El Espectador

Año de mundial: el reto sudamerica­no

- JORGE TOVAR

Es año de mundial, raro como nunca. Desde 1930, el Mundial de Fútbol se realizó en el verano del norte. Aun disputándo­se en Chile, Argentina o Sudáfrica, el mundial siempre arrancó a más tardar a mediados de mayo. Este año el de Catar se disputa del 21 de noviembre al 18 de diciembre. Para Suramérica será muy importante.

Históricam­ente, el mundo del fútbol se divide en dos: Europa y Suramérica. Tras 400 años de conquista, colonizaci­ón, y opresión, desde hace cien fue el fútbol lo que nos permitió tratarlos de tú a tú. Todo cambió con ese viaje de Uruguay en 1924. Llegaron de incógnito a Francia, pusieron en un país, un continente, en el mapa. Hasta 2002, no solo miramos a los ojos a las grandes potencias. Fuimos superiores. Suramérica, Brasil, fue el primero que triunfó en continente ajeno. De la mano del niño genio, Pelé, Brasil derrotó a los dueños de casa en la final de Suecia 1958, tras aplastar en semifinale­s a la primera gran selección francesa, aquella de los hijos de inmigrante­s: Fontaine, Kopa y Piantoni.

Pero el fútbol suramerica­no, aquel del que nos sentimos orgullosos, es en esencia Argentina, Brasil y Uruguay. Chile, en su mundial, quedó tercero, y el resto nos congratula­mos con pequeñas victorias de las que sacamos pecho, pero que no están escritas con letras doradas en la historia del evento más importante de la humanidad. Es decir, mientras por acá hemos sido incapaces de diversific­ar la gloria, en el viejo continente han destacado seleccione­s como Hungría, Polonia, Unión Soviética, Bulgaria, Portugal, Yugoslavia, Croacia y Suecia. Todas al menos semifinali­stas en un mundial.

A las grandes generacion­es de Perú, Colombia, Paraguay, Ecuador y Bolivia les quedó grande ese penúltimo escalón que pone a todo un país a imaginarse levantando la Copa del Mundo. Hasta 2002, el fútbol sudamerica­no competía y superaba a los europeos. La debacle, desde entonces, ha sido lenta, pero continua. En 2006, en la que quizás ha sido la omisión más grande de los mundiales, Pékerman, ganando a Alemania, dejó a Messi en el banco para meter a aquel gordito del Inter, Cruz (¿quién, hoy, sabe quién es?). Entonces, como en 2010, los finalistas fueron europeos.

En 2014, sin mucho fútbol, pero con chispazos de Messi, Argentina dignificó nuestro fútbol, pero perdió ante Alemania la final. La derrota es histórica a todo nivel. Fue la primera vez que Europa triunfó en tierras americanas. Nunca un continente había ganado tres mundiales en línea. Colombia, con el mejor equipo de su historia, no pudo jugar la semifinal. A diferencia de holandeses, belgas, checoslova­cos, turcos y austriacos, además de los citados antes. Tras el fracaso generaliza­do de Rusia 2018, 2022 es una necesidad para Suramérica. Los porqués y lo que podemos esperar lo charlamos.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia