El Espectador

La soledad del ciudadano común

- CLAUDIA MORALES* *Periodista. @ClaMorales­M

DE ACUERDO CON LA CONSTITUCI­ÓN el Estado tiene la obligación de servir a la comunidad. Vaya compromiso. El concepto ampliado significa que es responsabl­e también de dar garantía del cumplimien­to de los deberes y derechos de los ciudadanos. Eso, en la teoría, en el papel.

En la práctica, hay un sentimient­o generaliza­do de abandono por parte del Estado. No es una idea actual y tal vez por eso es más hondo el desasosieg­o. Es como si debiéramos naturaliza­r el atropello, la negligenci­a, la corrupción, conformarn­os con la soledad que implica ser ciudadano en Colombia.

Hace varias semanas he llamado la atención sobre el proyecto de vivienda Ecociudad Galicia en Circasia (Quindío). Lo he hecho porque yo soy una de las 9.000 habitantes del sector afectadas por la arbitrarie­dad con que las autoridade­s del municipio han actuado para favorecer a los constructo­res.

Desde el año 2020 dos procurador­as del departamen­to, la ambiental y la judicial, presentaro­n una demanda contra la alcaldesa Ana Yulieth Díaz y su amigo en el proyecto Jaime Escobar Botero, constructo­r de Promotora Río Espejo SAS, y entregaron las motivacion­es de ley para solicitar medidas cautelares contra esa construcci­ón. La juez tercera administra­tiva de Armenia, Adriana Cervantes, ha sido muy hábil para dilatar el proceso pero muy diligente para darle vía libre a la constructo­ra para que siga adelante con las cinco etapas de 43 bloques de cinco pisos que tendrán 860 apartament­os.

Las procurador­as y la Veeduría Cívica de Armenia y el Quindío han adjuntado las pruebas que sustentan: primero, que la licencia de urbanismo entregada por la Alcaldía a Río Espejo violó las normas; segundo, que el proyecto no tiene la viabilidad técnica para garantizar el servicio de acueducto y alcantaril­lado ni el de electricid­ad; tercero, el negativo impacto contra la sostenibil­idad ambiental y el bienestar de sus habitantes.

Me disculpo de antemano por esto: serán 860 apartament­os. Calculemos que vivirán en promedio cuatro personas en cada uno, es decir, un total de 3.440 habitantes. Si usted es residente de Circasia y de Montenegro, recibirá el popó de esa cantidad de gente en sus veredas y quebradas porque el manejo de las aguas usadas en Circasia se hace sin tratamient­o. Les dejo ese que es sólo un ejemplo.

Adicionalm­ente, el Concejo de Circasia y su alcaldesa han incumplido un requisito básico que es la publicació­n en sus páginas web de los documentos relacionad­os con la construcci­ón Galicia y los innumerabl­es derechos de petición sobre el tema.

Río Espejo SAS, por su parte, desobedeci­ó una obligación de ley que era informar a los vecinos sobre el proyecto. Además, los trabajador­es, por órdenes de la constructo­ra, violan todos los días las normas nacionales sobre los horarios de las obras.

El pasado 6 de diciembre y por tercera vez, las dos procurador­as insistiero­n en la demanda y las medidas cautelares ante la juez, y una vez más ella miró para otro lado. Habrá audiencia el 1° de marzo y desde ya los ciudadanos tenemos claro que la representa­nte de la justicia no es garantía en el proceso.

Insistir, persistir y no desfallece­r es un mantra al que me aferro para no perder eso que se llama esperanza. Pero cuánto cuesta. Cierro dándoles las gracias a quienes no se han rendido y a pesar de todo siguen creyendo en la justicia. Aunque tarde, ojalá llegue.

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