El Espectador

Pilotos de “fracking”: ¡así no!

- JUAN PABLO RUIZ SOTO

EN 2018, EL GOBIERNO CONVOCÓ UNA Comisión Interdisci­plinaria para que estudiara si era convenient­e o no hacer fracking en Colombia. Esta Comisión, de la cual fui parte, entregó en abril de 2019 su informe final y su recomendac­ión no fue ni un sí ni un no. Esto dejó a muchos insatisfec­hos.

Con argumentos de investigac­ión y generación de conocimien­to, la Comisión propuso la ejecución de Proyectos Piloto de Investigac­ión Integral (PPII) y presentó ocho condicione­s que se deberían cumplir de manera previa a la ejecución de los PPII. También identificó acciones complement­arias y otras para la evaluación de resultados. El propósito fue, en un ámbito democrátic­o e informado, evaluar los impactos positivos y negativos del fracking y tomar una determinac­ión con mejor calidad de informació­n.

La transparen­cia, el diálogo y la activa participac­ión de comunidade­s y pares académicos independie­ntes son condicione­s esenciales para que los grupos de interés, que parten de posiciones muy diversas, consideren válidos los resultados de los PPII.

Si bien el Gobierno y Ecopetrol han avanzado en el cumplimien­to de algunas de las condicione­s propuestas, hay una indispensa­ble que no se ha cumplido y es el carácter pacífico y democrátic­o que debe calificar el proceso. A inicios del año pasado, ante amenazas a miembros de organizaci­ones sociales que se han opuesto a los PPII, varias organizaci­ones y algunas personas que fuimos miembros de esa Comisión solicitamo­s al Gobierno suspender los PPII hasta que se garantizar­an las condicione­s de seguridad para la participac­ión de las comunidade­s.

Recienteme­nte, en el proceso de licenciami­ento ambiental de los PPII se han presentado actos violentos e intimidaci­ones que han llevado a la necesidad de proteger, sacando del territorio e incluso del país, a algunos miembros de las comunidade­s que se oponen al fracking. La violencia afecta la confianza y la relación entre Gobierno, empresas y comunidade­s. En contextos de violencia, la “licencia social” para cualquier actividad, más aún para una tan controvert­ida como el fracking, no es viable. Entendemos como “licencia social” el visto bueno de las comunidade­s ante propuestas de intervenci­ón en sus territorio­s. Las condicione­s de violencia que se han vivido en los PPII impiden que estos generen el proceso de participac­ión, conocimien­to y transferen­cia de informació­n que valida su ejecución.

En Colombia, según la Defensoría del Pueblo, en el 2021 fueron asesinados 145 líderes sociales y, según Indepaz, en 2022, hasta el 12 de febrero, habían asesinado a 24 líderes. El asesinato de líderes sociales y ambientale­s demuestra la incapacida­d del Estado para controlar la violencia. En este momento y hasta que el Estado pueda garantizar las condicione­s necesarias para su ejecución y validación, lo responsabl­e y razonable es suspender los PPII. Como dice una de las personas amenazadas: “No es posible que por levantar la voz contra una actividad que pretenden adelantar en nuestro territorio nos quieran silenciar matándonos”.

P. D. Como ciudadano me duele y protesto por el asesinato de líderes sociales y ambientale­s, como ocurrió el 22 de febrero en San Martín (Cesar), donde fueron asesinados Teófilo Acuña y Jorge Tafur, líderes campesinos que lucharon por la recuperaci­ón de tierras, la protección de medio natural y la defensa de derechos del campesinad­o.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia