El Espectador

¿Cuál será el próximo escándalo?

- JUAN CARLOS GÓMEZ @jcgomez_j

Al plantear esta pregunta, se sabe que el ámbito privado es franqueabl­e, sin que se entere el doliente, sobre todo si se utilizan las redes digitales. Las herramient­as se multiplica­n; es un negocio multimillo­nario. Las ciberarmas ya son un recurso habitual en la política doméstica y en las relaciones internacio­nales. Una forma de guerra soterrada y contundent­e, relativame­nte barata, de fácil distribuci­ón y despliegue y sin ningún riesgo para el atacante. Las ciberarmas están cambiando la naturaleza de las relaciones entre los Estados y sus súbditos.

El año pasado, una investigac­ión periodísti­ca reveló que varios medios de comunicaci­ón fueron hackeados mediante la utilizació­n del spyware Pegasus. Entre esos medios estuvieron The Wall Street Journal, CNN, The New York Times, El País y The Economist.

Gracias a Pegasus se pudieron rastrear dispositiv­os móviles prácticame­nte en cualquier lugar del mundo. Esta herramient­a informátic­a fue diseñada por NSO, empresa constituid­a en Israel, cercana al gobierno de ese país, y solo fue provista a países amigos como México (por eso cayó el Chapo),

Panamá, Polonia, India, Hungría, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. Muchas veces fue utilizada por los gobiernos para perseguir opositores, defensores de derechos humanos y periodista­s.

También se supo recienteme­nte que el FBI, en Estados Unidos, adquirió Pegasus en 2019, aunque se supone que no lo utilizó para chuzar a sus ciudadanos. Sin embargo, Facebook demandó a su fabricante NSO por hackear a sus usuarios. Durante el mandato de Trump las autoridade­s de ese país fueron tolerantes, pero, en noviembre pasado el gobierno Biden puso a NSO en la lista negra y esta empresa ya no podrá ofrecer sus servicios, lo cual puede llevarla a la quiebra. Ya vendrán otras.

La filtración de comunicaci­ones privadas genera hecatombes efímeras, como sucedió en Colombia en las últimas semanas. Sin desconocer que, gracias a esas filtracion­es se develan las peores prácticas del poder, existen dos riesgos: primero que los medios de comunicaci­ón terminen manipulado­s por alguna mano invisible que a su voluntad revela y oculta; segundo, que la opinión pública se inmunice y banalice la realidad, sin reflexión, que solo le llame la atención el escándalo. Sexo, verdades-mentiras y videos.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia