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Para los momposinos, Semana Santa va más allá de las oraciones. El pueblo se sumerge en un ambiente solemne que se siente a partir del Jueves Santo o “jueves de Dolores”. La solemnidad se ve marcada por las procesiones que hacen para conmemorar los acontecimientos que cuenta la Biblia y las alfombras forman parte esencial de los rituales, al igual que otras tradiciones como “el paso robado”.
“Algunas familias pagan para que les hagan sus alfombras, porque hay quienes no saben cómo hacerlas. Entonces buscan a estos maestros, como hace la señora Juanita, quien sagradamente debe tener su alfombra frente a su casa. Ella busca a estos artistas y el diseño para que le plasmen por devoción o fe su alfombra momposina”. Durante los días que las alfombras adornan Mompox, las calles se cierran desde temprano para darles paso a las procesiones. “La mayoría de las alfombras religiosas son pedidos que nos hacen, en la puerta de la casa del cliente nos dice el diseño que quiere y vamos trabajando así”, cuenta Villanueva.
En aras de no dejar morir esta tradición, los niños son los que reciben el conocimiento de las alfombras a través de semilleros. Con sus manos y piedras de colores, crean formas que adornan los lados de la alfombra que realizaba Villanueva del retrato detallado de la cara de Jesús. Entre círculos y marcos de flores, los jóvenes momposinos se concentraban en los materiales que tenían a su disposición, mientras el artista jugaba con luces y sombras en el rostro del salvador cristiano.