El Espectador

Un libro que te saca la lengua

- ENTRE LÍNEAS JULIANA MUÑOZ TORO*

Hay libros que te sacan la lengua. Lengua rosa, lengua de gata. Libros que te toman el pelo hasta que decides sacudirte lo que creías que era la poesía, el lenguaje, hasta que decides sacarles la lengua también: jugaré tu juego, diremos que no es el país, que no es el cuerpo, que no es el deseo. Tan solo una gata ciega que da tumbos.

Lengua rosa afuera, gata ciega (Himpar Editores), de María Paz Guerrero, es un poema de largo aliento, uno que contiene la respiració­n, como dice su segmento “Apnea”. Guerrero escribe, vuelve, amplía, vuelve, prende la radio. Disemina a partir de repeticion­es y sonidos para poetizar lo cotidiano con hiperreali­smo en vez de adornos: “Nos recostamos, aburridos, encorvamos la / espalda, la cervical se mete entre la / médula bajamos actualizam­os el feed”.

La escritora deja ver en el poema su proceso creativo, como la música que escucha o las repeticion­es de una intención no resuelta: “Nosotros debemos nadar tres veces / por el feed, por la misma frialdad que tú me das, / por las vértebras desviadas”.

Este libro, ingeniosam­ente ilustrado por Sandra Restrepo, puede ser una obra de arte o incluso obra de teatro. El personaje principal le habla a su audiencia y la involucra. El personaje camina y baila salsa sobre dos piernas, y luego se pone en cuatro, se convierte en gata: “Nos ofrecen, nos ofrecen el alimento / Esperas acostada / a que te den / a que te calienten la barriga”.

Estos versos no son apenas la reunión de momentos inspirados, sino el resultado de una investigac­ión de un lenguaje que genera sentido, de los cuerpos que se mueven. Así, leemos palabras que al poeta primerizo no se le ocurriría convocar, dada la rudeza que también tiene nuestro idioma: “Enteque”, “lagañas”, “orzuelo”, “pedazos tiernos de mamona”, “guargüero”.

Lengua rosa afuera, gata ciega es en realidad una sola pieza, un solo poema que va ganando peso, ritmo, te envuelve, crea capas de sentido: “Te propongo un experiment­o: querer / todo este alboroto, / vamos, que este país de ensueño donde el corazón es de agua, perdón poeta”.

Volviendo a la idea del teatro, los escenarios son cambiantes. Piensas que la ambientaci­ón provoca deseo, cuando en realidad hace un llamado al ser animal: “Vamos a hacer que tú y yo nos encontramo­s, / y nos devoramos / succionas, máquina extractora / la misma retórica, dices cari cari caridad”.

Una lectura recomendad­a para afrontar el 2022 con la curiosidad y el humor que requiere lo desgarrado­r.

*@julianadel­aurel

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