El mejor momento del béisbol colombiano
Los técnicos barranquilleros Luis Felipe Urueta y José Mosquera Crisson lideran una generación de oro del deporte de la pelota caliente. Los herederos de Édgar Rentería y Orlando Cabrera seguirán dando de qué hablar en la próxima década.
No es un dato menor. Un mánager colombiano ganó anoche la Serie del Caribe de Béisbol, un torneo que juegan desde 1949 los equipos campeones de los principales torneos profesionales de la región, esos que generalmente se disputan a final de año y coinciden con el parón de invierno en la MLB de Estados Unidos, para poder contar con un buen número de peloteros vinculados a organizaciones de las Grandes Ligas.
Los Caimanes de Barranquilla, en su segunda participación, tercera para el país (los Vaqueros de Montería jugaron en 2020), disputaron la final frente a los Gigantes del Cibao, de República Dominicana, novena dirigida por el colombiano Luis Felipe Urueta.
Al frente del equipo atlanticense estaba José Mosquera Crisson, artífice de los más recientes éxitos del béisbol de nuestro país, pues dirigió al combinado patrio que obtuvo el tercer lugar en el Mundial Sub 23, en México, y la medalla de oro en los Juegos Panamericanos Júnior, en diciembre del año pasado.
Con Caimanes, bicampeón de la Liga Colombiana, ha sabido consolidar una base para desafiar a los mejores y más tradicionales equipos del Caribe. “Nuestro objetivo era venir a dar la pelea, claro. El país llevaba dos participaciones y 10 derrotas. Lo primero era ganar un partido y ratificar nuestro progreso”, explica José Mosquera Crisson, de 35 años, quien sigue los pasos de Luis Felipe Urueta, pionero de los entrenadores criollos en el exterior.
Urueta, quien jugó como receptor, ha trabajado con los Diamondbacks de Arizona e incluso dirigió un partido de la MLB en la temporada 2020, por sanción del entonces mánager principal, Torey Lovullo. Ha sido entrevistado para el cargo de entrenador de los Medias Rojas de Boston en dos oportunidades y hace apenas semana y media ganó el título de la prestigiosa Liga dominicana, en la que completó cinco temporadas, cuatro de ellas llegando a la final.
Él fue quien comenzó a moldear esta nueva era dorada del béisbol colombiano, que vivió durante décadas de los recuerdos de los equipos campeones de las Series Mundiales Aficionadas de 1947 y 1965.
Urueta manejó a la selección que participó en el Clásico Mundial de 2017, en Miami. Y forjó a los peloteros que llegaron a reemplazar a Édgar Rentería y los hermanos Orlando y Jolbert Cabrera en la Gran Carpa, como Julio Teherán, José Quintana, Giovanny Urshela, Dónovan y Jhonatan Solano.
“Sin duda, ese furor que generaron ellos hace 20 años hizo que todos estos muchachos crecieran con la ilusión de emularlos y llegar a una organización de las Mayores. Nos marcaron un camino y nos demostraron que sí era posible. Esa meta, buscada con trabajo, es a la que cada día más peloteros nuestros están accediendo”, dice Urueta.
Por eso, para la temporada que viene, hay al menos una docena de colombianos contratados por alguna novena de la MLB y más de 50 alternando en las filiales de las Ligas Menores.
Varios de ellos estuvieron con Caimanes en República Dominicana. Los grandes ligas Hárold Ramírez, Sandy León y Dilson Herrera, además de Andrés Angulo, Carlos Arroyo, Elkin Alcalá, Luis de Ávila, Juan Díaz, Luis Escobar, Brayan Buelvas, Dayan Frías y Reynaldo Rodríguez.
Y es que Colombia se convirtió en un destino obligado para los cazatalentos. Además del potencial que encuentran en nuestra Costa Atlántica, a las organizaciones les resulta mucho más económico fichar a un prospecto de nuestro país, que a un dominicano o venezolano, por ejemplo.
La excelente actuación de Caimanes en Santo Domingo, en donde le ganó con autoridad dos veces a los Navegantes de Magallanes de Venezuela, viniendo de atrás superó a los Astronautas de Panamá y en la fase clasificatoria cortó un largo invicto de República Dominicana en el torneo (15 partidos ganados), obliga a que los objetivos a futuro sean mayores, especialmente para la novena barranquillera, apoyada por la familia Char con la organización Olímpica.
“Hemos logrado una gran cohesión de grupo, una mezcla muy interesante de juventud y experiencia en este plantel, que ha tenido gran aporte de los extranjeros. Jugué con muchos de ellos y a otros los conozco desde que tenían 15 años. Estoy contento de liderar este grupo”, admitió orgulloso José Mosquera.
Pero ya no se trata de participar, sino de seguir siendo protagonistas, tanto de los eventos de selección como en los de clubes. Las próximas Series del Caribe se disputarán en Caracas, Miami y Mexicali. Y Colombia, gracias a su gran actuación, ya no será un invitado más, sino un verdadero candidato al título.
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sus dos primeras participaciones en la Serie del Caribe, Colombia perdió los 10 partidos. En 2022 dio la sorpresa y llegó a la gran final.