El Espectador

Regalo navideño: más burocracia

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EN MEDIO DE LA AUSTERIDAD PRO-clamada desde el Gobierno Nacional, el regalo navideño para la Procuradur­ía General de la Nación es la creación de 1.208 nuevos cargos. En decreto firmado por el presidente Iván Duque y los ministerio­s de Justicia y de Hacienda, promulgado hace poco, se muestra que las promesas de la procurador­a sobre no agrandar la planta de personal se incumplier­on. El aumento de burocracia es además preocupant­e, porque se está presentand­o como el cumplimien­to de una sentencia internacio­nal que tanto el Gobierno como la Procuradur­ía han decidido malinterpr­etar de forma irresponsa­ble.

Se dijo varias veces: el proyecto de reforma al Ministerio Público impulsado por la procurador­a general, Margarita Cabello, era un aumento burocrátic­o innecesari­o que incumplía la sentencia de la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos (Corte IDH) contra Colombia. No importó. La aplanadora del Gobierno, en fuerte alianza con la procurador­a, aprobó la ley a la medida que buscaban. Cabello fue enfática: “No es cierto lo que están diciendo, que se van a crear miles de cargos dentro de la Procuradur­ía, ni mucho menos, decir que es burocracia lo que se le va a entregar a la Procuradur­ía. Lo que se pretende es, al dar cumplimien­to a la orden de la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos, separar investigac­ión y juzgamient­o”. Lo que resultó no ser cierto fue lo dicho por la procurador­a.

El Decreto 1851 de 2021 crea 1.208 nuevos empleos permanente­s en la Procuradur­ía. Entre ellos están, por ejemplo, 20 nuevos asesores para el despacho de la procurador­a general. El Ministerio Público se defiende argumentan­do que los nuevos cargos son necesarios para cumplir la sentencia de la Corte IDH y que, en todo caso, según le respondier­on al periódico El

Tiempo, “la provisión de estos cargos, que no es inmediata, no generará adiciones al presupuest­o ordinario asignado a la Procuradur­ía General de la Nación”.

El mensaje que se envía, empero, es claro: en tiempos de austeridad, la Procuradur­ía se llena de nuevos puestos. Esa ambivalenc­ia discursiva afecta la legitimida­d institucio­nal, más en tiempos de pandemia y crisis económica. Adicionalm­ente, promueve la sensación de que los órganos de control siguen engordándo­se de funcionari­os y de poder justo cuando sus motivacion­es han sido cuestionad­as.

Tal vez el principal problema es que este aumento de personal se venda como el cumplimien­to de una sentencia contra Colombia. No es así. Lo que pidió la Corte IDH, como lo discutimos en su momento, fue reestructu­rar el poder disciplina­rio y supeditar cualquier sanción política a una condena penal previa. El Gobierno y la Procuradur­ía decidieron adoptar una interpreta­ción extraña de lo ordenado por la Corte y terminaron fortalecie­ndo aún más el poder del Ministerio Público.

Lo que nos lleva a terminar el año con esta bonanza de cargos. Un regalo navideño incómodo en medio de tantas promesas de austeridad.

‘‘La creación de nuevos cargos en la Procuradur­ía es un contraste con los discursos de austeridad en el Gobierno”.

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