La odisea de encontrar cupos en colegios distritales
El Espectador conoció los casos de varias familias que no han logrado matricular a sus hijos en instituciones oficiales, debido a que no hay cupos disponibles cerca de sus casas. Desde la sección Bogotá le pusimos la lupa al tema.
El regreso a la normalidad académica en 2022 representa un gran reto no solo para los colegios, sino para los padres y hasta para el mismo Distrito. En Bogotá existen casi 2.000 instituciones, de las cuales 400 son distritales y cuentan a su vez con 750 sedes en las 20 localidades. Según la Secretaría de Educación, se estima que dichos planteles forman a 800.000 estudiantes, mientras que 450.000 alumnos están vinculados a educación en colegios y jardines privados.
Cabe mencionar que a finales de julio de 2021, según la Alcaldía, el 60 % de los estudiantes matriculados en colegios públicos regresaron a las aulas, cifra que aumentó paulatinamente hasta llegar a un 98 %. Según la pirámide poblacional de Bogotá, de los casi ocho millones de habitantes de la capital, 1,5 millones tienen entre 5 y 19 años (edad para cursar estudios en primaria o secundaria), de los cuales el 50,7 % son hombres y el 49,3 % mujeres. Sin embargo, para algunos hogares matricular a sus hijos este año ha sido toda una odisea.
Pero más allá de los cupos, hay otros retos que a la par debe enfrentar el Distrito. Por un lado, brindarles una solución a las familias que deben pagar transporte por su cuenta (tanto para el menor como para el acompañante) o en los casos en que se encuentran con inseguridad alimentaria. Con el regreso presencial a clases, tanto los cupos, el transporte y la alimentación son desafíos que también regresan.
Cupos escolares
Desde El Espectador conocimos el caso de algunas familias que han intentado inscribir a sus hijos en colegios distritales. No obstante, siendo la última semana de febrero, aún no lo han logrado. “He ido a más de cinco colegios buscando cupo para mi hija que entra a primero, pero dicen que no tienen. Considero que esa no debe ser la respuesta, porque los niños no pueden quedarse sin colegio. Tienen el derecho a la educación”, expresa Yeimy Martínez Daza, madre que busca un cupo en Engativá.
Lo paradójico es que, a pesar de que esta es la respuesta reiterativa, según la Secretaría de Educación, para este año aún tienen 50.000 cupos, ya que “en los últimos años Bogotá ha sido una ciudad a la que le sobran cupos educativos”. Entonces si es así… ¿cuál es la limitante que encuentran algunas familias al inscribir a sus hijos?
“La oferta educativa se organiza desde agosto del año anterior. El número de plazas por institución depende de la capacidad instalada y de la infraestructura educativa que tiene la ciudad”, explica Carlos Reverón, subsecretario de Acceso y Permanencia de la secretaría. Conforme está planteado en los Lineamientos para la Prestación del Servicio de Educación, definidos por el Ministerio, se debe dar prioridad a la continuidad académica de los estudiantes que estaban cursando grados en el período anterior. Sobre la base de cupos nuevos se realiza el proceso de asignación a través de la página web de la Secretaría, en donde se tienen en cuenta las inscripciones hechas por los padres y las solicitudes que se realizan puntualmente a los colegios.
“Realizamos inicialmente la asignación de manera centralizada con un algoritmo que aplica los criterios de priorización que define el Gobierno. Por ejemplo, se prioriza a la población víctima del conflicto armado, a los grupos étnicos, a la población en condición de pobreza y a quienes ya tienen hermanos estudiando en algún colegio, para que estén juntos”, señala Reverón.
A pesar de esto, tal parece que no aplica en todos los casos. Karla Campo, una migrante venezolana que llegó hace tres años a Bogotá, tiene tres hijos (3, 6 y 9 años) y vive en la localidad de Usaquén. En 2020 pudo matricular a su primogénito en la institución educativa Aquileo Parra, hazaña que no ha logrado con Keiver Andrés, el segundo de sus hijos.
“Por su edad no he podido tampoco inscribirlo a ningún jardín, así que le doy clases en la casa, porque él no se puede quedar así. El estudio es primordial. Él me dice: ‘¿mamá, por qué mis hermanos van a la escuela y yo no?’. Entonces tengo que hacer de profesora y le dejo tareas para que aprenda”, menciona Karla, mientras comenta que no ha logrado que sus hijos estudien juntos, a pesar de que desde el año pasado ha llenado la solicitud de manera virtual, pero siempre le arroja que está mal. Según la Secretaría de Educación, el aplicativo nunca ha tenido inconvenientes.
Frente a este caso, el subsecretario afirma que los procesos de priorización se hacen desde inicios de noviembre hasta finales de diciembre de cada año, por lo tanto, quienes intentan matricular a sus hijos luego de esas fechas tienen menos chances de encontrar cupos en los planteles que desean.
“Recibimos el año pasado cerca de 101.000 solicitudes de cupo y a la fecha ya realizamos el proceso de asignación del 100 %. Los papás que inician el proceso este año tienen tres posibilidades: le asignamos una plaza teniendo en cuenta las tres opciones que seleccionaron en la postulación; si debido a la demanda no hay disponibilidad, lo remitimos a un colegio a menos de dos kilómetros de su residencia, o si es necesario le asignamos un cupo más lejos de su casa, pero le brindamos ayudas para el desplazamiento, como ruta escolar o subsidio de transporte”, agrega Reverón.
Según la Secretaría, es importante resaltar que existe un índice deficitario de oferta académica, dado que no hay suficientes colegios en algunas Unidades de Planeamiento Zonal (UPZ) de localidades como Suba, Engativá, Kennedy y Ciudad Bolívar. Esto debido a que el crecimiento histórico de Bogotá fue de Centro a Occidente y no se priorizó dejar suelos para la construcción de infraestructura social.
“Esto lleva a que existan circunstancias de déficit de oferta educativa, pues no hay colegios oficiales suficientes en algunas zonas para atender toda la demanda. Ese es precisamente uno de los líos que se abordaron en esta administración y que se busca solucionar con el Plan de Ordenamiento Territorial”, concluye el funcionario.
No está de más recordar que una de las metas que se propuso la alcaldesa Claudia López era entregar en total 35 nuevos colegios en diferentes localidades, propuesta que de cumplirse ayudará a que el derecho a la educación sea una realidad completa y sin tropiezos en toda la capital colombiana.
‘‘La
asignación de cupos la hacemos con un algoritmo, dando prioridad a víctimas del conflicto, grupos étnicos, población en condición de pobreza y a quienes tienen hermanos en algún colegio para que estén juntos”.
Carlos Reverón, subsecretario de Acceso y Permanencia de la Secretaría Distrital de Educación.