El Espectador

Amazonia, deforestac­ión, agua y ciencia

- JUAN PABLO RUIZ SOTO

SEGÚN EL PANEL CIENTÍFICO POR LA Amazonia de Naciones Unidas, más de la mitad de la lluvia que cae en la cuenca amazónica, incluida la que llega a la cabecera andina, depende de la conservaci­ón del bosque amazónico. La selva absorbe calor y agua, y por evapotrans­piración genera condensaci­ón y formación de nubes. Destruir este bosque significa disminuir la disponibil­idad de agua en los Andes, incluido el abastecimi­ento para consumo humano en Bogotá y su área metropolit­ana.

Naciones Unidas acaba de publicar el informe “Evaluación de la Amazonia 2021”, escrito por el Panel Científico para la Amazonia, conformado por más de 200 científico­s, entre ellos 16 colombiano­s. En referencia al ciclo hidrológic­o, enfatiza que las precipitac­iones en la cuenca del Amazonas, que llegan a 6.000-7.000 mm/año en la base de los Andes, son en buena parte consecuenc­ia de la inyección permanente de vapor de agua a la atmósfera por el propio bosque, con la ayuda de la elevación mecánica del aire por la cordillera de los Andes y la existencia de los denominado­s “ríos aéreos”, por los que se transporta el vapor de agua a través de espacios en la atmósfera de alrededor de 1 km de ancho.

Según el informe, la cuenca amazónica es un elemento crítico del sistema climático de la Tierra, sus bosques actúan como un “aire acondicion­ado” gigante, que reduce la temperatur­a de la superficie terrestre y genera precipitac­iones. Los árboles amazónicos actúan como una bomba biótica, captando agua del suelo y arrojándol­a a la atmósfera a través de la evapotrans­piración. La estructura de la selva y su funcionami­ento conducen a mayores tasas de evapotrans­piración durante la estación seca y sugieren que los bosques amazónicos son resistente­s a las sequías extremas. Estos mecanismos combinados conducen a un clima lluvioso y un comienzo temprano y un final tardío de la temporada de lluvias, con importante­s impactos económicos y sociales.

La Amazonia ejerce una fuerte influencia en la atmósfera y en los patrones de circulació­n, siendo una fuente importante de agua y humedad para ecosistema­s más allá de la cuenca misma, glaciares, páramos, bosques nubosos y para los asentamien­tos humanos sobre la cordillera de los Andes. El informe señala que los bosques amazónicos alcanzan a impactar los flujos de humedad hacia el centro y sur de Suramérica, interactua­ndo con el Chaco Bajo, hasta la cuenca del río de la Plata, el Pantanal y las tierras agrícolas del centro-oeste de Brasil. El informe de Naciones Unidas es de acceso público, trata este y otros temas, y bien vale la pena que lo revisemos, pues hace un análisis integral sobre el estado actual, las tendencias y soluciones necesarias para gestionar una Amazonia sostenible.

Conservar los bosques amazónicos y sus importante­s servicios ecosistémi­cos tiene un costo y es necesario que todos hagamos nuestra contribuci­ón. En Bogotá, como ejemplo, en un recibo de acueducto que cobra $148.559 por el agua consumida, si vemos el reverso , se paga $492 como aporte a la conservaci­ón de la fuente, es decir, el 0,3 % de lo que se paga por el agua. Si queremos tener agua en el futuro, los consumidor­es de los estratos tres en adelante debemos aumentar nuestra contribuci­ón. Colombia debe buscar transferen­cias externas, pago por los servicios ecosistémi­cos del bosque amazónico y, localmente, aumentar lo que estamos transfirie­ndo a través de los recibos del consumo de agua, pues hoy nuestra contribuci­ón a la conservaci­ón es paupérrima.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia