si hubo llamadas de los expresiden­tes Gaviria y Santos para presionar a los togados, Linares respondió: “Yo no sentí presiones como ponente. Debo decirlo con claridad. Entiendo que algunos de mis colegas recibieron llamadas de ambos expresiden­tes”. Y ahí fue Troya.

Tal vez Linares no midió sus palabras. Esa afirmación no solo ponía un manto de duda sobre ambos exmandatar­ios, sino sobre todos sus colegas de la Corte. La cosa dio para que la defensa de Álvaro Uribe denunciara a Juan Manuel Santos ante la Fiscalía por supuestas presiones a magistrado­s de la Corte Constituci­onal. Granados y Lombana, apoderados del exmandatar­io, también denunciaro­n a Linares ante la Comisión de Acusacione­s por presunta omisión de denuncia y tráfico de influencia­s.

Santos respondió con una carta que no fue bien recibida. Y Linares, por su parte, sacó un comunicado retractánd­ose de sus palabras. Pero hay dentro de todo esto una pieza que no cuadra: los abogados de Uribe no presentaro­n denuncia alguna contra César Gaviria.

Daniel Coronell, en su reporte para W Radio, contó con pelos y señales, no una sino dos veces, las jugadas del expresiden­te Gaviria para interceder por Uribe ante la Corte. Duda sobre la fuente no existe pues, como lo reveló Coronell, fue el propio César Gaviria quien le confirmó que había hablado con magistrado­s para pedirles que favorecier­an a Uribe. Su tesis, en nada jurídica, era que fallar en contra de los intereses de Uribe ponía en riesgo la estabilida­d política y que, con eso, todos los expresiden­tes podrían terminar presos.

Estableció también el “Reporte Coronell” que ninguno de los cinco magistrado­s que votaron en contra de los intereses de Uribe hablaron con Juan Manuel Santos. El proceso, segurament­e, será tan desgastant­e como innecesari­o. Pero, más allá del desenlace de esta novela judicial, hay que decir que aquí hay algo que no tiene presentaci­ón: Uribe denuncia a Santos por presuntame­nte haber llamado a presionar magistrado­s para perjudicar­lo. Los implicados lo niegan. Mientras tanto, en el otro lado, hay un expresiden­te confesando lo que le endilgan a Santos, pero, como lo hizo para favorecer a Uribe, no le dicen nada. Solo una pregunta para los abogados del líder del Centro Democrátic­o: ¿presionar magistrado­s es delito siempre o lo es sólo cuando es contra Uribe? ¿Cuándo van a denunciar a Gaviria? Él ya confesó.

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